La luz eterna

Capítulo 10

Recientemente Pacífica había desaparecido, recientemente se enteró que se iba a casar y recientemente descubrió algo más.

—¡¿De qué hablas?!— Stan le haría confesarlo por las buenas o por las malas— ¡Yo solo... no estoy..!— bufo con frustración.

— Dipper eres un genio para algunas cosas pero un torpe para otras— comentó, el castaño miró con melancolía el paisaje recordando esas palabras provenir de la boca de su gemela y que ya no podría volver a oír— ¿Te sientes frustrado, herido, enojado, etc de violencia?— asintió.

— pero es por el coraje porque la están obligando a algo que ella no quiere, ¡es muy injusto que no le dejen vivir su vida!— grito.

— ay pareces un adolescente— comentó Stan con escalofríos— mira, Dipper ¿Recuerdas lo que sentías por Wendy?— volvió a asentir.

— ahora usa tu cabeza de nerd y une ciertos parecidos— pide bajando un poco la velocidad.

— ¿Entre Wendy y Pacífica?— Stan juraba que si no fuera porque Dipper es el único sobrino que le quedaba podría soltar el volante y golpearlo hasta que reaccione.

— ¡A lo que sentías por ellas maldito idiota!— Dipper lo pensó, lo que sintió por Wendy fue un cariño sincero, aunque se quedaron como amigos él siempre la atesoró en su corazón aun si no era correspondido. Pero con Pacífica, cuando estaba con ella su mente se centraba solo en ella, cuando le contaba sus preocupaciones solo podía pensar en soluciones para resolverlas, incluso cuando eran niños y los atacó un fantasma vengador fue ella quién los salvó incluso a él y sintió tanto orgullo ese día. Su tacto tenía una calidez que podía erizarle la piel, definitivamente esto no fue lo que sintió por Wendy, esto es mucho más, mucho más para lo que puede entender y por eso no podía comprenderlo.

Lo último que pensó fue la ira que corría por sus venas al saber que estaba por perderla.

— ¡Mierda!— exclamó llevándose las manos a la cara ocultando su vergüenza y torpeza— mierda, mierda, mierda— siguió repitiendo la misma palabra y entonces vio a Stan sonreír—¿Lo sabias?

— hasta Mabel lo sabía, son los únicos idiotas que no se dan cuenta— comenta con simpleza— ¿Quieres saber cómo supe que me necesitabas?

Asintió.

— la amiga de Mabel, la luchadora, llamó a la cabaña y como nadie estaba excepto yo tuve que contestar— chasqueó la lengua— y entonces me contó todo lo que había pasado.

— ¡Dios mío! Soy un tonto, tonto, tonto, tonto— volvió a repetirse.

— si si ya la chingada— se quejó— escúchame, te dejare lo más cerca posible yo tengo que hacer un asunto antes— no dio más detalles y volvió a acelerar sobresaltando al castaño.

***

— ¡Estás hermosa mi linda niña!— comentó con lágrimas falsas al reflejo de la rubia vestida de un vestido color hueso con corte princesa con su cabello suelto con ondas al final y un listón en su cintura.

— ¡Muy bella!— la voz de su padre hizo sobresaltar a la mamá de la chica pero tan pronto se acercó a él mirando con aprobación a la rubia— y eso que lo conseguimos todo en poco tiempo.

— ¿Los invitados ya llegaron?— preguntó Priscilla con entusiasmo. Preston asintió— muy bien, es hora de comenzar.

Salió deslumbrante por aquella habitación dejando a padre e hija.

— ¿Por qué hacen esto?— pregunto con un hilo de voz.

— ya te lo dijimos, Pacífica, por el bien de la familia. Eres una Northwest, está en tus venas— una lágrima se le escapo y gracias a su flequillo no se vio.

— ¿Por que nunca piensan en mi felicidad?— susurro.

— la felicidad es algo que puedes comprar, cariño. No te angusties, vivirás una vida de lujos y riquezas— Preston vio el semblante triste de su hija y algo en él se conmovió.

— ¿Entonces yo también fui comprada? Nunca tuve unos padres amorosos que se interesaran por mi, perdí a mi mejor amiga— su voz salía entrecortada— y ahora cuando pensé poder ser feliz— río— fui una tonta, siempre soy una tonta por hacerme ilusiones que nunca se harán realidad.

Se bajó del pequeño escalón que estaba y camino hacia la puerta.

— al menos cuando termine este absurdo circo, ya no los volveré a ver— los tacones resonaban pero se hacían cada vez menos audibles.

Stan freno en seco y sacó a Dipper del auto con rapidez.

— ¿Pero qué carajos?— se quejó— ¡Stan!

— volveré no te preocupes ¡Ahora corre!— y sin más dio una vuela en u y aceleró. El castaño corrió con todas sus fuerzas.

Podía sentir sus piernas temblar y su aliento irse poco a poco pero no podía detenerse, no cuando faltaba tan poco, no cuando estaba tan cerca de no dejarla ir.

"¡Por favor que llegue a tiempo!" Pidió.

La ceremonia ya anunciaba el comienzo de dicha celebración, y una vez todos sentados en sus asientos. Desde el otro extremo Preston estaba sosteniendo el brazo de su hija.

La música empezó a soñar y lentamente fueron ingresando, todos susurraban sobre los padres como la hija de dicha familia cosa que solo hizo que Pacífica se sintiera más incómoda.

Pensó en huir, su madre no estaba y con ella la campanilla pero sabía que su padre tenía una de repuesto y que en cuanto retrocediera un paso volvería a escuchar ese horrible sonido.

Preston la entregó a quién será su nuevo esposo y el evento inició.

El padre comenzó con la introducción y diciendo que el amor puede con toda la adversidad.

"Que mentira" pensó la rubia.

Todo pasó lentamente por su cabeza, su futuro esposo diciendo sus votos y aceptándola como esposa y ahora el turno de ella. Sudaba y temblaba, su voz no salía y la mirada de los demás tampoco eran de ayuda.

— ¿Lo acepta como esposo, señorita Northwest?— volvió a preguntar. Priscilla saco de su bolso una campanilla y discretamente la hizo sonar llegando a oídos de la rubia que volvió a temblar y a sentir náuseas.

— yo Pacífica Northwest— dijo con dificultad, una lágrima rebelde volvió a caer y cuando estuvo por decir lo que restaba entró causando un gran sobresalto en los presentes.

— ¡Detengan esta farsa!

¡Holaaa!
Espero que estén bien. Perdonen por no estar tan activa con las actualizaciones :c ya los puse al día con los capítulos atrasados :D espero que les gusten <3

Cuéntenme sobre los capítulos, ¿les gustaron? Espero que si jeje

Me despido, adiós!