Capítulo 18

894 57 23
                                    

Estaba un poco nerviosa. Tomé la segunda copa de vino de un solo trago y me senté, porque ya había dado demasiadas vueltas por la habitación.

—Perdón por hacerte esperar —se disculpó Luca y me dio un ligero beso en los labios —El trabajo a veces no me deja tener vida —se sentó enfrenté de mi y agarró mi mano.
—No pasa nada, no estoy apurada —intenté sonreí —Aunque me gustaría hablar…
—Ya lo sé, desde que volvimos de España no te comportas igual así que supongo que algo pasa.
—Perdón por estar rara…
—No pasa nada, te escucho.
—Creo que es mejor que dejemos de vernos… Al menos dejar de acostarnos.
—Quieres que seamos amigos sin privilegios —sonrió y asentí —Está bien, como quieras.
—Sé que es todo muy raro en mi vida… Pero lo pasé bomba con vos, de verdad, me hiciste muy bien… Solo que ya mi cabeza no puede seguir asimilando todo… No quiero tener sentimientos por vos, ya estoy casada —nos reímos —Pero no es que vos hayas hecho algo malo.
—Es por Peter ¿verdad?
—¿Qué? —estaba nerviosa —¿Qué tiene que ver Peter?
—No hace falta que finjas conmigo… Ya me sé todo el drama de tu familia y de tu matrimonio, así que puedes contarme la verdad…
—¿Cómo te diste cuenta?
—Vi como se miraban, solo un ciego no ve que esas miradas son de amor.
—Pero no podemos estar juntos… Es muy complicado.
—Lali… Vos sos una mujer maravillosa, fuerte e independiente. No entiendo por qué aceptás un matrimonio falso, una vida de mentira…
—Por miedo Luca, miedo de que hagan daño a mi familia, a Maxi, a Peter… A mi. Tengo miedo desde que supe que tenía que casarme.
—Deberías denunciarle…
—Ya viste lo que pasó, salió casi ileso de todo… Bedoya tiene el poder y no puedo hacer nada. Si pudiera matarlo —reí —pero, desgraciadamente, no soy una asesina.
—Sé que es un poco fuerte lo que te voy a decir y muy pero que muy ilegal… —tosió —pero hay gente que por dinero hace cualquier cosa.
—No te voy a decir que no lo pensé… Porque te estaría mintiendo pero esperaba que se haga justicia —lo abracé —no sé si podría vivir sabiendo que lo mataron por que yo lo pedí… Pero desearía que esté muerto.

Me fui a casa a estudiar, aunque no tenía nada de ganas, Eugenia entró en mi habitación y me sacó el libro.

—Me senté a estudiar hace diez minutos —le recriminé.
—Lo que te tengo que decir es más importante —sonrió —Peter dejó a Mery.

No pude evitarlo y se me escapó una sonrisa. Me sentía una egoísta no podía estar con él pero tampoco era capaz de verle con otra.

—¿Qué pasó?
—Ella le pidió algo serio y él le dijo que no, así qué se acabó.
—Me da pena…
—Pena das vos Lali —soltó con crueldad pero sinceridad —Dejándote manipular. Aceptando una vida infeliz.
—Sos muy dura conmigo, sabés que lo hago por cuidar a todos… Y ese todos incluye a Peter.
—Empezá a buscar información porque dudo que Bedoya esté siendo legal, esa gente no aprende. Lo podemos hundir antes de que te hunda a vos. Tenés una carrera espectacular ni necesitás esa empresa y la gente no te quiere porque seas cara de BEES o porque seas la mujer de Maxi, te quiere por como sos vos, como artista y como persona.
—No puedo dejar la empresa de mi padre y de mi madre, en manos de Bedoya. Tampoco es justo que Maxi pierda lo que le corresponde por mi culpa… Lo quiero muerto Eugenia, deseo verlo morir y sufrir en sus últimos minutos de vida pero no puedo hacer nada.
—Ese es tu problema que pensás que sos una débil de mierda que no puede hacer nada y vos, sos la que tiene acceso a todo. Solo vos y Maxi pueden conseguir lo que no pudimos Peter, yo y todo nuestros compañeros. Ustedes le dieron el poder y pueden volver a quitárselo.
—Deberías irte Eugenia —le pidió Maxi desde la puerta —Entiendo tu forma de verlo pero vos no sabés nada de nuestra vida, de cómo nos criaron, de cómo nos condicionaron siempre, de cómo nos hicieron no tener sueños ni ilusiones… Estás culpando a Lali y me estás culpando a mi de algo que hace una mierda de persona.
—Cuando vean que ustedes tienen el poder, van a ver que pueden hacer algo más que aceptar amenazas y chantajes —agarró su campera y se acercó a Maxi —Detesto a los cobardes.
—No vuelvas en unos días por acá y tomate una tila —se apartó para dejarla pasar y ella se fue.

El presente y nada más ||Laliter||Where stories live. Discover now