Capitulo 05

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Había sido prácticamente arrastrado hacía lo que ahora Jimin consideraba su perdición, no creyó que podía ser capaz de seguir caminando hacía aquel castillo que sobresalía en la ciudad, pero ahora estaba camino hacía allí, manos perfectamente atadas y con su ceño fruncido, había dejado de esforzarse en quitarse aquel amarre, pues sus muñecas habían comenzado a dolerle, y aún así el ardor era inmenso, seguramente hasta se había causado una herida no tan grave con aquel intento de desatarse.

Jimin se sentía el omega más desafortunado en estos momento, el rey Min hubiera escogido a alguien más, eso le habría hecho sentir menos furia, pero ahora estaba él allí, y definitivamente quería que todo eso fuese solamente una terrible pesadilla, pero lamentablemente no lo era, y eso lo hacía sentir mucho peor.

Cuando por fin abrieron las rejas del jardín para entrar al castillo, Jimin miro hacía abajo, sintiendo de lo peor.

- ¡Dios salve al rey! -exclamaron varios caballeros haciendo que Jimin apretase la mandíbula, eso solo significaba que aquel rey estaba cerca.

- ¡Arrodíllate, omega! -exclamo aquel que le había prácticamente obligado a venir al castillo, jalando parte de la cuerda con la que estaban atadas sus muñecas y haciendo caer hacía el frente.

Si fuera por Jimin le habría dado una patada, pero se sentía agotado, le habían hecho caminar por bastantes horas para llegar al castillo.

Escucho como las rejas se cerraban, haciendo que por fin cayera en cuenta de su realidad, en que posiblemente jamás vea a sus padres, a su hermano, jamás volverá, lo sabe, y no quería que eso sucediese, tenía que hacer algo al respecto.

Entonces las palabras dichas por aquel caballero cruzaron por sus pensamientos como una respuesta, si al rey Min no le gustaban los omegas rebeldes, entonces podría hacer algo para que lo dejase ir, pues Jimin no es como los omegas sumisos y atentos a su alfa, él jamás ha sido de ese modo, preferiría que le mandasen a la horca a tener que serle sumiso y obediente a un alfa, y eso el rey Min lo comprobará con sus propios ojos.

- Veo que han hecho un buen trabajo -una voz ronca se escucho pero Jimin no levanto la cabeza-, buen trabajo Kim, lleva a los demás a descansar, les daré su recompensa por esté buen trabajo, Hoseok, encárgate de ello.

- Sí majestad -menciono otra voz.

Escucho como los pasos de los demás se iban alejando, pero el aroma de aquella persona que había escuchado se trataba del rey Min, se quedo allí.

- Debes de sentirte afortunado en estos momentos, ¿no es así, omega? -Jimin apretó sus manos en puños, odia que solamente le llamen por su condición-. ¿No sabes hablar acaso? 

Jimin no respondió, ni levanto la mirada, solo esperaba, Yoongi apretó la mandíbula, se estaba comenzando a molestar, si ese omega no decía una palabra, entonces lo haría hablar por la fuerza, camino hasta por fin quedar más cerca de él, y agachándose un poco, lo obligo a levantar el rostro.

Yoongi debía admitir que observar la belleza de aquel omega más de cerca era algo fascinante, había omegas con buenos rasgos, pero aquel rostro parecía haber sido tallado con excelencia, sin margen de error, dulce, pero aquel ceño fruncido lo hacía ver mal.

- Deja de fruncir ese ceño, no es tan malo el que estés aquí.

El rey pensaba que quizás aquel omega dejaría de hacer aquella acción, pero en cambio retiro su rostro con brusquedad para que así dejase de tomarlo, Yoongi levanto las cejas sorprendido por esa acción.

- Ni se le ocurra volver a tocarme -menciono Jimin entre dientes.

- Vaya... ¿un rebelde? No lo creo, omega, aquí no deberías de colocarte siempre a la defensiva, podría mandarte a matar si sigues así.

- Entonces hágalo -menciono Jimin mirando directamente a los ojos al rey.

En todos sus años de vida, Yoongi jamás había conocido a un omega tan grosero como esté, ni siquiera en el harem de su padre, usualmente todos se comportaban aterrados en su presencia, pero aquel que estaba de rodillas frente a él, no era nada parecido a los demás.

- ¿Qué espera? -la voz de aquel omega le hizo dejar de lado sus pensamientos-. Hágalo de una maldita vez.

- No creo que sea necesario por ahora, omega.

- Jimin...

- ¿Disculpa?

- ¡Mi nombre es Jimin! -exclamo en frustración-. Será usted alguien superior, pero ni crea que permitiré que me siga hablando solamente como si solo me tratase de un omega más, no lo permitiré, ni aunque fuese el mayor de los gobernantes.

Yoongi no respondió nada, pero en verdad tenía unas enormes ganas de gruñirle a aquel omega, pero no perdería el control, no ahora, no podía hacerlo, demasiados espectadores, miro detrás de él en dónde se encontraba uno de sus criados.

- Seokjin -menciono el nombre de aquel beta-, lleva a que lo preparen, que tome un buen baño de agua tibia y que le den sus nuevas ropas, tira esos prendas sucias que lleva puestas, un concubino no debe de verse mal para su rey.

- Sí su majestad, enseguida.

Volvio a mirar a Jimin.

- Más vale que cambies ese comportamiento tuyo, aquí no se toleran a los rebeldes como tú, omega.

Jimin en respuesta le escupió en la cara, Yoongi simplemente soltó un bufido, Seokjin estaba sorprendido de que aún el rey no haya decidido darle una bofetada al omega, usualmente aquellos comportamientos hacía el rey merecían la muerte.

Pero Min Yoongi simplemente se levanto, saco un pañuelo de tela y limpio parte de su rostro, quitando aquel escupitajo que ese omega le había lanzado.

Rebeldía Para Un Rey ||YoonMin||Where stories live. Discover now