OCTAVA CARTA

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Amanecí bastante más temprano que el despertador, de hecho no había pegado ojo en toda la noche. La culpable de esto es un sentimiento que no podemos controlar llamado intriga. Tenía una intriga que recorría cada una de mis venas. Ansiaba con todas mis fuerzas saber finalmente quien era mi admirador secreto y parecía un milagro que dentro de unas horas descubriría al fin quién es.
Me levanté de la cama y me bañe con agua caliente ya que era bastante temprano, después me cepillé los dientes y me vestí. El día de hoy no sería uno cualquiera, así que decidí ponerme un vestido corto azul pastel, un poco ajustado. Lo combiné con una chaqueta vaquera y unas convers blancas. Me alise el cabello, me maquillé un poco para así poder disimular mis ojeras y me coloqué unos accesorios. Cogí una manzana del comedor y justo cuando abrí la puerta de mi casa, estaba Jack.

—Buenos días, preciosa—sonrió.

Nos abrazamos.

—No esperaba verte aquí—devolví la sonrisa.

—Puedes empezar a acostumbrarte —mostró orgullo en su mirada —, te vendré a recoger todos los días.

—¿Quiere decir que tendré un chofer privado?—Reí.

—Un chofer privado y todo lo que tú quieras—guiño el ojo.

Le pegue suave en su hombro, sabía que esas palabras eran con segundas intenciones.

Soltó una carcajada y me abrió la puerta del copiloto invitándome a entrar en su coche.

Me senté, me beso la frente y cerro la puerta. Jack se sentó en el copiloto, lo que era algo obvio. En cuestión de minutos estábamos en el instituto.

Mi amado abrió mi puerta y me cogió de la mano. Todo el mundo nos estaba mirando. En cuestión de minutos ya no era Luna Smith con una sola amiga. Ahora era Luna Smith sin amiga y con un novio. Pero no un novio cualquiera, sino de los chicos más guapos del instituto y de mi curso. Por ese motivo todas las miradas estaban dirigidas hacía nuestra dirección. Nuestra relación era prácticamente imposible, se trataba de algo platónico. Cuando menos te lo esperas y por el motivo menos esperado, eres el centro de atención de todo el instituto. Me gustaba ser el centro de atención, nunca antes lo había sido y sentaba bien.

Jack me condujo donde se encontraban sus amigos y me los presentó. Por muy guapo y popular que fuera Jack, él había elegido sus amistades muy bien y desde que se de su existencia siempre se ha relacionado con la misma gente, lo que es genial. Quiere decir que no es un chico que se deja influenciar y elige bien sus amistades.

—Hola a todos—saludé tímidamente.

—Luna, está es Yasmin—señalo mi novio.

Nos dimos dos besos.

Yasmin era de las chicas más preciosas de todo el instituto, incluso las chicas iban detrás de ella. Tiene los ojos verdes con unas pestañas largas, unos labios alucinantes y una sonrisa preciosa. Su nariz, era quizás lo más feo de su cara, pero a nadie le importaba. Su pelo es rubio muy, muy largo y su cuerpo era simplemente proporcionado y perfecto.

—Este es Lucas—siguió.

Nos dimos dos besos.

Lucas era un chico muy apuesto pero no tanto como Jack. Tiene los ojos negros, y unas cejas gruesas. Sus labios son carnosos y una mandíbula marcada. Cuando sonríe se le marcan los hoyuelos, es un rasgo bastante adorable. Pero lo que más me gustaba de su cara eran sus pecas. Tiene pecas por toda la cara, eso hace que sea súper atractivo. Su cuerpo era musculoso, no hacía falta ser inteligente para saber que Lucas entrenaba mucho.

—Ashley—continuó.

Me brindó un abrazo. No me lo esperaba realmente; pero le correspondí.

El inicio del fin ☑️ Where stories live. Discover now