Capitulo 17

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Aitana

Abro los ojos al sentir una fuerte punzada en mi cabeza. Mi teléfono esta sonando pero tengo mucha flojera. Me tomo cinco minutos mas para después levantarme y responder. 

Es Darían. 

–¿Puedes decirme dónde  estas?– pregunta serio. 

–Estoy con Sam, ¿Pasa algo?–

– Me regrese a Seattle desde ayer,  por problemas en el trabajo – me dice molesto.

¿Que? ¿Me abandono sin tan siquiera avisarme? 

– ¿Sucedió algo grave? ¿Tienes problemas? ¿Puedo ayudarte en algo? 

- Si, necesito que vengas lo mas pronto posible, necesito hablar contigo frente a frente. 

Ya se de que se trata. 

- Quiero el divorcio Darían. - suelto triste. 

- ¡¿QUE!? - grita y tocan mi puerta. Me pongo mis sandalias y camino hacia la puerta para ver de quien se trata. 

- Ya he hablado con el abogado de la empresa, este mismo día te harán llegar la orden de divorcio - me detengo - Procura-pasar-menos-tiempo-con-tu amante-y-por-primera vez llega temprano mi abogado estará ahí al medio dia. - tartamudeo a punto de llorar.

- Espera Aitana...

-Lo siento, llaman a la puerta tengo que irme Darían. - cuelgo y limpio las pocas lagrimas que se me han escapado. Hago mi mejor sonrisa y abro la puerta, frente a mi me encuentro a un mesero. 

–La señorita Aitana Milano –asiento – El señor Rothstein le envía el desayuno.

El chef entra y me deja todo el desayuno en la habitación. 

– ¿Disculpe dijo el señor Rothstein?– ¿Fue Iktan? 

– Si señorita el señor Rothstein me envió a dejarle el desayuno. 

Veo como el chef ordena todo, y sale de mi habitación.

– Desayuno instantáneo - dice Sam entrando a mi habitacion. 

– Sorprendente ¿No lo crees? 

– Hasta que Darían se puso las pilas - dice lanzándose a mi cama. 

–No fue Darían quien lo envió.

–¿QUEE?– grita emocionada– ¡NO ME DIGAS QUE TU HOMBRE IKTAN LO ENVÍO!

Asiento y ella comienza a gritar como loca, aunque eso termina porque el dolor en su cabeza empeora.

–Me duele mucho la cabeza 

Niego y le pasó una pastilla para que se la tome. La escucho hablar  sobre algo pero no le estoy  prestando atención por estar sumida en mis pensamientos. ¿Por qué Iktan haría esto?

–¡AITANNAAA!– la miro asustada – ¿En que piensas?– me dice alzando una ceja.

–En nada– le respondo.

Duele AmarteOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz