Capitulo 28

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Aiden

Coloco mis manos en mis bolsillos, mientras la veo empezar a caminar más rápido.

Miro la gran playa, el agua es realmente hermosa. Todo lo es, los arboles, la arena.

Observo su vestido moverse con el viento, se acerca cada vez más al agua. Se gira y me sonrie, achinando sus ojos por el sol.

Sonrio levemente.

— No hay casi nadie.— Comento, al ver solo a un par de personas

— Nop. Usualmente a este horario no vienen muchas personas. Y no, no es para besarte.— Me mira mal unos segundos, aprieto mis labios

Se detiene a unos metros del agua.

— ¿No te meteras?— Pregunto al ver que se limita a ver el agua, hace una mueca

— No quiero mojarme el vestido.— Miro la tela de su vestido

— Yo solo metere los pies, puedes acompañarme en eso.— Me encojo de hombros, sonríe

— De acuerdo. Mojarme los pies no me hara nada.— Asiento y empiezo a caminar

Chilla levemente cuando toca el agua fria, camino hasta que el agua llegue a mis tobillos.

Suspiro y miro hacia el agua, el viento termina por dar la tranquilidad que necesitaba.

La miro, mantiene sus ojos cerrados, mientras mantiene su cabeza hacia adelante, observo sus cabellos moverse.

Hermes y los demas continuan con el plan de que sea amigo de ella. Quieren que el siguiente paso sea adentrarme a su casa, tal vez buscar algo que tenga que ver con esa organización. Chips, armas o algo.

Para eso tendre que ser mas cercano a ella. Se que sera dificil, acercarme a ella con su rostro y su actitud. Pero debo ser fuerte, y terminar con esto de una vez por todas.

Levanto mi brazo y empujo el suyo, jadea mientras su cuerpo cae de costado, mojando su vestido.

Una sonrisa se me escapa, apenas la empuje, es tan fragil.

— ¡Aiden!— Se levanta y mira su vestido— ¡Te dije que no queria mojar el vestido!

Miro su vestido, mi mente se desvia unos segundos al ver como parte de el se pego a su cuerpo. Sacudo la cabeza.

— Pero no lo hiciste. Yo lo hice.— Me mira lentamente, frunce el ceño y se abalanza hacia a mi. Me quejo cuando me derriba, tirando mi cuerpo al agua

No, no es tan fragil.

La saco de mi y nos levantamos, colocandonos en posición.

— ¡Espera!— Me señala y luego saca una tela de su muñeca, empieza a atarse el pelo. Frunzo el ceño— No arriesgare mi cabello.

Otra sonrisa se me escapa. Termina y aplaude.

— Ahora si.

Sonrio más cuando se inclina, colocándose mas en alerta.

Mi mirada se sube a su cabello, borro lentamente mi sonrisa, mientras mis ojos delinean la pequeña cicatriz en su cabeza.

Las imagenes de como sostuve su cabeza en mis manos, y cuando mire la sangre en ellas llegan a mi mente, junto a sus ojos apagarse y su sonrisa triste.

Vuelvo mi mirada a sus ojos, sus ojos vivos y su sonrisa animada.

Viva.

Junto mis cejas y cubro mi rostro, empezando a sentir las lagrimas.

Mi DebilidadWhere stories live. Discover now