Aiden
Un año y cinco meses después.
Golpeo una vez mas el saco, y luego otra, concentrandome mínimamente en los golpes.
— Muy bien, campeón. Relaja esos hombros.— Palmea mi espalda— Y ya vete, tengo que cerrar.
Me detengo y muevo mis hombros, la miro.
— Me quedare un rato más.— Vuelvo a golpearlo
— Y esa sera la razón por la que me despidan. Vete ya.— La miro serio
— No me interesa, Maria.— Estira su mano y desconecta el saco del techo. Suspiro
— Afuera, ya son las diez de la noche. Y tu noviecita esta en el auto.— Bufo y me alejo, me quito los guantes
— No es mi novia.— Murmuro
— No me interesa. Quiero los guantes impecables y dentro del casillero. Y te quiero a ti afuera en cinco minutos.— Frunzo el ceño cuando apaga la luz, dejandome a oscuras
Idiota.
●○●
Salgo del gimnasio y camino hacia el auto. Levanto mi mirada hacia ella.
— Hola.— Sonrie
— Hola.— Me acerco y besa mi mejilla, abro la puerta del auto— ¿Qué haces aqui?
— Siempre quise venir a buscarte.— Murmura, asiento y me subo al auto
— Bien. ¿Iremos a tu casa?— Pregunto en cuanto se sube al asiento del piloto. Suspira
— ¿No tienes hambre?, podemos detenernos en un restaurante.— Arranca al auto mientras me sonrie levemente
— No tengo hambre, Emma. — Me cruzo de brazos — Y no respondiste mi pregunta.
— ¿Tu que quieres?— La miro, frunce levemente el ceño— Aiden, ¿asi sera siempre?— Suspiro y miro hacia adelante — Ya no quiero ser solo alguien mas, quiero conocerte, ir a tu casa, ir a comer como las parejas y tomar tu mano sin que te alejes.
Me quedo callado unos segundos, aun sin mirarla.
— ¿Porqué eres asi?
— Emma, lamento no ser el hombre de tus sueños.— La miro— Y lamento decirte que nunca lo sere.— Abro la puerta — Debi aclarartelo desde un principio. — Salgo y cierro la puerta, empiezo a caminar mientras coloco mis manos en mis bolsillos
Mi mirada se baja al suelo mientras sigo caminando, mientras mi mente se hunde en pensamientos putrefactos.
●○●
Abro la puerta y la cierro, coloco las llaves en la pequeña mesa y me acerco a la luz, la enciendo.
Camino hacia la estrecha cocina y abro la nevera, saco una de las sopas instantáneas y comienzo a prepararla.
Escucho mi telefono sonar, lo ignoro mientras sigo concentrado en la sopa.
El pitido suena seguido de una voz.
— Hijo, es tu padre, de vuelta. Se que hablamos hace una semana, pero tu madre aún quiere que vuelvas. Por favor, piensalo. Al menos una hora.
El pitido vuelve a sonar, cortando el mensaje.
Suspiro mientras llevo la sopa instantánea al microondas, apreto el boton de treinta segundos y me apoyo en la mesada.
Esta vez suena mi celular, bufo y lo tomo.
— ¿Qué?
— Buenas noches para ti también, imbecil.
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Mi Debilidad
WerewolfPara Aiden, encontrar a su mate de pequeño, fue una de las cosas mas faciles que le paso. Y creyo que siempre seria asi, facil. Pero por primera vez, nada salió como planeó. Debido a un acontecimiento, Abby es separada de el, de todos. Alejada de la...