Capítulo 25

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— ¡Santo cielo!— exclamó Mabel cubriéndose la boca enseguida avergonzada.

La mujer rio y sin despegar su sonrisa continuó.

— ¿Cómo está mi pequeño? Ya debe ser un demonio maduro y malévolo— Mabel parpadeó varias veces— aunque ya no creo que sea malévolo gracias a ti Mabel.

— ¿A mi? Bueno... no puedo llevarme todo el crédito vivir con nosotros ayudo a su temperamento además que el tío Ford lo tenía vigilado— comentó nerviosa.

— es muy triste...— avanzó unos pasos cabizbaja— ¿Sabes? A veces me pregunto quién sufre mas, si los que mueren o los que pierden, parece ser una maldición para ellos enamorarse de un ser mortal que puede morir en cualquier momento— suspiro.

— la vida es complicada para ambos ¿No crees?— levantó su vista hacia la castaña y esta asintió a su pregunta.

— en realidad no aproveche mi vida cuando aún la tenía y ahora que ya no la tengo pues me hubiese gustado vivirla mejor— confesó la castaña.

— ¿Qué quieres decir, querida?

— no tuve una buena vida, cuando mi papá fallecido algo se quebró dentro de mi... algo que no podía repararse, mi mamá me hacía a un lado y prácticamente solo tenía a mi hermano, tíos y amigos del pueblo. Pero a ellos solo podía verlos un tiempo y luego volvía a la rutina de pesadillas y ansiedad, quise acabar con el dolor muchas veces pero no lo hice. Cuando supe que moriría, traté de vivir lo que llevaría por siempre en mi corazón aunque me cure de la maldición, igual morí.

— ¡Pero que vida tan injusta!— volvió a exclamar— ¿Es que en otra vida hicimos algo malo y recién la pagamos en esta? Nunca entenderé y creo que es mejor no hacerlo.

— ¿De verdad?

— claro, si entendieras cómo es la vida no tendrías de que aprender.

— ¿Cómo sabias que conocía a Bill?— preguntó extrañada.

— ¡Oh eso! Soy su madre, ojo de madre no se equivoca— y rio— en realidad, los observaba desde aquí.

— ¿Puedes hacer eso?— pregunto impresionada.

— bueno, yo puedo hacer eso, mucho tiempo aquí te da ventajas celestiales. Aparte de recibir a los nuevos, me encargo de seleccionar ángeles guardianes, ya sabes— Mabel asintió entendiendo que quería decir.

— ¿O sea que todos tienen un ángel guardián de verdad?— asintió y negó.

— normalmente sí hasta que pasan a la otra vida— explicó.

Una vez que llegaron a la cabaña el papá de la castaña las esperaba.

— ¿Y esa demora? Me fui antes que ustedes y llegué antes— comentó con los brazos cruzados.

— nos poníamos al día, déjanos ser— comentó la bicolor haciendo un pequeño puchero.

— Mabel quiero presentarte a alguien— dijo ignorando el berrinche de su amiga.

Alguien más apareció; alto, cabellera rubia, ojos azules y perfil celestial. Mabel parpadeo varias veces pensando que podía ser una ilusión, aquel hombre era muy serio pero también muy guapo.

— bienvenida— habló con voz profunda pero suave—  que bueno que despertaras.

— hola— respondió la castaña.

—  disculpa mis modales, me llamo Gabriel, es un placer conocerte Mabel Pines— Mabel parpadeo más confundida, ¿es que cuando mueres todos conocen tu nombre o algo así?

— descuida, un placer aunque no entiendo por qué sabe mi nombre— busco la mirada de su padre y este interfirió.

— él es un ángel oficial, mi niña, saben de todos los vivos y los muertos— aclaró.

—  y es mi jefe— añadió la de cabellos bicolor con una risa nerviosa.

— pensé verla más feliz— dijo ignorando lo recién dicho por la mujer—  ¿O todavía no lo sabe?

— la verdad no pensé que era necesario que lo sepa— confesó. Gabriel suavizo sus facciones para dirigirse, nuevamente, a la castaña.

— Mabel, hay algo que tal vez te gustaría saber— comenzó— es sobre Bill Cipher— la castaña reflejaba preocupación y miedo.

— ¿Qué ha sucedido?— intercambio miradas con los mayores.

— verás, querida, son tres mundos principales; el Reino de arriba, el Reino de abajo y el Mundo de los humanos. Antes de llegar aquí tu pertenecías al de los humanos, en el Reino de abajo se les impuso una serie de leyes que no deben romper y si lo intentaban pues el castigo era el exterminio. ¿Me sigues?

— sí, pero eso qué tiene que ver con Bill— el rubio continuó.

— ¿Recuerdas algo de lo que pasó antes que murieras?— Mabel arrugó la frente tratando de recordar, el odioso dolor claro que lo recordaba pero lo demás se veía borroso y entrecortado. El grito, escuchó un grito antes de sentir su cuerpo liviano.

— todo se ve borroso y entrecortado y alguien gritaba mi nombre pero no es que pueda distinguir su voz— Gabriel asintió con lentitud.

— no entrare en detalles, Bill fue apresado y casi condenado a muerte por romper la ley— Mabel se quedo atónita— pero descuida, ya fue liberado y todo esta bien.

¿Cómo podía decirlo con tanta tranquilidad?

— ¿Q-Q-Qué? ¿Por qué? ¿Cómo salió libre? No entiendo— el castaño se acerco abrazándola por los hombros.

— hija, Bill recibió la ayuda de Ford y un amigo suyo además que el hermano de Bill ayudo también. No te preocupes— algo se calmó dentro de la castaña pero aún seguía con dudas en su cabeza.

— ¿De verdad está bien?— insistió. El rubio asintió.

— mi hijo no podría haber muerto tan fácil, ¡cuánto se han fortalecido!— comentó juntando sus manos y sonriendo con ilusión.

— ¿Hace cuánto fue eso?— volvió a preguntar unos minutos después.

— aquí hace un par de días, abajo hace un par de meses— la castaña no ocultó su sorpresa.

— entonces los tiempos son distintos, eso explica porque son eternos— susurro para si.

— bueno, ahora que todo está aclarado vengo a darte tu nuevo trabajo— anuncio con su seriedad de antes.

— ¿De qué se trata?— preguntó con curiosidad.

—"Las almas nobles" Serás la guardiana de aquellas almas que vagan en la tierra cuidando a los fallecidos.

— ¡Oh! Ese es un gran trabajo y nostálgico también— comentó la mujer de cabellos coloridos.

— ¿Qué dedo hacer?— la mujer estuvo complacida al poder responderle.

— veras, cuando uno fallece tiene dos caminos; el primero, cuando aún no encuentra la paz que busca vaga por la tierra y la segunda, si fallece en paz viene directo para acá. "Las almas nobles" son aquellas que dedican su eternidad a cuidar a los fallecidos, como sabrás, un cuerpo sin vida es un cuerpo sin alma y hay seres que aman controlar ese material.

— ¿Y dónde entro yo?

— que tú serás quien las cuide, solas no pueden contra aquellos seres malignos. "Las almas nobles" gastan su energía celestial rápido por lo que pelear contra un ser maligno las agota hasta dejar de existir completamente. El fallecido se queda sin protector y nosotros sin compañero. Por ello les llamamos "Las almas nobles".

— ¿No es muy pronto para-

— no, no hay problema, lo haré.

La luz eternaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon