Capítulo 11

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Harry cogió su teléfono para llamar a Niall, estaba desesperado le había llamado tres veces desde su teléfono de casa y otras cuatro con el móvil. Parecía no dar señales de vida. Llamó hasta a su hermano mayor pero nadie contestó.

Harry nunca pensó que le fuera a importar tanto alguien, en esos momentos lo único que necesitaba era algún tío o tía fácil con el que pasar un buen rato. Pero no, no iba a hacer eso, porque en realidad no podía, no se permitiría dañar a Niall.

El rizado no supo cómo, ni cuándo pero acabó frente a la puerta de la casa de su novio sin saber qué hacer. No sabía cuando se había echado a andar en dirección a casa de Niall, ni de dónde sacó las fuerzas pero ahí estaba ¿no?

Se metió las manos en el bolsillo y dio un paso hacia adelante y llamó.

No era tonto, estaba claro que Niall estaba cabreado, porque si no, ¿por qué no contestaba sus llamadas? Había dos opciones, o la del enfado o que estaba en peligro o medio muerto y aunque la primera no sonara muy bien, la prefería sin duda.

Se paró a parar un segundo sobre la razón del enfado de Niall y cayó en la cuenta de la escena que hubo acontecido en el instituto, cuando el evitó abrazar a Niall, no porque no le quisiera o algo, si no porque se sentía devastado y no quería que Niall le viera así, tan débil y estúpido.

Pensó en cómo se debió ver al encontrarse con Louis después de tanto tiempo y también pensó en lo que a Niall le podía provocar una tontería tan grande como su enojo al ver de nuevo a Louis. Seguro que se hizo una gran confusión en la cabeza con lo acontecido.

-em...Harry. Muchacho, ¿estás ahí?- levantó la cabeza del suelo y encontró a la madre de Niall frente a él. La estaba mirando interrogante y parecía que Harry llevaba horas fuera de sí.

Harry intentó sonreír sin mucho éxito y dijo con educación como su madre siempre le decía que había que decir-um... Hola Señora Maura... ¿es-está Niall?-ella se giro y miro insegura la puerta.

Se giró para mirar de nuevo a Harry e hizo una pequeña mueca de pena-yo...cielo verás te dejaría entrar pero Niall...-ella se encogió de hombros y lo miró intentando disculparse por su hijo y su repentino cabreo que seguro que ni ella llegaba a entender.

Niall era muy testarudo y eso cualquiera que lo conociera lo sabía. Estaba bastante claro. Niall era un cabezota.

Harry vacilo entre irse y quedarse. Al final se giró y le dijo a la madre de su novio.-podría... ¿podría decirle al menos que si puede escucharme un segundo? es que ni si quiera sé que he hecho.- ella mira de nuevo el interior de la casa algo insegura pero termina haciéndose a un lado con una sonrisa.

El rizado camina hasta donde está y pasa a su lado.-pasa cariño, voy a subir y hablar con él y decirle que estas aquí ¿vale?-asiente obediente y sonríe mostrando sus hoyuelos. Se acerca a la entrada y tras el ofrecimiento de Maura se sienta en el sofá que hay en el salón.

La madre de Niall cierra la puerta con cuidado y sube las escaleras en dirección la habitación de Niall, dejándolo solo en el sofá o bueno no tan solo ya que una voz interrumpe los pensamientos de Harry.-hola.-dice el hermano de Niall, Greg desde la puerta de la cocina. -umm...chaval. ¿Estás ahí?-pregunta al ver que el chico parece no estar en la tierra.

Harry al ver que le está hablando se sonroja levemente y mira al hermano de su novio. -¿mm?- Greg se carcajea y sonríe.

-¿qué tal Harry?- pregunta el chico. Harry sonríe arrogante como muy a menudo hace y esta a punto de decir algo pero la madre de Niall aparece por las escaleras y dice -Harry, cielo.- el chico se levantó y se acercó a la mujer la cual añadió.- verás Niall ahora no está muy bien... lo siento no quiere ver a nadie.

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