Capítulo 23: ¿Realmente es este el final?

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A veces no importa lo que hagas, hay un solo camino por seguir. Así de cruel suele ser el destino1

********** Aimi Blake 7 años – Manada Moon Light

Por favor, solo resiste – Resonaban en mi interior aquellas palabras como si de una plegaria se tratara – Perdóname... – Suplicaba mientras aquella dulce voz se apagaba lenta y sutilmente para después desaparecer en un sepulcral silencio.

Aquella voz era la misma que se había colado por entre mis sueños la noche anterior, de una extraña manera me era tan ajena y al mismo tiempo tan familiar y nostálgica, no dijo nada más que aquello y después desapareció sin más dándole paso a un sepulcral silencio. Me encontraba inmersa en un tipo de inconciencia, trataba de convencerme fervientemente que todo se trataba de una horrible pesadilla, que mi imaginación era la responsable de tan atroz destino... falle sin remedio.

Aimi... Aimi... – Podía escuchar a Aisha llamarme – Reacciona por favor.

La conciencia regresaba lenta y sutilmente hasta mí, no obstante, el miedo que me dominaba evitaba que abriera los ojos, aunque no era necesario hacerlo, podía suponer lo que estaba por venir. Hasta mi llegaba un fétido olor, el suelo bajo mis patas se sentía húmedo, áspero y realmente helado, ningún ruido se colaba por entre las paredes o las ventanas si es que existiera alguna de ellas, sabia que al abrir los ojos realmente tendría que enfrentar la realidad.

Aimi... Aimi – La voz mi padre clamaba mi nombre – ¿Te encuentras bien? ¿Estas herida? – Mis oídos no escuchaban su voz, hablaba a través de la conexión.

Me tomo un par de segundos reunir una pizca de valor y abrir los ojos, al principio lo único que pude distinguir no fue más que oscuridad, pero una vez que mis pupilas se acostumbraron a la falta de luz pude darle forma; me encontraba en un tipo de calabozo, había grilletes colgando de las paredes, la humedad se colaba por entre las piedras de las paredes y justamente como me lo había imaginado no había allí ninguna ventana o tragaluz que dejara escapar por lo menos un pequeño rayo de luz.

Aun ahora mi cuerpo me parecía ajeno, seguía transformada en loba pero ello no me impedía sentir... sentir como mis patas temblaban, como el pelo se me erizaba hasta las puntas de pánico, de incertidumbre, de temor. Había alcanzado la mayoría de edad para mi iniciación a la licantropía, pero aun seguía siendo esa niña temerosa e insegura, esa pequeña que anhelaba escuchar la voz de mamá, esa pequeña que buscaba un refugio entre los brazos de papá, esa pequeña que esperaba poder jugar con su hermano una vez más.

Padre... – Esboce con la voz entrecortada – ¿Qué ha sucedido? ¿En donde estamos? – No podía tranquilizarme, la calma me abandono y el miedo se apodero de mí.

Aimi, debes de tranquilizarte – Contesto mi padre con cierta urgencia – Debes controlarlo... – Ordeno mientras comenzaba a desmoronarme en lagrimas – ¡Enfócate! debes de hablar solo conmigo.

¿Qué esta sucediendo? ¿Quiénes son esos lobos? ¿Por qué nos atacaron? – Preguntaba incesantemente con la esperanza de tener algún consuelo o alivio – ¿Dónde esta madre? Quiero a mi mama... – Suplique rompiendo de nuevo en lágrimas.

Detente idiota – Gruño Aisha en mi mente – Recuerda que aun no controlas la conexión entre lobos – Se apresuró a explicarme – Cualquiera que tenga su parte lobuna puede escucharte.

Quiero a mi mama – Suplique ignorando totalmente la advertencia de Aisha o mi padre, un error que recordaría la vida entera.

Vamos debes de calmarte – Pedía mi padre con cierto atisbo de dolor e impotencia en sus palabras – Entiendo que todo esto es muy difícil para ti, nunca debió ser de esta forma – Explico como disculpándose – Pero escúchame con atención, no debes de regresar a tu forma humana, eres más fuerte y resistente ahora, Aisha te protegerá... eso es seguro – Intentaba controlar mi llanto y prestar atención a lo que mi padre pretendía decirme – Aunque aun eres joven y recién iniciada... no lo olvides, eres un alfa, fuerte, ágil e inteligente, Aisha te enseñara todo lo que debes saber para controlarlo – Una pausa se hizo presente, como si padre tragara saliva o dejara escapar un suspiro – Debes de ser valiente mi pequeña, confía en Aisha y fortalece tu lazo con ella, debes de sobrevivir... – Y de la nada la voz de mi padre en mi mente se acallo, algo le había sucedido.

OcúltateWhere stories live. Discover now