Capítulo 3

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Pasaron dos dias y recibio una llamada, era Debie.

—hola princesa, como estas?—le preguntó mientras manejaba saliendo de su casa hacia la de ella, sabia que era para lo que llamaba compañia, aunque antes a el no le molestaba, empezaba a sentirse de una manera usado por ella cuando se sentia sola, se preguntaba porque no lo usaba tambien cuando estaba sola en la noche en lugar de usar ese juguete

—hola lindo, bien, solo quiero platicar contigo, ¿podrias venir a mi casa?, pedi pizza y tengo Dr Pepper—ella sabia que ambos eran sus cosas favoritas y para no sentirse mal de que solo le hablaba de sus problemas, queria recompensarlo de alguna forma, aunque de las formas que ella soñaba nunca se atreveria a hacerlo.

—claro princesa ya voy para halla, llego en 15

—tambien hay gomitas y caramelos.

—estoy ahi en 10—si ella le hubiera dicho que estaba en su cama abierta para el como la habia abierto aquella noche con sus piernas, el habria volado y llegado en menos de 1 minuto, pero el trafico de Dallas a las 12 en punto se lo impedia, despues de casi 12 minutos estaba aparcando el carro frente al garage de ella detras de su coche, bajo cerró la puerta abriendo la de atras y sacando su mochila, en cuanto lo hizo, un coche llego aparcando en la casa de a lado, era Jerry, el se paso la mochila por el hombro y miro al hombre dandole un saludo con la mano el cual le fue devuelto y fue hacia la casa de Debie y entró, Jerry no sabia porque una sensacion que no eran para nada celos atravesaba su cabeza, se sentia raramente emocionado por una imagen en su cabeza y era la de Evans tomando a Debie, maldijo cuando su pene reacciono tambien.

—¡Llegaste!—dijo Debie levantandose del sofa, ella fue a abrazarlo y el no pudo evitar apretarla hacia el, oliendola, aun podia recordar su aroma mojada, pero trato de despejar su mente

—dime de que querias hablarme—dijo tranquilo el rubio mientras ambos se sentaban en un sofa grande y dejaba el su mochila enfrente.

—nada especial, te extrañaba, pero cuentame de tu vida, ¿alguna chica especial?— cada que ella hacia esa pregunta una punzada enorme de temor cruzaba por su cuerpo

—bueno...—el vio sus ojos, sus hermosos ojos cafes obscuro que le mostraban un animo siempre a pesar si estuviera ella mal o no, nunca sabria el si lo queria o no—si

—te he dicho que deberias de....—sus palabras se apagaron cuando su mente proceso la respuesta, una que nunca antes escucho.—¿que?—intento sonar normal, no lo habia logrado—¡que bien!, al fin—dijo tratando de esconder el intenso y triste corazon medio roto.

—no me celebres todavia ella aun no cae a mis pies, soy todo menos algo como un novio para ella, mucho menos un amante—penso en abrir mas el tema hacia ella—¿y tu?, ¿tienes algun novio?, ¿un amante?

—¿yo?, no, bueno no se si sea algo asi...—dijo ella pensando en sus locas fantasias.—definitivamente no tengo a nadie hahaha, pero tranquilo, estoy segura de que ella va a caer a tus pies pronto, eres alguien muy apuesto y por dentro vales oro—dijo ella intentando guardar sus lagrimas al pensar en perder a su mejor amigo, al cual amaba.

—¿porque lo dudaste entonces?, dime, ¿nisiquiera piensas en alguien?, ¿un amigo?, ¿tu vecino?—la palabra salio antes de poder detenerla.—una hermosa mujer de veinticinco no puede estar tan sola y tolerarlo.

—no, estoy sola y ¿a que te refieres con tolerarlo?—sono un poco molesta

—me refiero a que eres adulta y tienes necesitades, o es que no me has contado que las desahogas sin necesidad de alguna relacion afectiva.—dijo el rubio sin poder detener sus palabras.

—¿me estas tratando de decir facil?, ¡eres un tonto!, ¡un completo idiota!, ¿como puedes pensar eso de mi?, te he contado toda mi vida siempre y no escondo ningun detalle—dijo ella exaltada poniendose de pie enfrente de el.

—entonces dime algo.—el valor surgio de el y se paro quedando justo delante de ella pero como era mas alto ella tuvo que mirar hacia arriba.—¿tienes juguetes sexuales?—esa pregunta la aturdio por completo, era lo ultimo que pensaba escuchar y como si el cielo la quisiera, sono el timbre.

—es la pizza—dijo ella en un hilo de voz, el fue hacia la puerta dejandola a ella poder respirar y morderse el labio, que le diria, ¿la verdad?, que si y que pensaba en el cuando los usaba, surgio temor en su rostro, el se alejaria, para siempre, ¡lo perderia!,se sento lentamente de nuevo en el sofa, vio a Evans ir a la cocina por platos, vasos y el refresco, cuando el regreso y se sento a su lado, ambos comenzaron a partir la pizza—no me gusta mucho hablar de esas cosas Evans, me incomoda—ella solto la pizza y el tambien, se dio vuelta y puso sus manos alrededor de su rostro forzandola a mirarlo

—¿te incomoda de que manera?—pregunto enojado, exigente

—¿de que hablas?—ella estaba confundida

—si, te incomoda, lo entiendo, pero ¿como si lo hablaras con tus padres o con un amante nuevo?

—¡Evans!, ¿porque dices tonterias?—dijo ella moviendose de su agarre, antes de tirarse a sus brazos y decirle la verdad, el suspiro y se rindio.

—lo siento...me preocupas Debie, eso es todo, y se supone que no escondemos nada, ni tu a mi ni yo a ti—el se sintio estupido por decirle eso, el le escondia sus sentimientos desde los 12 y el enorme deseo de darle placer desde hace unos dias

—Entiendo E, pero cambiaria mucho nuestra relacion si te digo detalles de mi intimidad—dijo ella mordiendose el labio, pensando en que esos cambios fueran unos como el atandola a la cama y complaciendo sus fantasias, pero era una locura porque faltaria algo—sere sincera, si, si tengo...esas cosas, pero como tu dices solo por mis necesidades, no quiero andar buscando a alguien completamente extraño para atenderlas

—yo no soy extraño—ella podria haberse sorprendido mas si un tornado arrastraba la casa en ese momento pero nunca penso oir eso de el, no como una manera de invitacion.—sé que no deberiamos cruzar esa linea...solo que...—el habia dejado su valor, estaba por estropearlo y mejor decidio parar.

—Evans se lo que quieres decir, hahaha, casi me espantas—se levanto y fue hacia ese cajon que el tanto conocia, el la detuvo, la jalo y la sentó otra vez en el sofá.

—Debie no quiero nada de eso, tu misma me diste la respuesta, no quiero que nadie extraño atienda mis necesidades—tomo su mochila y abrió una de las bolsas delanteras, mostrando más de dos docenas de esos boletos—nunca los uso maldita sea, ¡no necesito eso!

—entonces ¿si tienes a alguien?—su voz sono triste, decepcionada y derepente una idea paso por su mente.—¿eres gay?

—¿que?, demonios ¡no!, ¡no soy gay Debie!—dijo el, lo mas ofendido que podia estar y con coraje se acerco a ella y la beso fuertemente, el se trago un gemido, desde los 12 años no se habian besado, sin contar la noche de hace unos dias, pero ella no sabia que era el, ahora si y le seguia el beso, atrayendolo mas, el tuvo que parar porque sabia que si seguia la tenderia en el sofa y la haria suya y tal vez...nunca mas fueran amigos.—¡ves!, ¿eso te parecio gay?

—no—dijoella tratando de respirar normal otra vez, era un beso realmente impresionante,uno que ya conocia, pero no sabia si era porque ya se habian besado cuando eranpubertos o por otra causa que vagaba por su cabeza como una idea sin procesar—perotienes razon, no debemos de cruzar esa linea...—por mas que ella quisieracortarla, hacerla en pedacitos, quemarla y bailar alrededor de ella, nodebian...

Tres no son multitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora