Capitulo XII

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-- ¿Te gustaría vivir conmigo? --

-- ¿Eh..? -- Se sentía como si el tiempo se hubiera detenido, al menos para el pecoso. Observaba atento la mujer frente a él, ella también hacia lo mismo. -- ¿Mu-mudarme contigo? -- El ambiente, anteriormente intenso, se había disipado por completo, junto a la emociones fuertes que había soltado antes. La confusión y el desconcierto se apoderó de Tadashi en ese momento.

Asintió con cierta seriedad. No sé decían nada, el silencio dominaba la situación, ¿Qué acababa de pensar? -- Se que es repentino, inesperado, entre otras cosas. -- Relajó su expresión al momento de tomar palabra, notó el desconcierto que había en el rostro del menor. -- Posiblemente extraño, más viniendo de mi. -- Tadako le dedicó una sonrisa, un tanto ¿Rara..? Una curiosa sensación los cubrió a ambos. Los períodos de silencio que se formaban eran un tanto constantes. -- ¿Puedo decir otra cosa? -- Las diversas miradas que se daban complementaban a las palabras que eran dichas.

Aguardó unos segundos. -- Por supuesto. -- Las personas de alrededor seguían en lo suyo, ellos igual.

-- Verás. La ciudad dónde vivo es algo pequeña, a decir verdad. Hay una sola universidad, pero aunque no lo parezca, esa única universidad es realmente buena. -- Las bebidas que ambos habían ordenado para pasar el rato ya debían de haberse enfriado, aunque sea un poco. -- Vas a entrar a la universidad, ¿No es así? -- El pecoso asintió ante tal pregunta. -- Entonces te podría servir. -- El tiempo pasaba cada vez más y más. -- Será una exelente oportunidad para el futuro. -- Realizó una pausa, durante está se dedicó a mirar a su hijo, éste también lo hacía. -- Además, por lo que estás pasando ahora, tal vez sirva para aclararte, aunque sea un poco. -- El silencio que se creo hizo parecer que la conversación cambio de tono, no sé decían nada. -- Sonará muy hipócrita de mi parte, pero... me preocupa tu bienestar. -- Con duda colocó su mano sobre la de su hijo, éste la miró atento.

Tadashi miró la mano de su madre sobre la suya. -- No lo sé. -- Fue lo único que pronunció. Muchas cosas pasaban por su cabeza, últimamente era costumbre que eso le sucediera. Estaba un poco perdido, hacia unos cuantos minutos estaba llorando por la frustración, ahora miraba perdido a todos lados. -- ¡No es que este despreciando la oferta! -- Se apresuró a hablar cuando notó la mirada de su madre. -- Pero como dijiste es, algo repentino. -- Con su mano libre sobó un poco su cabeza. -- Y cómo acabas de ver, no estoy en mi mejor momento. -- Soltó una risita nerviosa al decirlo.

-- Lo entiendo. -- Le miró comprensiva. -- Esto es tu decisión. -- Agradecía que no lo presionará en ese momento. -- Y también, estoy aquí para cualquier cosa. ¿Si? -- Le sonrió, Tadashi se la devolvió, a los pocos minutos alejaron sus manos y regresaron a lo suyo, su postres y bebidas. Pasaron unos minutos, y al terminar la conversación decidieron que ya era hora de irse, se levantaron de la mesa y el pecoso pagó, Tadako insistió en pagarlo todo, pero Tadashi decido hacerlo él. Salieron y ambos se encaminaron al parque, aquel donde se encontraron por primera vez, siempre que se reunirán solían ir a aquel sitio para así separarse y tomar cada uno su camino a casa. -- Tómate tu tiempo. -- Habló al detener el paso. Tadashi asintió con una pequeña sonrisa.

-- Gracias, por preocuparte por mi. --

-- No es nada, como dije aquí estoy para ti. -- Tomo una pausa. -- Es lo mínimo que puedo hacer. -- Aquello fue dicho en un susurro.

-- Por favor, deja de referir te a ti de esa forma. -- Tadako abrió un poco los ojos al escuchar esas palabras, una cálida sensación la invadió luego sonrió.

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