Capítulo 5: Mundo cerrado.

6.9K 615 34
                                    

"-¿Ya murió? ¿Y de qué? 

-No supe de qué. Tal vez de tristeza. Suspiraba mucho. -Eso es malo. Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace" Pedro Páramo- Juan Rulfo.

Louis exhaló tembloroso, sus manos temblaban también ya no sé si del nerviosismo o de frío. Tenía la boca seca y agrietada con un cigarro a punto de terminar entre sus dientes.

-¿Y bien? ¿Me vas a explicar o te vas a terminar la puta cajetilla?- Repliqué exasperado de estar en silencio por casi un día entero. Cuando me di cuenta de las cicatrices en brazos de Louis, él lloró en silencio, fuimos a la recamara y se durmió profundamente entre lágrimas y gimoteos sin explicarme absolutamente.

Las clases habían sido suspendidas en todas las facultades por la inminente caída de nieve y el fuerte viento que azotaba en estos momentos . Toda la escuela estaba tapizada por esa sustancia blanquecina y desierta porque realmente el frío era fuerte y horrendo.

-¿Qué quieres saber?- Susurró bajito volteándome a ver con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar. Tenía lágrimas encontradas en sus mejillas y lagañas sobre el lagrimal producto de esas mismas lágrimas secas. Realmente se veía deplorable.

-¿Cómo?- Pregunté simplemente con los brazos cruzados sobre el pecho, él me miró unos momentos antes de desviar la mirada por la venta.

-Con un cúter debajo de la cama...

-¿Por qué?

-Porque realmente me siento muy mal...- Y de nuevo entre sus manos soltó un llanto agudo y desgarrador desde el fondo de su garganta. Tomó sus propias rodillas llorando sobre estas como si realmente tratará de protegerse, estaba harto de que todo el tiempo llorara.

-Esa no es la solución, Louis.- Traté realmente de ser paciente mientras sollozaba entre sus propias manos.

-No es la solución por qué no lo comprendes...

-Eres un idiota, realmente eres un idiota.- El silencio se hizo presente, la bilis me subía y me bajaba haciéndome temblar ligeramente por la rabia ante las estúpidas palabras de Louis, me hacía querer romper algo, golpearlo a él.

-Sabes que es la verdad...

-¡NO CLARO QUE NO LO ES!- Estallé tan alto que las cuerdas vocales se me desgarraron del puro coraje, creo. El brinco del terror hacía atrás, mirándome con ambos ojos azules bien abiertos mientras yo me sentía como un animal a punto de despellejarlo vivo.- ¡ERES UN REVERENDO IDIOTA!

-N-no me grites...- Gimoteó retrocediendo contra la pared asustado de mí, parecía un pequeño niño arrinconado por su madre furiosa.

-¡LAS COSAS NO SE SOLUCIONAN ASÍ, PARKER!

-No me grites.- Repitió bajito cubriéndose el rostro nuevamente.- Eres el primero que se empeña en hablarme, inclusive en defenderme dos veces...no me grites, no quiero que me grites, no quiero sentir que la única persona que por primera vez fue amable conmigo me grite...

-Louis...- Sus palabras me impactaron cual tren a gran velocidad, aunque mi interior seguía ardiendo de rabia y las manos me temblaban del mero coraje, hicieron que me surgiera un sentimiento profundo de pena.

Él alzó la mirada envuelta en ojos llorosos que no podían derramar más lágrimas, sorprendido de mi repentino cambio de tono, tal vez alzó la mirada para decirme algo más.

. De su pequeña nariz escurrió una gota carmín que resbaló a sus labios, ambos nos miramos sorprendidos.

Narra Damián.

-¿Éstas seguro que quieres que yo me quedé con él?- Pregunté mirando a Toby mientras se colocaba unas botas altas negras para poder caminar por la espesa nieve, parecía como si fuera a cazar un oso polar en el Ártico y eso me provocaba gracia.- Tampoco es que sea gran ideas que te vayas a emborrachar a un antro a estas horas.

-No me voy a ir a emborrachar, hoy no quiero follar con nadie, Damián.- Respondió Tobías cansado y mirando a Louis de reojo, quien tenía un ligero roncar en el pecho y la nariz tapada por papel manchados de sangre.

-¿Entonces?

-Terminando de parar su hemorragia nasal, me dediqué a revisar sus heridas de la vez anterior.- Comentó terminando de subir el cierre de su chamarra.- Me di cuenta que cicatrizaba bien, pero no quiero correr el riego de que se infecte; así que voy a pasar por unas gazas nuevas a la farmacia y alcohol.

-Pensé que no te importaba el chico, Toby.

-Cállate ¿quieres?- Respondió malhumorado tratando de evadir la pregunta colocándose por ultimo una bufanda en su cuello.- Voy a ir por un trago también, estoy estresado.

-¿Y eso?

-Me estresa el chico.- Suspiró buscando entre sus pantalones algo.- Además me mandaron un mensaje que no me da para nada buen rollo.

-Déjame ver.- Extendí la mano recibiendo su celular y desbloqueándolo al instante, en la bandeja de entrada únicamente tenía un nuevo mensaje de un número desconocido.

"¡Hola cariño!

Realmente no quería mandarte un mensaje TAN rápido ¿sabes?Pero no pensé que te fueras a empezar a fijar en alguien más tan pronto. No te acerques más al niño ese, por favor.Eres mío.

Besos."

-Me dio escalofríos....

-Joder, pero puede ser cualquiera. ¡Te metes con tantas personas que no me sorprendería que alguien se hubiera obsesionado contigo! – Comenté con la ceja arqueada, aunque tenía la sensación de saber quién era.

-¿Crees que sea...?- El rostro de Toby se volvió vulnerable. Él había amado tanto alguna vez, que le arrancaron el corazón y no fue capaz de volverlo a encontrar. Cez había sido el único que podía derrumbarlo con tan solo su presencia, inclusive me atrevía a mencionar que con tan solo una mirada.

–No.... estaría realmente loco si intentara volver.

-Sí.- Sonrió lleno de nerviosismos e inseguridades nuevamente, todo su ser reflejaba tristeza nuevamente, era algo lamentable. – Tienes razón.

-Bueno, vete a la farmacia que te cierran, luego si quieres te vas al bar.

-Trataré de no tardar.- Y cerró la puerta.

Volteé la mirada al pequeño que descansaba entre colchas y almohadas. Era realmente muy lindo a pesar de ser un hombre en realidad. Tenía la nariz tan pequeña y abultada que le daba un toque de inocencia y de niñez, tenía unas pestañas normales algo gruesas a decir verdad, una piel blanca con una cantidad impresionante de pequeñas pecas en su rostro que daban un toque de estrellas, los labios pequeños y afilados lo hacían ver aún más lindo.

Me imaginaba cómo se vería sin ropa.

Enséñame a amar (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora