·Epílogo·

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Ella sabía que ella sabía,
Ella sabía que ella sabía
Que ella sabía que ella sabía—

   Yeji se reía a los gritos, sus pulmones le pedían oxígeno al ver a su novia bañada en harina.

  La chica había intentando cocinarle y hacer una sorpresa pero resulta que todo el paquete abierto, se cayó sobre su cabeza por ser demasiado baja y no alcanzarlo.

  Era demasiado orgullosa para pedir ayuda y se negó rotundamente a usar una escalera, entonces de puntitas de pie y hasta saltando, intentó sacarlo de la alacena superior. El resultado supongo que ya lo saben.

  Enojada, la chica que estaba blanca como fantasma, tomó un repasador de la cocina y se limpió su rostro enharinado mientras fulminaba con la mirada a la castaña que soltaba carcajadas tirada en el suelo.

  Una mueca traviesa se dejó ver en su rostro cuando levantó sólo un lado de su boca. Silenciosamente, tomó el paquete que yacía en el suelo y se acercó a la mayor que no se dio cuenta de su cercanía repentina.

  Volcó todo el contenido restante sobre la más alta con una sonrisa de satisfacción cuando escuchó las quejas de esta.

—¡YAH! ¿QUÉ CREES QUE HACES? —Le reprochó enfadada y volviendo a gritar.

—Justicia por mano propia, ahora estamos iguales—Dijo para terminar riendo al ver también como Yeji se encontraba llena de polvo blanco, del bueno, claro.

—Te odio—Exclamó entre-cerrando sus pequeños ojos.

—Me amas—Contestó la otra con una sonrisa e ignorando el bufido de su novia.

  Luego de una breve pero bastante sana discusión, las dos amantes decidieron que cocinarían juntas pero antes debían limpiar todo el desastre que hicieron.

  Brownies era el menú del día para poder comerlos viendo una película, tapadas en el sillón mientras bebían chocolate caliente.

—¡Yeji así no! ¡No seas bruta!—Le regañó la menor dándole un golpe en la mano.

—¡Auch, la bruta eres tú!—Dijo soltando el azúcar para sobar su mano enrojecida por el reciente contacto.

  La más baja ni se dignó en contestarle, sólo hizo un gesto despectivo y tomó el paquete para colocar las medidas exactas.

—Debes seguir las medidas, sino no resultará—Explicó.

—Pero eso no es divertido—Dijo haciendo un mohín.

—No será divertido pero yo no quiero acabar en un coma diabético.

—Aburrida—Dijo entredientes.

—¿Qué dijiste?

—Dije que—Yeji fue interrumpida por el sonido del timbre—Yo voy, tu sigue con esto.

  Un asentimiento de cabeza bastó para que ella se retirara de la cocina y fuera hasta la entrada.

—¿Qué necesi—Las palabras quedaron en el aire cuando Yeji quedó estupefacta y con la boca perfectamente abierta en una "o" gigante.

—Hola amor mío, te dije que volvería por ti—Respondió la chica del lado de afuera.

  La mayor no podía creerlo, después de tantos años... Tanto esperarla y tanto sufrir, estaba ahí, volviendola a buscar y cumpliendo su promesa.

—Ryu-... Ryujin—Dijo con dificultad aun en estado de shock.

—Esa soy yo.

—Tu... Tu cabello está corto y azul—Fue lo primero que cruzó la mente de la única castaña.

—Sí... Eso, incluso lo tuve rosa—Le restó importancia encogiendose de hombros.

—Me gusta—Pudo decir sin trabarse.

—Gracias—Ryujin sonrío ante el cumplido, el ambiente era incómodo y tenso—¿Así es como me recibes luego de tantos años?

—Tres años y tres meses para ser exacta—Respondió automáticamente.

—Amor—La voz de cierta pelinegra se escuchó cercana para luego aparecer detrás de Yeji, abrazándola por la cintura—¿Quién es? —Cuestionó examinando amenazadoramente a la muy atractiva chica.

—Es...—La mayor quiso responder.

—Ryujin, soy Ryujin—La cortó la peliazul con una sonrisa falsa—¿Y tú eres...? —Preguntó curiosa.

—Ella es Lia—Dijo Yeji antes de que la pelinegra tuviese tiempo a responder—Mi novia.

—Oh—Escapó de los labios de Ryujin—Bueno, yo sólo viene a dejarte esto—Sacó un ramo de dieciséis flores amarillas y una nota que decía "te amo" detrás de su espalda.

  Y si Ryujin no hubiese huído como la cobarde que era luego de entregarlo, hubiera escuchado un "yo también" escapando de los labios de Yeji.

  ¿Era ese el final de la historia?

Y se olvidaron
de sus flores amarillas—

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Me mamé terminado todo hoy.

¡Muchísimas gracias por acompañarme en esta historia! Leo todos sus comentarios y votos, de verdad se los agradezco.

Les dejo un dato curioso; cada capítulo tiene 700 palabras exactas. Sin contar las notas de autor.

Espero no haberlos decepcionado con este final pero ya lo tenía planeado hace tiempo. Tenía en claro el rumbo que tomaría la historia.

Ojalá pueda verlos en futuras obras de Ryeji, gracias por leer, votar y comentar. Cuidense y lxs amo💛

'Flores Amarillas' -RyejiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora