#11 | Eres tú |

20 7 5
                                    


Un secreto es un ladrón. ¿Por qué? Porque siempre está robándole la verdad a quien, en la mayoría de los casos, merece saberla.

Los secretos son ladrones e infieles, puesto que muy pocas veces se resisten a la tentación de salir a la luz, de romper promesas, de auto eliminarse... dejando de existir.

Mi vida entera es un secreto. Justamente por eso, porque compartimos esas virtudes o defectos.

Pero la gran paradoja, el gran misterio y la enorme ironía, es que mi propia mente me oculta ese secreto a mí. Mi propia mente me oculta mi vida, me roba la verdad, me miente, y me ha provocado demasiadas tentaciones al parecer.

Por lo poco que he podido despertar  y de lo poco que he tomado conciencia, sólo puedo desear descubrir mi propio secreto antes de que él acabe conmigo esta vez y para siempre.

-Entra, adelante. -Jhamsa me hizo pasar a su dormitorio. Ya nos encontrábamos en la casa de Forestal Este, en medio del campo. Don Tulio también estaba allí preparando la cena.

Lo primero que llamó mi atención era la presencia de dos camas individuales. Era una habitación pequeña y humilde, con pocos muebles.

-Siéntate.- se sentó en la cama e hizo un ademán para señalar la cama de enfrente.

-¿Y bien..? -Me dejé caer sentada en el colchón. No sé cuánto tiempo haría que mi cuerpo no disfrutaba de uno, pero realmente me sentí en nubes de algodón y el cansancio me pedía a gritos que dejara caer mi cuerpo entero sobre él. Mas no era momento de dormir, era momento de estar lo más despierta posible.

-Bueno, em... -Soltó un suspiro peligroso, frotó sus manos buscando mentalmente las palabras correctas para comenzar a hablar. Yo me acomodé en el lugar y comencé a observarlo expectante, con los ojos bien abiertos y atentos a cada movimiento que hacía.

-Bien. -aclaró su garganta como por enésima vez.

-¡Dilo ya! Si sabes algo dímelo por favor, no sabes lo horrible que se siente estar en mis zapatos en estos momentos. No sabes lo que es estar completamente perdida, sola, desmemoriada, desconfiando de todo, preguntándote hasta lo imposible tratando de encontrar alguna respuesta que te salve del delirio. ¿Que pensarías tú si encuentras una tumba con tu nombre? ¿Qué sentirías si tu mente te dice que mataste a tu padre, si lo recuerdas vívidamente, cuando siempre ha sido la persona que más has amado en el mundo y sabes que nunca le harías daño? - Se quedó mudo e hipnotizado mirando un punto fijo.

-Dime lo que sepas por favor, te lo ruego. Pero sólo si sabes alguna verdad.-insistí, sacudiéndolo del brazo para que saliera de su ensimismamiento.

-Ok. Perdona.-comenzó. - Mi nombre es Jhamsa Rivero Cruz, Tulio no es mi tío, simplemente me está dando un lugar en su casa. Yo perdí mi casa... perdí a mi familia, yo perdí todo. -Y de pronto sus ojos parecían dos cristales a punto de romperse en mil pedacitos.

Sinceramente me dió pena. Me levanté y me senté a su lado.

-¿Qué pasó con tu familia? -pregunté suavemente.

-No importa, tu querías saber de ti. -dijo, secándose los ojos húmedos con la manga de su canguro. - Tú no perteneces a este lugar. Tu viniste hasta aquí para salvar a alguien. Bueno, nosotros te trajimos hasta aquí.- comenzó a jugar torpemente con sus dedos.

-¿De qué hablas? - Fruncí el entrecejo. Mi mente entendía cada vez menos, menos y menos.

-¿Recuerdas el sueño en el que nos conocimos? Sí, no estabas loca.- se adelantó. - Yo también te había visto allí. Porque mas que un sueño fue un encuentro, un encuentro en otro espacio, fue el momento en el que entraste. Yo estaba muy nervioso porque nunca había hecho algo semejante y no sabía muy bien cómo manejarlo, es peligroso en realidad, tenía miedo de no saber qué hacer. Además apareciste antes de lo esperado, me sorprendiste por completo. Luego me di cuenta de que no estabas registrada, claro, ahí empecé a entender cómo funcionaba todo... yo debía registrarte.También en ese momento fue cuando me di cuenta de que no me reconocías... luego supe que es normal, así son las transiciones.

-Wouwouwou, espera, alto ahí, STOP. - Hice un ademán para hacerlo callar. - ¿Que yo pertenezco a dónde?- agudicé mi última palabra.- ¿Qué transición? Nunca entendí lo del registro. ¿A qué te refieres con eso? ¿Y cómo que "no te reconocí", a caso ya nos conocíamos? <<Lo supuse.>>

Suspiró.

-Tu vienes de un universo paralelo Ana. Vienes de la línea temporal Ub69a. Es otro camino, idéntico a este pero en el cual las vidas de todos nuestros "dobles", por explicarlo de alguna manera, tomaron otro rumbo, otras decisiones, otros destinos.

-No te la puedo...

-Sí. Ajá. No es nada de películas ni de mundos de fantasía como en las telenovelas de ciencia ficción. Es simplemente un plano paralelo, una dimensión más, una división, otro camino energético que se ha formado en el cosmos con cada decisión que hemos tomado en la vida. Cuando decidiste por ejemplo ir a la Universidad, un camino energético se abrió para una Ana que decidió no ir a la Universidad, y que a diferencia de la primera se convirtió en camarera de un restaurante, donde consiguió una pareja, se casó, o la descubrió un caza talentos y terminó en un escenario de Hollywood, etc. Infinidad de posibilidades, infinidad de caminos, infinidad de líneas de tiempo. Y tú estas aquí porque te necesitamos, porque debes ayudarnos, porque debes salvar una vida...

-Oh por dios, oh por dios...No me digas que...

-Sí. La vida de quien descansa en esa tumba, Ana. Debes salvarte a ti misma.

-What the fake qué mierda me estás diciendo... -lo miré fijamente a los ojos, atónita, expectante, perpleja, azorada, y todos los sinónimos que se les puedan ocurrir. No podía creer que lo que estaba escuchando era cierto. ¿Universos paralelos? ¿En serio no estaríamos en un manicomio dentro de un delirio compartido?

-Tú querías la verdad. Aguántala. -sonrió atormentado.

-Y considerando que esa locura fuera real, ¿qué le ha pasado a Ana? A la Ana de "este mundillo".

-Pues, uff. Es difícil. -se quejó aún abrumado.

-Ahora que comenzaste debes terminar.-le lancé una mirada amenazante. 

-Ana cometió un error... un gran error. En este universo paralelo en el que estamos tú, abusaste del poder que te dio el tiempo.

-¿Eh? Claridad, por favor.

Se aclaró la garganta.

-Es decir, manipulaste el curso del tiempo. Eras muy especial. Tenías ciertas capacidades, cómo decirlo, extrasensoriales. Eras demasiado sensible, tanto que tenías el poder de manipular las cosas con tu energía y pura intención.

-¿Era media bruja? Wou... interesante. - me permití soltar una carcajada seca después de tanta tensión, mismo para evitar las lágrimas de terror.

-Simplemente tenías poder natural. ¡Eras un alma despierta! Pero no supiste usar tu " don ". Viajaste al pasado no sabemos exactamente para qué, suponemos que por el hecho de no llevarte bien con tu padre. Nunca lo perdonaste por haberte causado tanto daño... No sé si quisiste cambiar algunas partes de la historia para evitar tanto mal, o si quisiste directamente vengarte de él y la situación se te fue de las manos, supongo que sin quererlo te excediste, quiero suponer. O tal vez estabas tan depresiva y perdida que intentaste... ya sabes, dejar tu vida.

-Deja de dar rodeos y dilo de una vez. ¿Qué fue lo que hice? ¿Lo maté? ¿Por eso tengo ese recuerdo sin haberlo vivido?

-Más que eso, te mataste a ti.

Miré al suelo en un silencio reflexivo y extraño.

-Lo mataste a él sí, pero lo mataste en un pasado en el cual no existías, o sea, lo mataste antes de que nacieras, antes de que junto a tu madre te hayan traído al mundo.

-Entonces al hacerlo me auto-eliminé... dejé de existir.-razoné al instante, boquiabierta del espanto.

-Ajá. Así es.-Hizo una mueca. -Por eso necesitamos de tu ayuda. Lo que Ana ha hecho no se puede hacer, manipular el tiempo y cometer semejante error fue sumamente peligroso y trajo consecuencias terribles. Lo que has sufrido fue una gran paradoja temporal. Ahora tu madre recuerda haberte tenido hasta tus veinte años, pero no te tiene, nunca tuvo una hija con su difunto marido. Nunca te tuvo.

Queremos traerte de vuelta, queremos impedir tu muerte, pero no queremos más paradojas. Es demasiado peligroso para todos. Por eso consideramos que la persona más adecuada para hacer esto, quien correría el menor riesgo posible, esa eres tú. 

El secreto de Ana WalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora