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El Dios Eriant no estaba contento con el trato que le daban a los omegas

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El Dios Eriant no estaba contento con el trato que le daban a los omegas. Él no los había creado para sufrir en aquel mundo tan bello y con maravillas por descubrir.
Hasta que una idea se le pasó por la mente.

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Nota: Lamento la falta ortográfica, pero sí le pongo las tildes, se verá desordenado (debido a que la fuente no acepta las tildes)

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𝑁𝑎𝑟𝑟𝑎𝑑𝑜𝑟 𝑂𝑚𝑖𝑠𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒

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En el territorio de Todoroki –reino del Sur– habían varios pueblos de diferentes clases, viviendas y demás. Pero había un sitio en especial en donde iba la gente campesina o de clase media a comprar algo en específico.

Eran callejones infinitos los cuales tenían tiendas llamativas como primera impresión, vendían cualquier tipo de herramientas que son difíciles de conseguir pero aquí estaban a un precio considerable.

Bakugō Katsuki caminaba entre aquellos callejones estrechos debido a la multitud, ya le estaba irritando los bullicios y gritos de venta de aquel lugar. Ninguna tienda tenía lo que él quería, por muy lujosa que fuera.

Vieja bruja, ¿cómo llegaste a enfermarte de esa maldita forma? —Su rostro mostraba disgusto y preocupación—. Sólo no te mueras, maldición.

Cada vez que va bajando por el callejón se iba tornando más algo opaco y campesino. Aquí le ofrecían cultivos, artesanías, materiales reciclados y más.

Estaba en el callejón número 4 y poco a poco se estaba rindiendo, pero al llegar hasta el último bazar del callejón pudo observar una tienda alejada del pasadizo. Esta estaba debajo de un árbol gigante, de tronco grueso y hojas del tamaño de su mano completa.

Al final de cada pasadizo se encontraba un bosque profundo el cual recorría unos 20 kilómetros hasta llegar al reino Kirishima.
Aquella choza era demasiado humilde pero al mismo tiempo hermosa a su manera. Estaba hecha de un pajar grueso, rocas y madera, su entrada no era la más llamativa pero era su última opción antes de irse.

Se acercó a paso lento hacia la tienda hasta adentrase a su última esperanza.

Parecía perfectamente estable y lo era. En su interior se encontraba una barra de color marrón para atender a los clientes, estantes con una gran variedad de libros viejos, maceteros de distintos tamaños que albergaban plantas y flores en ellos.

𝗬𝗘𝗔𝗥𝗦 𝗔𝗚𝗢¦𝐊𝐚𝐭𝐬𝐮𝐷𝑒𝑘𝑢Where stories live. Discover now