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Estaba tan cómoda en el futón, relajada sin que Yuichiro me grite a cada rato por que no leí de manera correcta las indicaciones de su libro ¿¡como quería que lo haga?! ¡Su letra no era la más bonita de todas!
Fruncí ligeramente el ceño, pero al despertar y recordar me levanté de golpe del futón algo nerviosa. Estaba en la habitación de Tanjiro y Genya, ¿que hago en mi habitación?
—Despertaste.
Mire a Inosuke que estaba a mi lado, sentado cruzado de piernas con su cara apoyada en su mano, me miraba enojado y con el ceño fruncido, su máscara de jabalí estaba se lado.
—¡Inosuke! ¡¿Cómo está Tan-
—¿¡Porqué no me dijiste que no estabas durmiendo bien?!
Me sobresalté un poco al escucharlo gritarme, más bien regañándome, seguro Tanjiro fue quien le dijo.
—Ah, eso. Eh estado ocupada esta semana, de hecho estos días estaré ocupada.— sonreí tratando de calmarlo.
—¡Pero no estás bien!
Ladee mi cabeza confundida. —¿Qué quieres decir?
—Hay una oscura sombra bajo tus ojos.— paso su pulgar por debajo de mi ojo con cuidado— Y dormiste durante tres horas cuando te desmayaste en la habitación de Gonpanchiro, él me dijo que no estabas descansando.— frunció los labios irritado, se veía adorable.
—Puff.— cubrí mi boca con mi mano evitando soltar una risa. —Inosuke ¿estas preocupado por mi?— me acerque ligeramente hacia él con una sonrisa.
Se tenso un poco y un rubor empezó a aparecer en sus pálidas mejillas.
—Yo...— cerro sus ojos un momento para abrirlos determinado. —¡Si, estoy preocupado por ti!— abrí mi boca sorprendida, no creí que lo aceptara tan fácil y rápido. —Me suelo preocupar por mis compañeros...pero tú me sueles preocupar más, ¿¡es porque me gustas verdad?!
Sonreí un poco, su pronunciación con la palabra "compañeros" era incorrecta, pero lo hacia sonar tierno.
—Perdón por preocuparte Inosuke, prometo...— solté un pequeño bostezo antes de continuar. —Prometo pasar algo de tiempo contigo de ahora en adelante ¿si?
Me había apoyado en su hombro, mi rostro quedó en el hueco de su cuello y me quedé adormilada, antes de hacerlo note como se ponía más rígido al sentir mi respiración en su cuello.
Sentí como me volvió a recostar en el futon, pero antes de que se alejará lo agarre de la muñeca con los ojos cerrados y una sonrisa ladina.
Él pareció entender lo que quería decir y se recostó a mi lado sobre la sábana. Apoyé la cabeza en su pecho y acabe profundamente dormida escuchando los latidos de su acelerado corazón. Que de cierta manera, me relajaban bastante.
