Capítulo 22

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Después de ir a mi cita con Emilia me fui a la empresa. Me senté en la oficina de Peter esperando a que saliera de una reunión. Antes esta era la oficina de papá, el cuadro conmigo y con mamá sigue ocupando su sitio en la pared y al lado hay otro de los dos con Megan.
El gran ventanal, desde el que se puede ver toda la ciudad, me permite contemplar como el sol se va ocultando, dejando paso a la luna. Amaba esas vistas y esa oficina. Cuando era chiquita papá me traía acá, me dejaba usar todos los vestidos que ya habían quedado descatalogados para jugar y mientras él trabajaba, yo imaginaba un mundo perfecto.

—Perdón por tardar, amor —. Se disculpa mientras me abraza por detrás y se queda mirando conmigo el anochecer. Después de unos segundos me da un beso en la mejilla.
—Gracias —. Le digo sin mirarle y suspiro— Este año me salvaste la vida... En todos los sentidos. No sé que hubiera sido de mi sin tu apoyo, sin tu amor... —él me abraza más fuerte y yo entrelazo mis manos con las suyas.
—No me des las gracias, te amo. —Me sujeta de la cintura y me hace darme la vuelta para luego besarme. —Me pone feliz que al fin empieces a estar mejor. Por momentos tuve mucho miedo. —Acaricia mi mejilla, yo vuelvo a abrazarlo y me largo a llorar mientras pasa sus mano sobre mi pelo.
—Te amo —Lo miré , me sequé las lágrimas y volví a besarlo.

Estar entre sus brazos era mágico. Era sentirme en casa.
Me levantó un poco, lo suficiente para que mis pies no toquen el suelo, y me llevó hasta el sofá que estaba a un lado de la oficina. Se sentó, dejándome a mi encima de él. Besé su cuello mientras sus manos empezaban a recorrer mi espalda y nos fuimos quitando la ropa hasta quedar desnudos por completo. La luz de la luna era el único testigo de ese momento increíble como todos los que pasaba a su lado.

—Maxi ya empezó a trabajar —Me contó cuando nos subimos al coche. —Vino con ganas, parece.
—Un año sin hacer nada, debe ser un poco aburrido.
—¿Al final te llamaron de la discográfica? —Me preguntó y yo caí en que se me había olvidado contarle.
—Te estaba esperando justo para contarte eso pero no sé muy bien cómo decírtelo —sonreí nerviosa.
—Es una gran oportunidad ¿No?
—Una gira como telonera de Ricky Martín.
—¡Amor, es espectacular! —exclamó con una sonrisa.
—Son tres meses...
—Bastante tiempo... Pero es tu sueño. No creo que necesites mi aprobación, pero deberías hacerlo.
—¿Me esperarías? —Hice puchero como una niña pequeña y el sonrió.
—Llevo años esperando, luchando por nosotros... Te esperaría toda la vida si hiciera falta. Tres meses no son nada.
—Todavía lo tengo que pensar.
—¿Por?
—No quiero estar lejos de vos.
—Ahora está Maxi, yo puedo intentar hacer algún viaje y pasar unos días juntos. Me hice cargo de la empresa todo el año, así que él puedo hacerlo un par de semanas sin mi. Después del casamiento ya nos vamos de luna de miel un tiempo largo y te vas a hartar de verme.
—¡Eso jamás! —Reí.

Llegamos a casa y mientras él se iba a dar un baño, yo puse música y empecé a cocinar algo para los dos.

—¡No te vas a creer de lo que me enteré! —Exclamó Maxi cuando entró en mi casa.
—¡Otro que no sabe tocar el timbre! —Le contesté sobresaltada.
—Tengo llave, era mi casa antes —Sonrió —Te resumo, resulta que Marcos es gay.
—Ah —Contesté queriendo haceme la boluda.
—Y le gusto.
—Ah mirá vos.
—¡Lo sabías! —Exclamó sorprendido.
—¡Me enteré hace poco! —Reí —¿Te lo contó él?
—No, leí unos mensajes, sin querer, con Lupe... Hablando del tema.
—¿Sin querer? —Levanté una ceja.
—Bueno, queriendo —Confesó— No me quería contar que pasó con Lupe y lo veía mal.
—¿Y que sentís?

Abrió los ojos como platos ante mi pregunta. Después, se rasco la cabeza y suspiró. Era como si no hubiera pensado que sentía al respecto, hasta ahora.

—Marcos es el primer chico que me gustó. Nos conocemos a la perfección... Pero Pablo era mi amor, era todo... Y lo perdí. No puedo volver a sentir eso por nadie.
—Claro que si podés. Pasó un año... No digo que olvides a Pablo, pero él querría que seas feliz. No te prives de sentir amor.
—Siento que lo engaño si hago algo con otra persona... —Agachó un poco la cabeza, se notaba que intentaba aguantar las lágrimas y me acerque para abrazarlo.
—No te sientas mal, llorá tranquilo...
—Lo extraño demasiado —Me confesó mientras rompía en llanto. —Lloro por él cada noche de cada día antes de dormir. Le hablo como si pudiera escucharme desde algún lugar y le pido perdón por haberme cruzado en su vida... Yo tendría que haber muerto, no él... No así. Murió entre mis brazos y no pude hacer nada. Se tendría que haber alejado de mi para siempre... Por mi culpa ya no está y nunca va a volver.

No había palabras que pudiera decir para consolarle, así que me quedé en silencio y no lo solté hasta que dejó de llorar y se alejó de mi.

—Te voy a ayudar a cocinar —Sonrió —Así puedo comer yo también.

Peter bajo las escaleras y le dio un abrazo.

—Me habló Eugenia, viene para acá porque discutió con Vico y dice que no quiere aguantarlo esta noche —Nos contó riéndose. —Se pelearon porque ella quiere ir de vacaciones a México y él a Holanda —Levantó los hombros —Problemas del primer mundo.

Euge llegó con todo un discurso preparado del motivo por el que ella tenía razón. Estuvo una hora hablando ella sola mientras tomábamos vino y nos reíamos de si exageración.

—Me voy tres meses de gira con Ricky Martín —Les conté y Peter agarró mi mano por debajo de la mesa.
—¡Me muero! —exclamó Eugenia —¡Guárdame entradas para cuando toquen acá!
—¿De verdad te vas a ir? —Preguntó Maxi extrañado.
—Si, es una oportunidad única. Mañana ya voy a confirmarlo con la discográfica ¡Estoy muy nerviosa!
—La vas a romper mi amor —Me dio un ligero beso en los labios.
—Yo no dejaría a Peter solo rodeado de modelos —bromeó Maxi —¡Las tiene locas!
—¿Ah si? —Lo fulmine con la mirada. —¿Como es eso?
—Nada amor —Sonrió nervioso —No le hagas caso, es un exagerado.
—No sabía que tenías contacto con las modelos —Me crucé de brazos —Eso no es parte de tu laburo. —Le recordé molesta pero sonreí.
—¡No pasa nada Lali! —Se acercó para darme un beso. —Sabés que sos la única, no me hagas escenas de celos —Acarició mi mejilla y me dejé besar.
—¡No me comas la cabeza antes de que me vaya! —Le pedí a Maxi y le tiré una servilleta a la cara.
—¡Yo te aviso! —Sonrió.

Acabamos de cenar, los chicos se fueron y nosotros nos metimos en la cama.

—Te voy a extrañar —Me dijo mientras me apoyaba en su pecho. —Pero me hace muy feliz verte brillar.
—Yo también te voy a extrañar mucho.
—Me voy a empezar a encargar de cosas de la boda.
—¿Ya? ¡Esperame a mi!
—Te conozco muy bien, sé perfectamente que es lo que te gustaría y así cuando llegues, nos podemos casar. Todavía no pusimos la fecha pero estaría bien hacerlo en tres meses ¿No te parece?
—Me da igual la fecha, el lugar... Mientras sea con vos. Me casaría hasta solos en un juzgado —Le di un beso en el pecho.
—Ojalá estuvieran acá para vernos, deben estar felices de que estemos así...

Me dolía tener que casarme sin una madre que me dé su apoyo y sin un padre que me lleve al altar pero era lo que nos había tocado vivir.
Cuando era muy niña imaginaba una boda enorme, con miles de invitados, un vestido de princesa, un palacio para la fiesta y luna de miel en Maldivas.
Eso ya no me importaba, ahora quería dar el sí frente a unos pocos amigos, en una playa, tal vez, con un vestido cualquiera y mirando a Peter al final del altar. Esperándome nervioso y con una sonrisa muy amplia de felicidad.

—Pedile ayuda a Lupe, ella seguro que te consigue todo lo que vos quieras.
—Está bien, hablaré con ella.
—No puedo creer que nos vayamos a casar.
—Yo si, llevo soñando con esto desde que nos besamos por primera vez.
—¿Alguna vez dudaste de lo que sentías por mi? —Negó con la cabeza. —Igual ahora todo va a cambiar. Yo estoy mejor psicológicamente y eso implica que vamos a empezar a tener peleas normales, de parejas normales...
—Es parte del amor La.
—Pero tengo miedo.
—Siempre se pueden solucionar las cosas cuando se tratan desde el respeto.
—¡No podés ser tan lindo y bueno! —Le mordí la mejilla.
—Hago lo que puedo. —Soltó una carcajada.
—Bueno entonces, todo dicho. Nos casamos cuando vuelva de la gira —Lo besé.
—Voy a estar deseando que llegue ese momento. —Me apretó contra su cuerpo.




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