Capitulo X

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Buscó y rebuscó.

Todas las sábanas, cobijas y almohadas que yacían sobre su cama fueron quitadas y arrojadas de ahí, desacomodo absolutamente todo, mas no lo encontró.

-- ¿Dónde está? -- Sin duda, su cama era un desastre, al igual que su habitación. Suspiró rendido ¿Dónde lo había puesto?, tocaron la puerta. -- Adelante. --

-- Tada-chan ¡Wow! -- Se detuvo mirando lo que ahora era, la habitación de su hermano. -- ¿Qué sucedió aquí? ¿Qué buscas? -- Pasaba la mirada por todo el lugar.

-- Nada. -- Suspiró arrojando su cobija a la cama. -- ¿Ya nos vamos? -- La castaña asintió, tomó la cobija y la comenzó a doblar, Tadashi al verla recogió lo que estaba en el piso. Ambos acomodaron el desastre antes de salir.

Tras unos minutos bajaron las escaleras, llegaron al comedor dónde se encontraba su padre, Satoshi al verlos supo el propósito que tenían. -- Aquí tienen. -- De su billetera sacó un poco de dinero y se lo entrego a sus hijos, al recibirlo agradecieron y se dirigieron a la entrada de su hogar.

-- ¡Volvemos más tarde! -- Se colocaron sus respectivos zapatos, el pecoso tomó sus llaves y salieron. No perdieron tiempo y fueron directo a la parada de autobús más cercana.

En el camino iban platicando y dando sugerencias sobre que comprar. Deberán de preguntarse, ¿Comprar qué o a quién?, simple para Shiro, su hermanito menor. El cumpleaños del infante sería en un par de días, por eso tenían que comprarle, aunque fuera, un pequeño detalle.

En toda la semana que transcurrió no encontraron oportunidad alguna para poder hacerlo, debido a todo eso decidieron que lo mejor era ir a comprarlo el día domingo, antes de que fuese lunes y la escuela los consumiera por completo.

Llegaron a la plaza. Fueron a distintas tiendas, vieron ropa, juguetes, entre otras cosas, pero nada, absolutamente nada, los terminaba de convencer. Pasado ya un buen tiempo decidieron regresar a la plaza principal, al llegar se sentaron en una de las banca, ya estando ahí suspiraron totalmente rendidos.

-- ¿Entonces? -- La castaña miro al pecoso.

-- ¿Entonces? -- Miró a su hermana y suspiró otra vez. -- No hay absolutamente nada. -- Cubrió su rostro con ambas manos, estaba exhausto, por ello gruñó con desesperación.

-- Oh vamos, debe haber algo. -- Sacudió a Tadashi intentado tráelo de vuelta a la vida. -- Shiro es un niño. Dudo que le importe mucho lo que le daremos. -- Tadashi seguía a la castaña con la mirada, debido a que ella se levantó del asiento.

-- Si, pero Shiro es algo quisquilloso. Y lo sabes bien. -- Yukie mordió su uña, tenía razón.

-- Cierto. -- No dijieron nada. Tadashi seguía sentado, solo veía como Yukie se rompía la cabeza tratando de saber que cosa comprarle al menor, y en serio que se la estaba rompiendo, no solo ella, su hermano también lo hacía, su medio hermano era un tanto difícil. -- No había... -- Volvió a hablar llamando la atención del pecoso de paso. -- ...¿Un paquete de colores que...le estuvo pidiendo a papá? --

-- ¿Colores? --

-- Si. -- Asintió. -- Un paquete de como doce colores, en alguna ocasión lo vimos en el supermercado. Podríamos comprarle eso. -- Lo miró esperando respuesta.

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