Capítulo 7

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Los presentes volvieron al bullicio y la indignación, lo último que querían era que un humano llegase sin ser anunciado o invitado.

— ¡Esperen, esperen!— grito con los brazos arriba, trago seco al ver a los presentes la mayoría demonios aterradores que podrían dejarle pesadillas para toda a vida.

El único que podía reconocer era a Bill y a los monstruos que habían interrumpido en su casa.

— ¡¿Pero qué es esto?!— exclamó el vocero— ¡¿Cómo un humano llegó a nuestras tierras?! Que humillación.

Ford frunció el ceño y a continuación habló.

— ¡Soy el científico más inteligente de mi dimensión y mundo— se detuvo— así que prácticamente soy un fenómeno como todos ustedes!— se cruzo de brazos. El vocero gruño mostrando sus afilados dientes listos para despedazar la piel de científico.

— ¿Por qué has venido?— pregunta uno de los de arriba, específicamente el padre de Bill— ¿Cómo lograste venir a nuestro mundo, dimensión como lo conozcan los de tu raza?

Y es que el padre de Bill sentía una extraña calma al ver a Ford pues presentía que algo bueno saldría de esto y él nunca se equivocaba.

— déjenme presentarme, me llamo Stanford Pines— el representante del reino de arriba puso más atención al apellido.

"Pines"

Ford continuó— omitiré los detalles de cómo llegue, la cosa es que estoy aquí porque se está cometiendo una injusticia con él— señaló a Bill— y no creo que los demonios toleren una injusticia si no toleran que rompan una ley.

Punto para Ford.

— explícate mejor, humano— pidió el Señor de abajo— ¿De qué injusticia hablas? El acusado esta siendo juzgado conforme a las reglas de nuestro mundo.

— ¡Se equivoca!— exclamó y se dirigió al rubio— Bill ¿Pudiste pedir la Prueba de 48 horas?— y al decir eso los mandatos quitaron su sonrisa apretando sus dientes.

— ¿Más leyes?— suspiro cansado— ¡Si salgo vivo de aquí debo poner más atención a este mundo!— Ford lo fulmino con la mirada y suspiro volviéndose a dirigir a los demás.

— en todos los mundos y dimensiones que conocí tenían la Prueba de 48 horas si las dimensiones lo tienen y ellas parten de un mundo. Entonces el Reino de abajo debe tener esa condición— tanto los presentes como el padre de Bill se sorprendieron.

— ¿En serio nadie sabía de esto? No culpo a Bill por ser un ignorante— acaricio su sien con cansancio— consiste en darle 48 horas al acusado para que demuestre su inocencia.

El de cabellos negros frunció el ceño y sus ojos rojos sangre brillaron y la pupila afilada cual gato.

— ¿Existe esa posibilidad?— preguntó con voz grave haciendo eco en el salón.

Los mandatos no contestaron y eso lo enojó más en cuanto quisieron negar aquella posibilidad apareció otro invitado.

— ¡Es verdad!— Will apareció con su forma triangular con un libro antiguo y negro en brazo— ¡Se le debió dar a los acusados aquella posibilidad pero pasaron siglos y siglos y nadie supo de ello!— exclamó.

— ¿Tú tuviste algo que ver con esto?— gruño en un susurro hacia el soberano de arriba.

— yo no tuve nada que ver con esto— respondió.

— joven príncipe, mi señor déjenos explicarlo— hablo uno de los mandatos sonrientes.

— ¡Espero que tengan una buena excusa para no ponerlos en el lugar de mi hijo en estos momentos!— grito mostrando su verdadera forma por unos instantes. Los mandatos sintieron por primera vez que sus planes estaban tomando un rumbo diferente al planeado y dudaron en su respuesta.

— hicimos lo que creímos mejor por nuestra raza, fue mejor eliminarlos a que siguieran manchando nuestro nombre. Aunque el joven príncipe pida esa posibilidad, su crimen es muy grave y solo queda la muerte.

Sonriendo cual demente hablo— muy bien, entonces será como ustedes digan, tendrá su castigo— regreso a su forma casi humana.

Will, Bill y Ford se quedaron boquiabiertos creyendo que todo esfuerzo fue en vano cuando el padre de los demonios volvió a hablar.

— ¡Pero!— hizo una pausa— ustedes también lo tendrán— los mandatos borraron su sonrisa— ocultaron información importante a su rey y eso es tomado como traición, lo cual es muy irónico si juzgan nuestra naturaleza— rio— ¿Estas de acuerdo?— le sonrió hacia su acompañante y este solo rodó los ojos ignorándolo.

— me temo que no podemos ser juzgados, nosotros somos la ley mi señor— trataron de excusarse— fuimos mandados para mantener un orden, no podemos ser destruidos.

— ¡Lo intentare por toda la eternidad si es necesario, bastardos!— grito Bill queriendo salir de aquel sitio.

— Cipher cierra la maldita boca— susurró Ford tenso por el ambiente que se estaba formando.

— como quieran, al no obedecer mi orden solo siguen acumulando puntos pero ¿Tú que opinas?— pregunto hacia su contrario— tú mandaste esas cosas como castigo a mi pobre ser, ¿qué dirás al respecto? ¿Qué la justicia no es una de tus enseñanzas?

— deberías ser más paciente, estoy consiente de lo que es correcto...— musitó— el juicio se les hará a ambos y solo nosotros diremos la sentencia al final.

— ¿Sabes? Te lo restregaría en la cara por haberme dado la razón si no fuera un asunto importante— volvió a reír a carcajadas— ¡Perfecto! Ya escucharon al sujeto de arriba, ambos serán sentenciados y es mi, digo, nuestra última palabra.

Una vez dicho Bill fue liberado y el juicio postergado.

Will y Ford soltaron el aire que estaban cargando y se aliviaron.

— ambos mostrarán su inocencia en el próximo juicio y fin de la sesión— dicho esto desapareció dejando solo a demonios y humano en medio de todo el bullicio.

***

La noche en Gravity Falls podría darte miedo si no lo conoces y encanto si sabes ver más allá que solo oscuridad... Podría darte escalofríos, sustos, tormentos y muchas pesadillas por sus criaturas ocultas detrás de cada árbol y debajo de cada roca.

Pero esa noche solo había calma y el viento no corría con fuerza, no había ningún ruido pero no causaba miedo, no causaba nada.

Conversaron mucho mientras iban camino a casa de la rubia, y en un abrir y cerrar de ojo ya estaban en la puerta. Tal vez fue impresión de quien los viera o casualidad pero al verse tan cerca del destino, los pasos se volvieron lentos y el habla con más prisa, como si aprovecharan el tiempo que les quedaba hasta llegar.

Pero lastimosamente acabo ese tiempo y la rubia se giró para agradecerle su compañía al castaño.

— gracias por acompañarme— sonrió y Dipper formó una sonrisa ladina.

— no sabia que sabias decir gracias— bromeó ganándose un golpe por parte de la rubia— bueno princesa, sana y salva en su linda morada.

— ¿Ahora eres poeta Pines?— rieron— nos vemos mañana en e trabajo.

Y Dipper sintió la necesidad de decirle: "¿Puedo pasarte a recoger mañana?" Pero no lo dijo y solo sonrió.

— que tenga dulces sueños, princesa— hizo una reverencia causándole otra risilla a Paz.

— regresa con cuidado Mason— y ella también quiso hacer algo más, un beso en la mejilla antes de un—buenas noches— musitó y entró en su casa recostándose en la puerta.

Dipper suspiro y se dio media vuelta para encaminarse de regreso a la cabaña.

La rubia sonrojada no se movió de su lugar por minutos hasta que escuchó la puerta tocar pensando ilusionadamente que era aquel castaño.

— Dipper ya ve— su sonrisa se borro cuando vio a sus dos progenitores en lugar del castaño.

La luz eternaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora