Capitulo 10

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Los días habían pasado a largas semanas en las que Jimin solo podía percatarse de que Jungkook era quien se encontraba más solicitado por el rey de Daegu, aunque no le provocaba nada de satisfactorio ese hecho, pues pensaba que inclusive en rey le hacía algo a Jungkook, después de todo es parte del harem, un omega demasiado joven que seguramente muy en el fondo se encontraba sufriendo debido a todo lo que estaba viviendo.

De nueva cuenta un sirviente entraba a la habitación en dónde ambos omegas en camas separadas dormían, Jimin y Jungkook miraron hacía el frente encontrándose con Seokjin quien les regalo una pequeña sonrisa, Jimin pensaba que seguramente le diría a Jungkook que de nueva cuenta Yoongi le buscaba, pero las palabras que habían salido de los labios de Seokjin fueron distintas.

- Jimin, el rey espera por ti en sus aposentos.

El mencionado dejo de mirarle, ¿así qué era su turno? No pensaba que ese día llegaría tan repentinamente, miro hacía Jungkook que le daba una sonrisa como insitandolo a ir hacía aquel lugar, y que no pasaría nada.

Sin embargo, para Jimin lo único que podía pasar es que ese rey piense en tomarlo de una vez por todas, los concubinos no son marcados por el alfa, simplemente son su diversión, y Jimin no quería ser la diversión de nadie en lo absoluto.

De algún modo pensaba en negarse rotundamente, pero también no es como si quisiera dejar solo a Jungkook de nuevo mientras prácticamente le obligan a no probar ni un solo alimento de nuevo en aquel frío y oscuro lugar.

Sin más pensamientos de por medio, le dio una tímida sonrisa como regalo a Jungkook y se incorporo para dirigirse a la puerta, Seokjin ya se había retirado.

Para Jimin conocer el castillo había sido difícil, si bien no se conocía algún pasadizo que fuese de ayuda para su escape, el lugar era enorme y con demasiadas habitaciones por todos lados.

Siguió su camino a pasos lentos, como si no quisiera siquiera llegar tan pronto, pero debía hacerlo, no quiere que aquel alfa se enoje de nuevo, tenía que ser fuerte, encontraría la forma de salir de ese lugar, y posiblemente hacer que Jungkook regrese a su hogar con su familia.

Cuando por fin sus pasos dieron con la enorme puerta que daba a la habitación del rey, sintió que toda la sangre se le iba del cuerpo, abrió la puerta esperando no interrumpir lo que fuese que estaba haciendo el rey, pero grande había sido su sorpresa al ver un montón de elegantes trajes con detalles en oro y colores oscuros por la cama de aquel mandatario.

- ¡Al fin llegas! -la voz de Yoongi hizo que dejase de mirar hacía aquellas prendas de vestir-. Pensé primero en que debería llamar a traer a Jungkook, pero no creo que sea tan honesto como tú.

Jimin dejo que la puerta se cerrase detrás de él, miro atento a Yoongi quien ahora lucia un traje de color vino completo, los detalles en color oro en el saco se veían bien además de las medallas que llevaba.

- ¿Cómo se ve? -pregunto el alfa señalando su cuerpo, Jimin frunció el ceño al escuchar eso, no esperaba que aquella pregunta fuese hecha por el rey de Daegu.

- ¿Se supone que me ha mandado a traer solo para ayudarle con sus ropas? -Yoongi sonrió ladino.

- No del todo -volvió mirarse en el gran espejo que había cerca de su closet de ropa-, también he querido que vengas para pedirte que me acompañes a una fiesta.

- ¿Fiesta? -Jimin hacía demasiadas preguntas para el gusto del rey.

- Sí, y deja de hacer tantas preguntas, pareciera que es demasiado increíble para un omega como tú.

- Tengo nombre -el rey soltó un suspiro-, se ve bien con eso puesto -Yoongi enarco ambas cejas, tal vez no esperaba esa respuesta, pero estaba lo suficientemente satisfecho con ello-. pienso que debería llevarse a Jungkook a esa fiesta, yo no debería de ir allí.

A pesar del tono de voz de omega, el cual parecía que definitivamente no quería entablar ninguna conversación con él, al menos estaba feliz de que le respondiese sin siquiera insultarle como había estado haciendo desde un principio.

- Jungkook es un omega que todo alfa gustaría de llevar y presumir en cualquier fiesta -comento Yoongi a lo que Jimin simplemente dejo de mirarle-, desgraciadamente, es menor, no quiero que los demás piensen que soy capaz de tener a mi lado a un menor, eso no hace un buen rey.

Jimin frunció el ceño.

- Se supone que es parte de sus concubinos, por no decir harem -y allí estaba ese tono retador, de alguna forma Yoongi se sentía un poco irritado ante ese tono de voz de aquel omega, pero le gustaba.

- En efecto lo es -miro a Jimin directamente a los ojos-, pero no lo he tocado.

Jimin se vio sorprendido ante tales palabras, era increíble eso, tal vez esa era la razón por la que Jungkook nunca ponía objeción alguna cuando se trataba de estar con el rey de Daegu, lo que hacía que todo fuese más confuso, Yoongi camino hasta por fin estar justo frente a Jimin y tomar su mentón con un poco de delicadeza para que alzase el rostro.

- En cambio, eres perfecto para esto, sé que haz cumplido mayoría de edad, además que tu bello rostro y complexión, es perfecta, cualquiera me envidiaría al verte a mi lado -Jimin aparto el rostro.

- Un rey se supone que debe ir acompañado por su respectiva pareja -Yoongi dio un asentimiento.

- Lo sé, pero los malos rumores que recorren las calles se extienden, por el momento la mayoría sabe de mi harem, y de los concubinos, por esa razón muchos han evitado que los hijos legítimos de realeza que son omegas, se acerquen a mí.

- Entonces eso le da una considerable desventaja para contraer matrimonio ¿no cree? -Yoongi aprecio aquella sonrisa, había burla en ella, como si estuviese diciéndole que siempre un mal rey tiene su merecido algún día, pero cualquiera pensaría que solo se trata de una bonita sonrisa de un omega.

- Estoy al tanto, y de todas formas, no es como si me interesase lo que piensen de mí los demás, y además, no esta en mis planes contraer matrimonio con cabezas huecas como esos omegas reales.

Rebeldía Para Un Rey ||YoonMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora