capítulo 14

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Estaba a punto de subir a mi habitación, pero oí un golpe en la puerta.
Probablemente era Jennie que se olvidó algo. Abrí y no me equivoqué. Allí estaba, de pie, excepto que no estaba sonriendo. Entró y la expresión en su rostro me hizo empezar a retroceder, sonrió y cerró la puerta.

―¿Jen-Jennie? ¿Qué estás haciendo?― Yo tartamudeaba. La mirada en sus ojos... No podía describirlo. Tenía sus pupilas dilatadas. ¿Qué significa eso?

Me quedé sin aliento cuando mi espalda golpeó contra la pared estaba atrapada y ella estaba más cerca, pero me daba una sonrisa tranquilizadora... Me cautivaba.

Más y más, caminó hasta que estuvimos cara a cara. Mi respiración se cortó cuando su rostro se acercó al mío y sus ojos estaban fijos en mis labios. Tragué saliva y ella se rió entre dientes, era ronca y muy diferente a la había escuchado antes.

―Jennie, ¿Qué estás...?

―Shh― Sonrió y puso su dedo en mis labios.― No podemos decirle a nadie, Lalisa.

Abrí mi boca para hablar, pero mi voz se perdió, quitó su dedo de mis labios y lo pasó por los suyos. Mi mandíbula se abrió mientras la veía lamer sus labios y luego morderse el labio inferior, manteniéndolo allí por un tiempo. Lamió una vez más y cerró la boca.

Miré a sus ojos oscuros y me encontré inclinándome más cerca, el magnetismo entre nosotras era demasiado grande como para resistirnos por más tiempo. Oí su risa antes de cerrar los ojos y nos...

(...)

La alarma del teléfono sonó en la mesita de noche, indicando que era hora de levantarme.

Me senté furiosa, todo fue un maldito sueño.

Grité y contuve la almohada en mi cara, tal vez si me ahogaba en este momento sería lo mejor. Una segunda alarma sonó y no tuve más remedio que lanzarla lejos con todas mis fuerzas, nunca había estado tan furiosa antes.

Era tiempo de prepararme para ir a la escuela. Me puse maquillaje y decidí usar un pequeño vestido negro. Una vez más, por vigésima vez, me miré en el espejo para comprobar que lucía caliente y sexy, tomé mi bolso y salí de la casa.

Tan pronto como llegué, comenzaron las clases y fue un día de mierda, lo habitual, que por supuesto sólo mejoraría cuando viera a Jennie. Mi corazón se detuvo cuando no la vi en el almuerzo, me llené de pánico. Rosé chasqueó la lengua en respuesta a mi inquietud y vi a Jungkook pasando por nuestra mesa. Me pareció extraño, siempre se sentaba conmigo, pero en lugar de eso me lanzó una mirada sucia. ¿Qué mierda te he hecho? Rosé también lo vio y se encogió de hombros sin dejar de comer. Fruncí el ceño tratando de recordar si había hecho algo grosero o desagradable hacia él, pero no había nada.

Me recordé de hablar con él en la clase de Jennie, antes de que ella llegará.

(...)

―¿Qué te pasa? ¿Por qué no te sentaste conmigo en el almuerzo?― Me enfrenté a él. Estaba sentado en su silla mirando al frente, con una mirada arrogante en su rostro.― Hey, estoy hablando contigo. Por lo menos ten la decencia de mirarme― Estaba empezando a enojarme. Por lo general es un idiota, pero no actuaba de esta manera.

―Vete a la mierda― Gruñó.

―¿Qué carajo te hice, Jungkook? Vamos, dime.

Jennie entró y vio la tensión entre mi novio y yo.― Hey, ¿Qué está pasando aquí?- Preguntó mirándome.

―Preguntale a ella― Dijo él, mientras golpeaba el escritorio con sus dedos y se ponía de pie.

―¿Lalisa?― ¿Está pensando seriamente que tengo algo que ver con esto?

Lujuria Oculta [Jenlisa; adaptación]  Where stories live. Discover now