Hace veinticinco años

212 49 10
                                    

Hoy es primero de Diciembre. Estoy saliendo de la casa mientras sostengo la taza entre mis manos con café caliente cuando tomo una inhalación antes de mirar el cielo. Son las cuatro de la tarde, cuatro y media tal vez, así que me siento en el porche, en una de las mecedoras que tengo aquí afuera y contemplo el atardecer que dentro de unos minutos va a comenzar a asomarse. Llevo haciendo esto en los últimos casi treinta años, pero sólo cuando comienza diciembre, porque recordar es vivir, y tengo casi sesenta años.

A mis veintidós años la vida me dio un golpe, todavía no sé si de suerte, pero en ese entonces lo consideré un golpe como bien lo recibiría en una buena riña. Lo sentí como un golpe justo en el estómago. Un golpe de realidad que me despertó del sueño que estaba viviendo.

Hace veinticinco años me enamoré en este mismo pueblo.

Hace veinticinco años llevo recordando mi vida durante los cortos meses que creí que era feliz.

Hace veinticinco años recibí una noticia que me abrió los ojos, que me haría descubrir que las personas son momentos, y los momentos no son para siempre.

Y que jamás lo serán.

Quizás mañanaKde žijí příběhy. Začni objevovat