VI | Primer beso [2/2]

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Luego de uno para de minutos en silencio las lágrimas del mayor por fin de detienen

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Luego de uno para de minutos en silencio las lágrimas del mayor por fin de detienen. Su respiración se vuelve más calmada y tranquila, al igual que su mente. Sus finos dedos por su parte se encargan de trazar líneas en busca de calmar a su menor.

No puede cambiar lo que pasó, mucho menos cambiar los sentimientos de Kongpob o los suyos. Sólo queda aceptarlo y solucionar este tonto malentendido que tanto está dañando a su lindo Nong.

— Kong — dice suavemente Arthit cerca de la oreja del menor que sigue aferrado a él — Eres un... Eres un tonto— una sonrisa tímida se asoma en sus labios.

El menor llora aún más fuerte y Arthit se alarma golpeándose mentalmente para enderezarse y obligarlo a mirarle tomándolo del mentón, luego de haber forcejeado para que le soltara (realmente es fuerte).

Arthit limpia las mejillas hinchadas del menor con sus pulgares mientras aún lo siente hipear — Eres un tonto porque yo también te amo — confiesa en un susurro— Más de lo que crees.

De algún modo se siente avergonzado. Pero no por su vergüenza tiene que herir a otros. No cuando puede evitarlo.

Kongpob niega fuertemente con su cabeza a punto de volver a llorar— S–si me amara no hubiera be–besado — sus labios amenazan con volver a formar un puchero y cierra sus manitos en puños — no hubiera besado a P'Ae.

— Ae no me gusta — se apresura a negar nervioso— F–fue un juego, no significó nada. Es más creo que me gusta un poquitito otra persona, ¿Quieres saber quién es?

Kongpob mira la manga de su camiseta mojada y se siente aún más triste al saber que son mocos. Es un desastre, tanto como su matrimonio con su Phi. Vuelve a negar con su cabecita volviendo a llorar.

Su Phi está enamorado de otro. Probablemente jamás lo va a amar. Con el tiempo lo dejará de lado y se irá a ser feliz con otro alfa. Otro que no sea tan pequeño y llorón como él.

— Kong lindo, deja de llorar — súplica casi desesperado.

— Thit me v–va a de–dejar p–p–por otro alfa. N–no qu–quiero que me deje— suelta con el poco aire que le queda.

— Jamás te dejaría, soy tu esposo y... tú futuro omega, ¿recuerdas? — toma sus manitos y las lleva a su propia cara—. Creo que tal vez me gustas — su sonrojo comienza desde sus orejas y se esparce por todo su rostro.

Los sollozos parecen parar y ahora si hay sólo silencio. Pueden escuchar claramente sus propios corazones y quizás el horno, pero eso queda en segundo plano. Los ojos de Kongpob siguen brillantes y rojos a la vez, pero esta vez no hay tristeza, hay esperanza.

— ¿Es en serio, Phi? ¿Le gusto?

Arthit lame sus labios para humectarlos y junta, sin tocar, sus dedos pulgar e índice entrecerrando sus ojos verdes — Un poquito — juega con una sonrisita divertida— Además, te dije que puedes tutearme.

— ¿No me estás mintiendo? — pregunta acercándose más. Limpiando las mejillas del mayor como él limpió las suyas. De una manera delicada y especial.

— ¿Le mentiría a mi esposo? — Kongpob se aleja inspeccionándolo mientras se cruza de brazos y Arthit asume que aún no supera lo de Ae —. ¡Ya~! Kong, ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

La imaginación del niño de sólo ocho años vuela y sus mejillas se sonrojan rápidamente. Y es que bueno, se habían casado, pero no hubo ningún besito de por medio. Ahora, eso es lo que su corazón exige. ¿Sería irrespetuoso pedírselo?. Bueno, de todas formas es su alfa... tiene el derecho de hacerlo.

— ¿Kong? — vuelve a llamar notando lo fuerte que Kongpob muerde sus labios mientras asiente.

— Mm... yo — comienza a hablar balanceando sus pies— yo quiero un beso de Thit.

Arthit se ahoga con su propia saliva comenzando a toser. «¡¿Un beso?!». Sin dudas Kongpob quiere que lo arresten por pedofilia. Si alguien los ve será fatal. Encima es sólo un niñito, tiene ocho. «Hay que respirar, inhalar, exhalar».

Kongpob en cambio se siente más seguro de su decisión aunque casi haya matado a Arthit. Si no fue su primero beso, al menos será su primer beso real. Su lindo Thit le confesó que no siente nada por P'Ae en cambio por él si. ¡Ja! Tiene tantas ganas de restregarselo en la cara a su hermano, al tonto compañero y a su archienemigo a través de los años: Wayo. Pero eso no va al tema. Quiere un beso de su Phi. Y lo quiere ahora.

— ¡Ya, Kongpob, estás yendo muy rápido! Te daré un beso sólo espera — dice como puede mientras sigue haciendo fuerza con el menor. Este al escuchar detiene todo movimiento lo cual hace que Arthit casi se caiga — Eres muy intenso.

— Quiero mi beso — expresa con suficiencia.

Arthit golpea su cabeza contra el mesón y como si este fuera la manzana de Newton una idea llega a su cabeza. Se endereza con una sonrisa — Bien, te daré un besito— Kongpob feliz vuelve a cerrar sus ojos y estirar sus labios. Su padre tiene razón, es un campeón —... En la mejilla.

— ¿Qué? — abre sus ojos molesto. Estafa, lo demandará como siempre dice su padre cuando lo engañan. Más Arthit tiene en su cara una mueca de "tómalo o déjalo" — Bien.

Arthit toma el mentón del menor acomodándolo sin ejercer fuerza de modo que su mejilla quede disponible hacia él. Acaricia sobre esta su cicatriz antes de cerrar los ojos y acercarse tímidamente al menor. Cuando sus labios tocan lo que se supone debe ser su mejilla, nota más bien que esta es suave, abultada y algo húmeda. Al abrir sus ojos claramente lo nota, no es su mejilla, son los labios del menor.

— ¡Kongpob Suthiluck! — exclama al separarse rápidamente con la mano sobre sus labios.

Y es que el menor no pudo resistirse al estar tan cerca. Fue un pequeño impulso del que jamás se arrepentirá. Los labios de su Phi saben a fresa y son taaaaaaaan suavecitos. La mejor sensación del mundo. Tan profunda que lo sintió hasta en su corazón.

— Eres un tramposo — reclama el castaño con voz temblorosa y las mejillas rojas.

La curiosidad invade el cuerpo de Arthit. Si, su menor lo engañó pero más allá de eso su corto e inocente besito lo hizo sentir... raro. Muy diferente a la nada que sintió con Ae. Sus labios eran suaves, delgados y... no quiere pensar en ello porque se siente un depravado. Más la sonrisita tonta en su rostro demuestran que Kongpob es especial.

— Phi — llama Kongpob recibiendo un sonidito en afirmación— Quiero otro.

— ¡Kongpob! — exclama Arthit en modo de regaño por tal atrevimiento. Pero al notar como este se acerca decide salir corriendo siendo correteando por un muy rápido azabache— ¡Dejame, el trato era sólo uno!

— ¡No puedes escapar de tu esposo!

Al salir corriendo no vieron a la sonriente May quién había estado espiandolos cuando iba a revisar las galletas. Ah, su lindo niño caprichoso ya está de vuelta. Y con el tierno Arthit a su lado sabe que jamás lo perderá.

My little Alpha [KongpobxArthit]Where stories live. Discover now