Capitulo II

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EPISODIO 6: "Malestar"

– Tsukki. –

– Qué ocurre? –

– Está vez no podré ir contigo a la escuela ¡Lo siento! –

– Ya veo, no te preocupes. –

– De acuerdo entonces, nos vemos mañana. –

– Adiós. –

Colgó el celular y se fue a dormir.

A la mañana siguiente Tadashi y Yukie salieron de casa y se dirigieron a la escuela, para Yukie está sería su primera vez en una escuela completamente distinta.

– Bueno, aquí nos separamos, nos vemos más tarde Yuki. – Se despidió el pecoso para dirigirse a su salón.

– ¡Si! ¡Nos vemos! – Exclamó la chica para después hacer lo mismo que su hermano.

– Nee Tsukki ¿Dónde quieres almorzar? – Preguntó Tadashi mientras guardaba sus cosas.

– Donde siempre está bien. – Respondió el megane con desinterés para después levantarse y dirigirse a la puerta.

– ¡De acuerdo! – Se levantó para ir detrás del rubio. – ¿Te puedes adelantar? Debo hacer algo antes. Cuestionó y tras recibir respuesta fue al salón de su hermana.

Tsukishima solo observó la espalda de su amigo y se dirigió en donde iban a almorzar.

Tsukishima llegó al lugar, luego de un rato llegaron otras personas.

– ¡Hinata boke! – Ese insulto tan común para el rubio apareció. – ¡Deja de comerte mi pan! –

– ¡Me lo debes Kageyama idiota! –

– Hinata, Kageyama-kun, no peleen. – Mencionó la voz tranquila de Yachi.

– Al parecer el rey y la reina vuelven a tener problemas. – El rubio rio después de decir aquello.

– ¡¿Qué dijiste maldito?! – Respondió el dúo dinámico al mismo tiempo.

– Hola Tsukishima-kun – Saludó la única chica del lugar dejando de lado lo antes dicho. – ¿Dónde está Yamauchi-kun? – Cuestionó sentándose en el suelo.

– Dijo que tenía que hacer algo y que me adelantará. – Respondió haciendo la misma acción que la manager.

– Eh... ¿Y que tenía que hacer? Porque debe ser muy importante para dejarte solo. – Comentó divertido Hinata.

– Oh, al menos no soy un idiota como tú mandarina. – Y ante eso Hinata gruño hacia el rubio. – Pero no se, simplemente salió del salón y me pidió adelantarme. –

– Ya veo. – Yachi, comenzó a comer después de esa conversación, los demás hicieron lo mismo.

– ¡Chicos! – Luego de un rato se escuchó la voz del pecoso.

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