CONTIGO

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Anaju

Sí. Me habían dicho que sí. Fue toda una sorpresa para mí, no me esperaba llegar tan lejos. Pero me habían dicho que tenía una plaza en la Gala 0 de OT2020. Siempre había sido mi sueño y ahora podía ser mi realidad. Lloré desconsolada pero era de pura felicidad. No sabía qué estaba pasando a mi alrededor, no era capaz de asimilar nada más que ese "sí". Solo reaccioné cuando todos mis compañeros se levantaron corriendo a abrazarme. Parece mentira como en tan poco tiempo se podía coger tanto cariño a esas personas. ¿Cómo sería convivir con 15 de ellas? Sería un caos, pero tenía claro que formarían una familia.

Muchos ya amigos míos se quedaron fuera y eso me entristeció muchísimo. Pero todos ellos decidieron no estar tristes y disfrutar de la experiencia. Ya habíamos hablado de hacer una gran fiesta esa misma noche para celebrar que nos habíamos conocido y para despedirnos por todo lo alto.

Horas más tarde, me encontraba en la habitación del hotel arreglándome para estar guapísima esta noche. No os voy a engañar, había muchos chicos guapos en el casting y ya le había echado el ojo a alguno. Puede que esta noche tuviera suerte... ¿Quién sabe? Llevaba mucho tiempo soltera, pues el trabajo no me dejaba tiempo pero ahora todo había cambiado. ¿Quién dice que no puedo enamorarme? Me estaba haciendo ilusiones pero no lo podía evitar.

Me había puesto un mono rojo ceñido, que resaltaba mi figura. Con unos tacones de escándalo y un pintalabios rojo estaba "lista para matar" como dijo mi compañera de habitación , Samantha. Ella estaba igual de espectacular y estaba segura que esta noche no volvería a la habitación. 

Llegamos a la discoteca y estaba a rebosar. Todos mis compañeros estaban en una esquina riendo y bailando. Todos con una bebida en la mano. Sabía que pasaría: todos iban a estar borrachos como cubas y yo tendría que cuidar de ellos, ya que yo no bebía alcohol. Lo que no me esperaba es que algunos estuvieran así ya a la media hora de abrir la discoteca. Fuimos corriendo hacia ellos y los abracé uno a uno.

- ¡Estás preciosa, Anaju!- exclamó Maialen abrazándome. Jamás había conocido a una persona tan dulce como ella y tenía ganas de saber qué nos depararía el futuro. Seguro que nos haríamos muy buenas amigas.

- Sí que lo está. – dijo alguien detrás mío. Me giré y vi a un chico rubio que me tenía cautivada. Hugo. No entendía muy bien porqué pero desde la primera vez que lo oí cantar no podía dejar de buscarle entre la gente.

- Tú sí que estás guapo- le contesté abrazándole, a lo que él rio. Su risa era contagiosa y en mi cara se dibujó una gran sonrisa a conjunto con la suya.

La noche siguió y todo estaba siendo maravilloso. No me había reído tanto en años y había bailado sin importarme nada. Nadie me iba a juzgar, no conocían a la Anaju seria y responsable. Pero tanta gente pegada y tanto baile me estaban dando mucho calor, así que decidí salir a la terraza a tomar el aire.

Cuando llegué vi un rincón oscuro donde había un pequeño sofá y una vista espectacular y decidí sentarme allí. Estaba sola y necesitaba ese momento de paz después de todo el ajetreo de dentro. Estaba con los ojos cerrados y no me di cuenta de que había llegado alguien más hasta que me tocó el brazo, asustándome.

- ¡Hugo, dios mío, que me matas del susto! – exclamé nerviosa. Ojalá fuesen solo nervios de su aparición inesperada, pero no. Él me ponía nerviosa.

- ¡Perdón, perdón! Se te veía muy relajada... – me dijo riendo y sentándose a mi lado en el sofá. 

- Sí – le contesté- estaba pensando en la locura que nos espera los próximos meses.

- Es de locos. Pero tengo muchísimas ganas de convivir con vosotros y conoceros mejor. -me contestó él arrastrando sus palabras, claro efecto del alcohol – Dime algo que ninguno de nuestros compañeros sepa.

29Where stories live. Discover now