2.

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*Vipebug*
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A veces hay momentos en la vida atareada de Ladybug que van más allá de las peleas con los Akumas o tolerar los constantes coqueteos de su compañero Chat Noir.

Unos pocos momentos pacíficos en su vida de heroína de París, y este podría considerarse uno de ellos.

Mientras la azabache admiraba el hermoso atardecer desde la cima de la torre Eiffel, Marinette oía embelesada las notas de una melodiosa canción proveniente de un instrumento de cuerda, un arpa.

La persona que tocaba tan melodiosas notas no era nada más que Viperion, el portador del Miraculous de la serpiente.

Ladybug cerró los ojos y posó una mano en su pecho al lado de su corazón, movió la cabeza al ritmo de la relajante melodía que le transmitía una sensación de paz y quietud que combinados al momento la hacían parecer perfecto; sentía como si todos los problemas y preocupaciones que había tenido de días anteriores se desvanecieran con el simple rasgado de esas cuerdas.

—Tocas hermoso —alagó la heroína moteada a la increíble habilidad del héroe con el instrumento, aunque sabía muy bien que no solo podía tocar el arpa.

Viperion le dedicó una pequeña sonrisa blanca antes de volver su vista a las cuerdas.

—Esto... es algo que amo hacer —respondió sincero, cerrando los ojos y comenzando a tocar las cuerdas de su instrumento.

Ladybug sonrió complacida,  consciente del amor del guitarrista por la música; la azabache podía sentir la gran ola de sentimientos que expresaban cada nota al ser tocada por su compañero, era algo maravilloso de presenciar. Y luego de una última mirada al héroe a su lado Marinette volvió la vista al paisaje frente suyo, al hermoso atardecer que en ese momento se formaba.

—Zzzzzz....MyLady —Ladybug consternada volteó en dirección a donde estaba el minino luego de oírlo llamarla, halló sumamente dormido, enrollando su cuerpo de tal forma que parecía formar una bola y soltando leves ronroneos en el proceso.

Eso explicaba el porqué no había hecho una de sus típicas payasadas antes de que la noche llegara. Pero eso sí, lo que no llegó a sorprenderla para nada fue que aún dormido su compañero minino no paraba de pensar en ella.

Y al final Ladybug decidió dejar de prestarle importancia al tema de su compañero durmiendo y decidió dejarse llevar una vez más por las armoniosas notas que el héroe a su lado soltaba.

Después de todo no siempre se podía tener un momento tan pacífico como este. Debía aprovecharlo mientras durara.

Cuadro Amoroso Del Shipp De Luka Y Marinette.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora