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𝑃𝑂𝑉'𝑀𝑖𝑑𝑜𝑟𝑖𝑦𝑎
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Todas mis mañanas se basaban en lo mismo, levantarme, asear a Seccal y asearme, ir a por el desayuno que es lo más vital de mi día –porque realmente no importa si no como en la tarde o en la noche, el desayuno es importante–, darle comida a Seccal, agarrar el pelaje de los animales que cazo de vez en cuando, un poco de dinero e ir a realizar trueques o simplemente vender mis productos.
Llego a vender siete elementos elaborados por mí, pero solamente si los dioses están de mi lado y no logran robarme o tratar de atacarme. Es una vida dura, pero prefiero la naturaleza antes que el oro, es mi mejor amiga y me brinda ayuda varias veces, mi madre siempre me decía que tener buenas vibras te hacía parte del medio ambiente. Y tenía razón, he conocido a ogros, duendes, sirenas, ninfas, hadas, y criaturas mágicas o "exóticas" que los demás no encuentran ni saben cómo son.
Paso horas tratando de vender o de realizar intercambios, hasta que consigo lo que necesito. Algunos clientes dejan mucho que decir, pero no los juzgaré, son personas y todos nos equivocamos. Camino a casa me encuentro con un grupo de alfas y betas con un aura maligna y con intenciones negativas, me aferro a mis cosas que conseguí con esfuerzo y paso entremedio de ellos, pero para mí mala suerte su objetivo era yo.
— ¿Qué tienes allí omega? —.uno de ellos me quita una de los objetos y el otro trata de quitarme la camisa.
— ¡P-Por favor, déjenme! —.digo alejándome rápidamente, no podía defenderme ahora mismo, son demasiados.
— Danos tus cosas pedazo de mierda —.uno de los alfas me empuja para luego dejarme arrinconado, los demás seleccionaban el oro y los objetos que se veían de valor, destruyendo mis productos en donde me demoré más de una semana e incluso un mes en poder terminarlos. Tratando de que no destruyeran todo, me defendí y traté de interponerme pero empeoró las cosas, sabía que si hacía eso comenzarían a golpearme y así terminó.
Cuando se fueron con lo que deseaban me levanté adolorido, tratando de olvidar sus horribles rostros besuqueándome y dejando marcas en mi cuerpo. Revolcado en lodo y con sangre, me dirijo a mi hogar aguantando las lágrimas, debo ser fuerte, seguir adelante y valerme por mí mismo.
Seccal al verme vuelva de manera veloz hacia mí y se transforma en un muchacho de cabello rubio con un rayo dibujado en un mechón. Me sujeta como fuerza y su mirada de preocupación era evidente, él es Kaminari Denki, un híbrido y un ser mágico. Como pudieron ver, puede transformarse en dragón y en un ser humano, siendo dragón le digo Seccal para que nadie sospeche que es una criatura mágica.
— Te he dicho varias veces si puedo acompañarte para protegerte, sabes que no tengo ningún problema y puedo electrocutarlos —.sonríe orgulloso.
