Capitulo 23

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Aitana

Quiero besarlo. 

De verdad lo deseo, pero regresa a mi mente todo lo que me hizo y esos pensamientos se esfuman. Lo esquivo y lo empujo alejándolo de mi lo mas lejos que puedo. 

– No puedes besarme cuando se te de la gana. - digo zafándome. 

El sonríe y lame su labio inferior.

– ¿Ahora yo no puedo besarte pero otro idiota si?–

– ¿De que hablas?–

– Que ingenua Aitana, en la foto salen muy bien– dice cabreado.

– No eres quien para reclamarme nada Darían, ¿quieres que meta a Grace en esto?–

Su expresión cambia rápidamente.

– ¡No metas a ella en esto!

– ¡Que no la meta! Por ella estamos así - nos señalo - Corrijo, todo es tu culpa. 

– Por supuesto que no fue su culpa, fue la tuya– grita. 

No debo llorar. 

– ¿Mi culpa?–

– Si Aitana fue culpa tuya... Tu cambiaste– suelta inocente. 

– ¡Eres un imbécil Darían! Yo cambié para ser una mejor esposa para ti.

– ¿Y de qué forma? ¿Vistiéndote como si fueras la mujer de mi padre, o en que fastidiabas a cada rato con lo de ser madre?

No soporto mas y las lagrimas comienzan a bajar. 

Escuchar esas palabras venir de alguien a quien una vez amaste duele.

– Si me vestí así fue porque tú me lo pediste o ¿Acaso no lo recuerdas? ¡Claro no lo debes recordar, porque Grace ocupaba todo tu miserable tiempo!

– ¡Te he dicho que no metas a ella en esto!

– ¿Querías hablar no? ¡Pues aquí me tienes! Ya no soporto esto, te odio a Darían, tu arruinaste mi vida. Yo te amaba, pero al parecer no fue lo suficiente, porque decidiste engañarme. Me has hecho perder a dos hijos. ¡¿Puedes imaginar el dolor que siento?! ¿Sabes que es lo que más me duele? Que hayas negado a mis hijos pero al bastardo que espera tu amante no. Si ya no me querías más, debiste haberme dicho. No entiendo de qué quieres hablar, quieres burlarte y decirme que me ponías los cuernos mientras estabas conmigo. ¿Crees que no sabia? –

– ¿Co-mo es...–

– Si Darían, los mire juntos, es más hasta en mi propia casa los vine a encontrar, eres un cínico de mierda. ¿Sabes donde los encontré? Los vi juntos en mi cama. No se que mierdas quieres hablar conmigo, tu mismo me hiciste entender que yo necesitaba a otra persona...– respiro profundamente– no te culpo a ti por ser igual a todos, me culpo a mi por creer que cambiarias – saco el anillo de compromiso que el me había dado y le dejo en la mesilla– Eres libre Darían, yo ya no seré un obstáculo para ti. No se para que apelaste el divorcio, pero te vere en el juzgado, tengo todo para ganar. 

Doy media vuelta bajo las escaleras rápidamente chocando con alguien.

– Schatz ¿Estas bien?– me pregunta Iktan.

No le respondo y lo abrazo.

– Yo....–

– Tranquila cariño todo estará bien–

Escucho pasos detrás de nosotros y veo a Darían furioso. 

– ¿Qué le hiciste?– le pregunta Iktan subiendo la voz.

Darían se ríe y pasa por nuestro lado saliendo de mi casa.

Iktan me toma en brazos y me sienta en el sofá.

– Tranquila cariño, todo estará bien–

– Lamento haberte empapado de lagrimas.

Niega – ¿Qué sucedió?

– Le dije todo lo que tenía que decirle, y...– me interrumpe.

– Y actuó como un cobarde, me lo imaginaba viniendo de una persona como él.

– Hay una cosa que aún no te he dicho– el me mira preocupado.

– Estaba embarazada Iktan, iba a ser mamá, pero con el accidente lo perdí. A él no le interesó en lo absoluto.

El me mira sorprendido y molesto.

– Debo de ir a darle su merecido a ese imbécil, como se atrevió a dejarte así–

– Ya no importa, solo quiero ir a casa–

– Esta bien Schatz, gracias por contármelo.

Me besa la frente y me lleva en brazos hasta el auto. 

La tarde transcurre en Space Needle, y justo en ese momento recibo una llamada de mi abogado. 

El juicio seria mañana. 




***

¿Qué les pareció? 

De verdad que Darían es...



Duele AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora