¡No soy tuya, Tu eres mio! (Jin x Yena)

Ganar (Bonus)

_-Narra Jin

Bien, supongo que esto debía pasar en algún momento.

Supongo que esto debía suceder, al fin y al cabo, era ella o yo.

Maldición, si pudiera tomar esa decisión de nuevo, supongo que ahora no estaría de esta manera.

Supongo que mi crueldad es demasiado como para que alguien como Yena la maneje.

Ahora, por mi culpa, la veo devastada, con ganas de llorar, y con altas probabilidades de lanzarme un cuchillo, Bueno, lo último lo deduzco con la mirada.

Supongo que, debí dejarme ganar en el Mario Kart.

— ¿E-enserio te molestaste por perder?

Le dije a Yena mientras ella tenía el ceño fruncido evitándome mirarme a los ojos.

— ...

Ella me respondió con silencio absoluto.

— Pero si hace rato te estabas burlando de mí

Y de manera relativamente crueles...

— ¡Eso era porque iba ganando!

El anarquismo en las relaciones, duele, me quema, me lastima

— Y que perdiste qué diablos cambia

— ¡Que ya no me puedo burlar de ti!

Si vamos al caso, realmente tiene un punto.

Yo me hacer que a ella y la abrace por detrás, ella por fuera parece alguien a quien no le gústalos mimos, ya que tiene una cara como que te parte la madre. Pero realmente Yena era susceptible a cariños de este estilo, aunque ciertamente nunca demuestra directamente el gusto hacia este tipo de tratos, y la mayoría de veces que quería que la tratara así, me lanza indirectas haciendo que me dé cuenta si quiere un beso, o un abrazo o cualquier otro mimo.

Obviando su estado de molestia, ella omitió el hecho de que le estaba abrazando, solamente se dejó abrazar en silencio, dando a saber que aún seguía molesta conmigo (Injustificadamente...), yo solo la abrace con cariño acurrucándola en mi pecho mientras estábamos sentados en el tatami frente a la pantalla donde el videojuego estaba puesto.

Le acariciaba los puntos que Yena llamaba "debilidades" ya que ella era relativamente más susceptible al ser acariciada en esos puntos. Pude sentir que ella se erizo un poco al hecho de que estaba acariciando esas zonas, que se ubicaban por la zona del cuello, incluyendo también su cabello y sus hombros.

Poco a poco ella fue acurrucándose más a mi cuerpo hasta que simplemente cedió ante el abrazo, correspondiendo casi al instante, fue realmente gratificante al saber que ya había conseguido hacerla susceptible, ahora solo faltaba cumplir los demás pasos de mi plan.

— ¿Sigues enojada?

— Si...

Ella respondió con una voz suave parecida a la de una niña de ocho años en puchero, que hacia olvidarte de la chica agresiva a la que acostumbrabas a ver.

— ¿Qué quieres que te dé para que dejes de estar enojada conmigo?

— Quiero que me prepares un café...

— ¿Y?

— Quiero que pongas otro juego...

— ¿eso es todo?

— Quiero que me dejes sentarte en tu regazo...que me des mimos...y me dejes ganar...

Yo solamente suspire con una sonrisa mientras acariciaba su cabello corto.