Capítulo 15

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"It's just another night
And I'm staring at the moon
I saw a shooting star"

[All of the stars, Ed Sheeran]

Pacífica le contó lo que había pasado en su ausencia, el rostro de Bill frunció el ceño al oír lo absurdo que había sido esa boda.

— ¿Por qué le tienes tanto terror a esa campanilla? Ni a mi en mi verdadera forma le habías temido— cuestionó. La rubia suspiró y agregó.

— primero que nada, tú eres aterrador de cualquier forma y segundo me educaron para obedecer sin refutar y ese maldito sonido estuvo presente toda mi vida hasta que comencé a rehusarme a seguir obedeciendo. Me fui de casa, renuncié al apellido Northwest pero aun así mis padres me atormentan— finalizó.

— ¡Bueno, ya no eres una Northwest definitivamente!— exclamó el rubio— eres Pacífica Pines, la esposa de Pino— las mejillas de la rubia se sonrojaron y Dipper casi escupe su bebida, la ojiazul frunció el ceño y con tono molesto habló.

— ¡Ja! Prefiero ser la hija adoptada, además, Dipper puede ponerle su apellido a quién sea ya que encanta a cualquiera— se levanto de golpe y salió a la cocina.

El castaño se golpeó la cara arrepentido por ser lengua larga.

— ¿Cuándo pasó?— preguntó Bill queriendo saber más detalles— ¿Quién se confesó primero? Para ir a interrumpir una boda, esperaste mucho Pinito.

— ¡Cállate!— estaba avergonzado y aunque aceptaba que sentía algo más por la rubia seguía apreciándola como una amiga— es mi amiga, ¿debí quedarme sin hacer nada? Que tontería.

— ¡Oh vamos! Dipper, ¿sigues confundido?— lo enfado más.

— ¿Y eso qué? ¿Algún problema?— se cruzó de brazos desviando la mirada. Bill negó con una pequeña sonrisa— las mujeres son complicadas, es todo lo que dire— abandonó la habitación dejándolo solo.

Segundos después también se levantó y se encaminó hacia el techo queriendo sentir el aire en su rostro y ver el cielo nocturno.

La noche estaba silenciosa y corría un poco de viento se sentó con las piernas colgando recostándose mirando hacia arriba. La luna estaba ahí oculta detrás de unas nubes que empezaban su recorrido por el cielo, cerró los ojos un momento recordando.

— ¿Pueden haber dos cosas bonitas en un solo lugar?

— no lo sé, ¿ya las has visto antes?

— bueno, estoy viendo una y la otra tendría que tomar un autobús para verla con mis propios ojos y saber si está a tu altura.

Ella rodó los ojos avanzando más rápido ignorando los coqueteos que el rubio no se cansaba de decirle.

Al volverlos a abrir su vista era borrosa a duras penas podía mantener sus ojos abiertos y su boca cerrada omitió un grito doloroso, oculto detrás de una sonrisa burlona y de un corazón roto.

Un pequeño latido más fuerte se hizo presente al ver pasar una estrella fugaz frente a sus ojos, solo era una y tal vez sea la más pequeña y solitaria estrella fugaz de tantas pero mientras que estuviera brillando e iluminando los rostros de los demás cumpliendo sus deseos...

— ¿Por qué me dices Estrella fugaz?—

— eres el símbolo de la Estrella fugaz, brillante y alegre, tímida ya que apareces solo en las noches cuando todos duermen, más hermosa que las estrellas en el cielo y brinda paz al corazón de las personas—

— ¿En serio es todo eso? Tiene un
significado algo cursi.

— le agrede mi toque, Es-tre-lla fugaz

Diciendo lentamente lo último sonrió al ver que la castaña desvió la mirada sonrojada.

Se llevó sus manos a los ojos frotándolos con fuerza, su cuerpo temblaba y un hilo de sangre salió de su labio inferior por la fuerza que la mordía para callar su agonía.

pof favr regsa (por favor, regresa)— pidió entre balbuceos poco entendibles— ¿No ves que te necesito?— comento tiempo después, su voz sonaba rota y el nudo en su garganta se hacía cada vez más grande— ¿Que no ves que te extraño? ¿Por qué no lo ves?

Sentía mucha rabia al hablar y un fuego abrazador lo quemaba por dentro, Bill se quedó callado esperando una respuesta ¿Y saben que es lo más doloroso?

Que él sabía, que nunca obtendría respuesta.

Ya no salían lágrimas de sus ojos pero aún sentía el cosquilleo de que pronto comenzarían a caer, el sueño lo invadió pero se negó a ceder no tardó en volver a pronunciar balbuceos.

— ¿Por qué no lo ves?— susurro— ¿Por qué tuviste que irte?— aferrándose al recuerdo de la cálida sonrisa que la castaña le regalaba sonrió débilmente— tenías una sonrisa muy bonita...—

Una sonrisa que solo quedaría en su mente.

— nunca me dijiste que hacías para tener un cabello tan sedoso, con aroma embriagante— no importase cuantas veces preguntara, ella seguiría diciendo que su castaño cabello estaba descuidado y sin brillo pero él seguiría viéndolo hermoso.

Un aroma que solo quedará en el aire.

— te diste cuenta el primer día ¿Verdad?— sintió el sabor metálico de la sangre seca— me dijiste que no me haga ilusiones, ¡pero como no hacerlas! Si cuando estabas a mi lado, el corazón que creía inexistente cobraba vida y latía como si estuviese en una carrera de autos... Si cuando me llamabas por mi nombre sentía mi cara quemarse que hasta podrías freír algo en mis mejillas— le causo gracia su comentario pero no río como antes lo hubiese hecho.

Intento contar las estrellas pero eran miles y miles que no le importo perder la cuenta y tener que iniciar de nuevo, la luna era su única compañera y testigo de los sentimientos del pobre demonio.

La luna y solo la luna podría decir cuánto ama a esa joven que yacía bajo tierra sin vida. Podría decir cuánto sufre día y noche por no verla reír a su lado, por no escuchar su voz otra vez. Y solo Bill podría confiárselo a ella porque ella no diría nada, solo escucharía su lamento e iluminaría su dolor.

— debí decirte lo mucho que te amo cuando podía, debí abrazarte cada vez que estabas junto a mi, debí amarte con más intensidad de lo que te sigo amando ahora... Tal vez así no te hubieras ido tan pronto y podría haberte pedido que seas mía y yo me volvería tuyo, por siempre y para siempre— cuando no pudo seguir con sus párpados abiertos solo los cerró sin oponer resistencia se quedó dormido.

Un amor que solo quedaría en su corazón.

La luz eternaWhere stories live. Discover now