Nueva York, Junio del 2009.
— La Stark Expo está destruída — Fue lo primero que dijo Tony al entrar a la habitación.
Howard sonrió sin darle mayor importancia a sus palabras y tomó el periódico que había estado leyendo hace unos minutos atrás. El titular decía claramente todo lo que había sucedido en la presentación que Hammer Industries realizó en la Stark Expo.
— Oh... Ya lo sabes — Susurró su hijo.
— Me alegra verte bien — Respondió.
— Eres un viejo maldito, todo este tiempo tuviste la solución — Reprochó Tony en un murmullo.
— Tú eres el necio que no quiso escucharme — Contraatacó.
Un canoso y cansado Howard invitó a su hijo a tomar asiento en una de las sillas que se encontraban en la habitación del Centro Cardiológico de Manhattan. El mayor de los Stark había despertado del coma y estaba a la espera de los resultados de sus exámenes médicos.
La visita de Tony lo tranquilizaba, pues todo lo que quiso saber cuándo despertó era asegurarse con sus propios ojos que su hijo estaba bien, a salvo y sobretodo vivo. Al parecer todo había salido bien y su muchacho tenía un nuevo núcleo para el reactor que lo mantenía con vida.
Aún tenía grabada en su mente la imágen de su unigénico arriesgándose en esa armadura a la que llamaba Iron Man. Su enfermo corazón se apretaba cada vez que pensaba en los peligros que tenía que pasar por su culpa, pues primero fue Obadiah Stane y ahora el hijo de Anton Vanko.
— No entiendo, Ivan pudo haberme matado mientras estaba en coma y totalmente desprotegido — Comentó pensativo.
— El quería destruir la Stark Expo. Me dijo que lo que mi padre le hizo a su familia en cuarenta años se lo haría a la mía en cuarenta minutos — Reveló Tony.
— Anton Vanko y yo descubrimos la energía que podía generar un reactor arc, hicimos los planos pero no contábamos con la tecnología para hacerlo posible. Yo quería arrancar una carrera energética y él sólo quería utilizar las ideas para producir dinero — Explicó.
— Sí, Fury ya lo dijo. No entiendo cuál es el problema, toda empresa privada quiere volverse rica — Contestó con obviedad.
— Mis proyectos siempre fueron supervisados por el pentágono con la promesa que serían para el beneficio del país. Anton traicionó a su propia nación, nada garantizaba que no haría lo mismo con la nuestra, así que lo deportaron — Comentó.
— Eso tiene sentido — Murmuró.
— Anton regresó a Rusia dónde ya no tuvo ningún prestigio debido a las acusaciones en su contra. Supongo que Ivan me culpaba de todo lo que sucedió con su padre — Terminó con un suspiro.
— No fue tu culpa — Consoló Tony.
— Sabes, no me importa la Stark Expo, no me importa la empresa, todo lo que destruye puede volver a construirse. Lo que no podría reemplazar ni con toda mi fortuna eres tú, por eso me alegra que estés bien — Sonrió — Ivan fue un idiota al pensar que me dolería más ver todo mi imperio caer — Negó con la cabeza.
— Te estás convirtiendo en un viejo sentimental, Howard — Mencionó Tony entre risas.
— Yo también te amo, hijo — Expresó contagiándose con la risas del menor.
El ambiente repleto de risas fue interrumpido por María y Ellie que hacían acto de presencia en la habitación. El médico llegó unos minutos después con los exámenes listos. Según decía necesitaba ser operado a corazón abierto si no quería sufrir otro infarto.
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Familia Rogers Carter
FanfictionUniverso Alternativo Se acabó la Segunda Guerra Mundial. El Capitán América nos salvó a todos, poco a poco todo vuelve a la normalidad, todo, menos Peggy Carter que un par de meses después del término de la guerra se lleva una gran sorpresa... ¡Está...