Capítulo 12

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XII

Ikniutsin.

Escribo en nombre de tu hermana, quien hace días permanece encerrada en el templo principal en oración y para encontrar el consuelo de los dioses en esta hora incierta. Espero que en tu nuevo hogar todo esté bien, aunque, a juzgar por lo que le escribiste a tu hermana hace unas semanas, el peligro que nos acecha en Tlayolotl se acerca poco a poco a otras partes del Mundo Conocido.

Hay días en los que la frontera se encuentra tranquila, pero son más los días en los que sentimos ese silencio tenso antes de la batalla. Viene con el cambio de estación, con el paso del verano y la muerte del verde que nos rodea. Será un invierno duro, más que otros que hayamos tenido. Lo vemos en las estrellas, Ikniutsin. Lo sentimos en el aire denso y el agua inusualmente amarga. Es como dicen nuestros textos sagrados, como ha ocurrido cada tantos años y nadie más que nosotros y algunos Reinos del Sol recordamos.

Hace días que nuestra Estrella se encuentra más cansada de lo normal. No lo admitirá, porque tú y yo sabemos lo terca que es, pero el problema del norte no la deja en paz. Altera sus noches, en los sueños: ese lugar en el que nadie puede ayudarla. Quizá solo tú, pero no sé si a la distancia podrás hacerlo de la misma manera a como lo habrías hecho estando presente.

Tu protección sigue aquí y tus guardianes continúan en donde los dejaste antes de partir, atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, visibles solo en el cobijo de la noche. Y tus guerreros también siguen donde ordenaste, listos para ser los primeros en defender el reino cuando comience la batalla, dispuestos a ser los primeros en morir, en una piel o en la otra.

La batalla. Años escuchando las historias antiguas, sorprendiéndonos con las historias de los que vivieron antes que nosotros, maravillándonos con los cuentos de héroes inmortalizados en nuestra memoria, y ahora que todo es más real, ni las historias ni las hazañas de nuestros héroes ni los cuentos parecen tener la respuesta a qué hacer cuando comience la guerra. Porque ocurrirá y ambos lo sabemos: ocurrirá más pronto que tarde, aunque Itzel ha hecho lo posible por retrasarla y aunque nos has protegido siguiendo el linaje de tu gente.

Sé que esta no es la carta más optimista que has recibido en las últimas semanas y sé que Itzel no estará contenta cuando sepa que te escribí y qué te escribí, pero como te dije, ambos sabemos lo terca que puede ser y está dispuesta a cargar todo ella sola, cuando somos muchos los que queremos ayudarla a aligerar su carga. Ikniutsin, a pesar de todo, debes alegrarte porque no todo es malo. Benja regresó con buenas noticias del otro Reino del Sol, quienes están al tanto de lo que ocurre aquí en el norte y están dispuestos a ayudar, con lo que puedan, desde Qusqu.

Quizá no todo está perdido y por primera vez, podremos hacer una alianza con los Reinos del Sol para defendernos todos juntos. Espero que los dioses sean benévolos con nosotros y permitan que eso ocurra, porque no soportaría que Tlayolotl tuviera que hacer lo mismo que hace 300 años para mantener alejado al Mal.

Tu hermano, E.

*

Es oficial, esta historia se ha vuelto más compleja de lo que pensé que sería en un comienzo. Si se dieron cuenta, agregué algunos detalles sobre los temas que se abordan y sobre otras parejas que son mencionadas o que aparecerán en la historia: GuateMéxS, Domití, Ecuper. Y aparecerán otros personajes más adelante.

Si les gusta lo que escribo, les agradecería mucho saber qué opinan de esta historia. ¡Un beso!

[Latin Hetalia] Corazón verde, muros de piedra (Argenmex)Where stories live. Discover now