DECIMOSEXTA CARTA

93 11 0
                                    

El sonido de la alarma hizo que me despertará para otro día de instituto. ¿Uno más o en realidad es uno menos? Sea cual sea el término filosófico, me levanté de mi cama para darme una ducha de agua fría. Me cepillé los dientes y sequé el cabello. De mi armario saqué un vestido negro simple, llegaba hasta las rodillas. Lo combiné con una chaqueta vaquera y unas Sabrinas blancas. Baje al comedor y cogí una manzana para desayunar, la verdad es que no estaba muy hambrienta. Salí de casa y fue donde me apercibí de mi realidad.

Jack no estaba allí como todos estos últimos días. Había elegido a mi chico, y no era él. Tampoco se que me esperaba al abrir la puerta, pero hasta este preciso momento no me había dado cuenta de mi decisión. Todo fue rápido y espontáneo, todo ocurrió en cuestión de un fin de semana. Mi vida había cambiado por una decisión propia. La verdad es que, no quiero perder a la persona que me ha devuelto las ganas de vivir una vida de verdad. Antes solo me preocupaban los estudios, ahora quiero estar con mis amigos, dar un paseo por el parque sin un motivo, compartir mis experiencias, miedos, sueños, poder salir de fiesta y reírme con otra persona que no sea Venus hasta que me duela la barriga. No digo que solo con ella no estaría bien, pero tengo muchas cosas que ofrecer para solo una persona. El caso es que no sabré lidiar mi día a día si Jack no esta en ellos. Me había acostumbrado a su presencia, su risa, sus buenos días preciosa, oír te quiero de sus labios y los besos en los momentos menos inoportunos. Ahora me tendré que alejar de todas esas cosas, por mucho que no quiera. He decidido romper con él, y eso conlleva que no me venga a buscar o me bese en las clases de biología. Lo único que ansió, es que pasado el tiempo de su duelo, todo pueda regresar a la normalidad. Que podamos ser amigos. Un cierto día me dijo que querría que fuera feliz y que siempre estaría a mi lado aunque tenga que ser como amigo, solo espero que pueda cumplir sus palabras. Ahora debo amar a las cosas bonitas que me hará Enzo. Dejar de lado un amor antiguo y acepta al nuevo.

Conecté los auriculares al móvil, abrí Spotify y escuché only girl de Rihanna, mientras me dirigía al instituto. Después de escuchar tres canciones contadas, llegue a mi destino donde me esperaban todos mis amigos, excepto Jack.

Nos saludamos entre todos, besé a Enzo y pregunté lo que necesitaba saber de una vez por todas.

—¿Y Jack?

Enzo frunció el ceño por lo que acababa de preguntar, pero me importo entre poco y nada. Jack sigue siendo importante en mi vida y quería saber si estaba bien.

Yasmin me hizo una señal con la cabeza, como si quisiera que me girará.

—Aquí estoy, preciosa.

Allí estaba él, con sus palabras tan delicadas y con el apodo que tanto me encantaba escuchar en su voz ronca. Pensaba que nunca más iba a oír esas palabras provenientes de sus labios. Sentí como se me coloraban las mejillas.

—Vaya, hay cosas que nunca cambian—acarició mis mejillas.

No se porque, pero hoy Jack estaba increíblemente apuesto, más de lo normal. Con su cabello castaño completamente despeinado, sus ojos verdes esmeralda vidriosos, parecía que había estado llorando durante horas. Sus pestañas negras que te atrapaban en cada parpadeo, su mandíbula que te hacía imaginar la simetría de cada estrella dibujada en el cielo y sus labios gruesos, que te hacían viajar con cada sonido que salía de ellos. Por si fuera poco, estaba vestido con un polo negro y unos pantalones a juego del mismo color, estaba increíblemente guapo.

—¿Dónde estabas? Me tenías preocupada.

—Tranquila, solo he llegado unos minutos tarde — sonrió —, ¿Nos encontramos aquí al terminar las clases?—añadió.

Asentí.

En ese preciso momento Enzo me cogió del brazo y nos separó del grupo.

—¿¡He oído bien, os vais a encontrar!?—gritó.

El inicio del fin ☑️ Where stories live. Discover now