Capítulo 18

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Estaba muy nerviosa. Si no había mirado el reloj diez veces no lo había mirado ninguna. Pero claro, ya se sabe que por mucho que se mire el tiempo no va a ir más deprisa. Llevaba más de dos horas en el patio, sin otra luz que la de la pantalla del móvil. Parecía que iba a asaltar la casa.

A eso de las nueve y media, me llegó un mensaje de María asegurándome que todo iba bien. Habíamos quedado en que retendría a Alba a la hora de la cena y le daría mi mensaje. Y francamente, me sorprendía. Ni idea de qué le había contado para haberla retenido en la habitación.

Cuando quedaban unos veinte minutos para las doce, escuché a Cris y a Sabela fregando las cosas de la cena. Estuve a punto de pegarme a la pared y al menos, prestar atención a la conversación que tenían para entretenerme, pero hubiera estado feo. En lugar de eso, volví a comprobar que todo estaba perfectamente colocado. Aunque claro, dudaba que en los diez minutos que habían pasado desde la última se hubiese movido algo.

Me senté en una de las sillas y miré al cielo. Estaba parcialmente cubierto, amenazando tímidamente con llover. “Por favor, aguanta” musité varias veces. De lo contrario, mi plan se iría a la mierda y quedaría de payasa máxima.

Las chicas terminaron por fin, marchándose de la cocina. Con mucho cuidado accedí a la cocina y encendí la luz, casi a hurtadillas. Tenía que sacar la botella de vino que había dejado enfriando en el frigorífico, bien escondida para que nadie la cogiese.

-¿Qué haces aquí?

Pegué un bote, y la botella se me resbaló. Tuve que desplegar toda mi agilidad para evitar que impactase contra el suelo justo en el último instante

-Joder, Miki – respiré aliviada una vez puse el recipiente a salvo – Por poco me matas

-Perdona

-¿Tú no estabas metida en la cama?

-¿Yo? ¿Por qué? – me extrañé

-Me dijo María que no habías bajado a cenar porque tenías ansiedad y…¿eso es vino? – señaló, enarcando una ceja

Mari, cariño. Te mato

-Ah, sí, sí – me recompuse enseguida, poniendo mi mejor cara de frustración – Pero ya estoy mejor. Iba a tomarme algo con ella ahora para hablar y tal

Mierda. Dos minutos. ¿Cómo coño lo echo?

-Pues…me alegro de que estés mejor

Perfecto Miguel. Venga, ahora vete. Shu, shu

-Gracias

-¡Miki! ¿Vienes? – escuchamos desde el piso de arriba

Justo a tiempo. Salvada por una campana llamada Cristina

-¡Sí, voy! Bueno. Mañana hablamos si quieres – se despidió, subiendo a toda prisa las escaleras

Había estado cerca. Mucho. Si hubiese llegado a cruzarse con Alba habría sido gracioso. Y con gracioso quiero decir una putada, evidentemente.

-Hola

Segundo susto en menos de cinco minutos. Gracias a Dios que la botella estaba en la encimera.

-Otra que me quiere matar – reí, tocándome el pecho

-¿Ha pasado algo? – preguntó preocupada

-No, no. Me he cruzado con Miki aquí y menos mal que no le ha dado tiempo a someterme al tercer grado, porque si no, a ver qué le cuento

-Bueno, ya estoy aquí

-Puntual, como siempre – sonrió orgullosa - ¿Te ayudo?

-Ah, no. No te preocupes. Espera

Encendí la luz del patio, cogí la bebida y un par de copas y la guie a través del corto recorrido que conectaba ambos lugares.

-Cuando quieras… - la invité a sentarse. A punto estaba de acompañarla cuando recordé mi mejor carta de la noche – Un segundo

Enchufé la guirnalda de luces que había colocado en la pared, justo encima de la mesa. Junto al foco que iluminaba la piscina, había quedado un conjunto de luces bastante especial. Al menos, lo era para mí.

-Vaya – esbozó. El brillo de sus ojos acaparó de inmediato toda mi atención

-¿Te…gusta? – me temblaba la voz. Mucho más de lo que me habría imaginado

-Es increíble. De verdad

-Te creo

Después de acomodarnos, serví el vino. El resto estaba preparado. En mi incursión al Mercadona con María, había comprado todo lo que recordaba que le gustaba: vino blanco, panecillos de ajo, queso sin lactosa, …

-Estás hecha todo un chef – bromeó, dando un sorbo a su copa

-Voy a pensar que es tu forma de darme las gracias – contraataqué, bebiendo igualmente – Hubiera preferido prepararte una cena en condiciones, pero llamé a los GEO para que desalojasen la casa unas horas y resulta que estaban ocupados así que sólo he podido hacer esto

-Vaya, qué pena – sonrió. Igual era por las luces, o por la embriaguez en la que estaba inmersa al estar teniendo una primera cita con Alba, pero podía jurar que no recordaba la última vez que una sonrisa me había puesto los pelos de punta como lo estaba haciendo la suya

-Veo que te has vestido para la ocasión – apunté orgullosa señalando el jersey mostaza que llevaba

-Ah. ¿Este trapito? – exageró con un aspaviento – Es divino, lo sé

Ese jersey se lo había regalado yo. El último cumpleaños que había pasado con ella siendo amigas, justo antes de pelearnos. Lo interpreté como una buena señal. Sabía que no lo había elegido por casualidad.

Mis ojos viajaron alternativamente entre la prenda y los suyos. No sabía qué decir. Y no me refería al tema primera cita. Nunca sabía qué decir cuando Alba estaba delante. Éramos dos personas que podían pasar horas hablando de cualquier cosa, o disfrutar en silencio de la compañía sin necesidad de abrir la boca. Me encontraba en un punto intermedio. No estaba incómoda y ella tampoco. La sonrisa cómplice que presentaban sus comisuras me invitaba a optar por cualquier posibilidad. Y yo, tan indecisa como siempre. Hasta que la duda que tantas noches me había quitado el sueño apareció para tomar una decisión por mí.

-Háblame de ti – le pedí, buscando su mano por encima de la mesa

-Natalia. ¿Qué quieres que te cuente? Si ya nos conocemos – espetó con obviedad, rodando los ojos y sin dejar de sonreír, correspondiendo mi silenciosa petición de contacto

-No - negué – Quiero saber qué cosas buenas y malas han pasado en tu vida estos últimos dos años y he tenido la desgracia de perderme. Cuéntamelo con todo lujo de detalles. Quiero imaginármelo como si nunca nos hubiéramos perdido

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Hola! Espero que estéis todxs bien y os estéis cuidando mucho. Perdón por no subir ayer capítulo pero tenía mucho trabajo de la universidad y hoy lo mismo, pero no quería volver a dejaros sin nada. Ya sabeis. Mañana más. Y espero poder estar más relajado y no poneros esto a prisa y corriendo. Espero que os haya gustado. Hasta mañana!!

Tw: @Srgio_Aguilar

A otro ladoWhere stories live. Discover now