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Lo primero que recibí al llegar a la Finca fue un abrazo de las chicas, se notaba que habían estado muy angustiadas toda la noche. Las pequeñas niñas no evitaron sollozar al notar que Shinobu-san no estaba entre nosotros.
—Shinobu-san logró vengar a Kanae-san, dio todo de ella y con la ayuda de nee-san e Inosuke lo logró. Ya no está con nosotros pero...— cerré los ojos un momento. —Ella debe estar muy feliz ahora, si nos ve tristes no estaría contenta ¿saben?
Las tres niñas limpiaron las lágrimas de sus ojos y asintieron varias veces, disculpándose de vez en cuando.
Aoi agarro mi hombro. —(t/n) ____, debemos atender a los heridos.— me dijo con una sonrisa triste.
Solté un suspiro para seguidamente sonreír yo de igual manera. —Lo se.
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Caminaba hacia la habitación de los chicos, ya habían tres meses y todo poco a poco volvía a la normalidad.
—¿¡Ah?!— solté un pequeño grito al notar a una cosa subir por mi pierna llegando a mi brazo rápidamente, al ver que era blanco suspire aliviada. —Eres tú ¿Qué haces aquí? deberías estar con nee-san.
La pequeña serpiente blanca, anteriormente perteneciente al Pilar de la Serpiente que había fallecido en batalla, ahora se había hecho buen amigo de mi hermana y paseaba tranquilo por mi hombro.
Al inicio me costo acostumbrarme que haga eso pero no tuve más opción.
—Ve con Kanao ¿si?— a pesar de que nee-san no haya quedado completamente ciega, de todas maneras no veía mucho, Kaburamaru-kun le ayudaba bastante ahora, era una serpiente muy inteligente.
La pequeña serpiente bajo por mi brazo haciéndome sentir un leve escalofrío por la extraña textura de su piel, tan camuflada como apareció, se fue.
—¿Hablando sola?
Gire a ver a la masculina voz que me llamaba. —¿Yuishiro?— pregunte confundida al verlo otra vez en la Finca.
Cruzó sus brazos con el ceño fruncido manteniendo al pequeño gato en estos. —¿Qué pasa, algún problema con que este aquí?
Me acerque a él un poco. —¡Para nada! es agradable verte otra vez Yuishiro.— le sonreí algo agradecida. —A ti también pequeño.— acaricie la cabeza del felino que instantáneamente comenzó a ronronear al sentir mi mano.
