25.𐇵

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El pelirrojo feliz choco sus palmas con el rubio, no podía ocultar su emoción, era un hecho que Atsumu nunca antes había colocado para él, pero la coordinación de ambos era grandiosa para ser la primera vez que jugaban del mismo lado de la cancha.

– Eso estuvo increíble, Shouyou– felicitó el mayor, su mente estaba repleta de imágenes de ambos jugando en un mismo equipo y el buen dúo que serían.

Osamu chasqueó la lengua, no dejaría que ese par de enamorados les ganaran. A su lado también tenía un increíble setter, supongo que no debía preocuparse de nada. Kageyama ya tenía muchas estrategias en mente, tampoco quería perder.

El peligris pasó el balón por debajo de la red.

– Haz tu el saque, Tsumu– el más bajo le paso el balón al mayor.

– ¿Seguro? si quieres puedes hacerlo tu– este no quería ser egoísta y pasar a llevar a Hinata.

– Esta bien, mis saques aún no son tan geniales.

– Te aseguro que le ganaremos a esos dos tontos– el rubio paso sus brazos por encima de los hombros de Shouyou, formando un abrazo.

– ¿No te vas a dar prisa? – Osamu tenía su mano en la cadera.

Atsumu tuvo que separase del pequeño de mala gana, se posicionó tras la línea trasera, lanzó el balón al aire, dio unos pasos y saltó para golpear el balón, un saque de verdad monstruoso. El peligris lo recibió de todas formas, realmente estaba acostumbrado a los saques de su hermano, Tobio pudo elevar desde una muy buena posición, iban a contraatacar con un rápido tal como los contrarios hicieron. Osamu arrinconó el balón a una esquina, ninguno de los dos pudo reaccionar a tiempo.

El pelinegro cerró sus puños feliz por el punto que acababan de hacer, el mayor se le acercó y chocaron sus palmas.

– Fue una buena colocación, Kageyama‐kun– felicitó Osamu. El de ojos azul no pude evitar sonrojarse por el cumplido.

Los dos restantes vieron esa escenay de inmediato se olvidaron del juego, con ojos llenos de complicidad se miraron y sonrieron con malicia, tenían lo mismo en mente. Esto podría salir muy bien o increíblemente mal.

– Deberíamos ir a comer algo.

– Sip... yo tengo hambre– Shouyou le siguió la corriente.

– Esta bien– los dos hablaron al mismo tiempo.

Los de primer año fueron a cambiarse, dejando a los gemelos solos, el pelirrubio se moría por estar junto al pequeño mientras Osamu solo quería comer.

– ¿No crees que hago buen dúo con Shouyou? – preguntó con una sonrisa, irradiada felicidad.

– ... supongo– sentía inquietud, tenía muy claro que su gemelo planeaba algo y eso era de temer.

– Tomare eso como un "si".

El peligris rodó los ojos, quería golpearlo para que no hiciera nada estúpido y así ahorrarse una situación incómoda, iba a advertirle, pero justo en ese momento llegaron los menores con sus bolsos. Ambos reían, Atsumu salto de su lugar para ganarse al lado del más bajo y de forma infantil le sacó la lengua a Tobio, a este le llegó un flashback del gran rey.

Entre todos ordenaron el gimnasio, el pelirrojo junto al rubio estaban encargados de la red, los otros dos recogían balones y los dejaban en la cesta.

– Esto va en la sala de materiales.

Ambos arrastraron la red hasta el pequeño cuarto, estaba obscuro así que tenían cuidado de no chocar con nada y hacer un desastre, dejaron la red en su lugar. Shouyou tenía todas las intenciones de salir de ahí por la escasa luz, pero al girarse fue atrapado por los fuertes brazos de Atsumu, gustoso acepto el abrazo y se acurruco en su pecho.

– Te extrañe– hablo el rubio en voz baja, entre la oscuridad lo único que podían diferenciar eran sus ojos.

– Yo igual lo hice, Tsumu– ronroneo pasando sus brazos por la gran espalda del contrario.

El pelirrubio sonrió, se sentía tan bien al tenerlo a su lado, con delicadeza acaricio su mejilla y se agacho un poco para estar a la altura de su rostro, quería besarle y no perdería la oportunidad de hacerlo. Tomo su mentón atrayendolo a el, cada vez que lo veía unas grandes ganas de nunca soltarlo le invadían, sus labios se rozaron y se formó un beso, tierno y delicado, no como la vez anterior.

Se separaron, las mejillas de ambos jóvenes se tiñeron de un color carmesí, sonrisas que demostraban pura dulzura, Atsumu no aguanto las ganas y abrazo con fuerza al menor. Se veía tan tierno.

– Ay, eres muy adorable– tomo las mejillas de este y las estiro.

Inesperadamente Osamu apareció por la puerta del cuarto y le lanzó una patada a su gemelo.

– Baka ¿cuántos te vas a tardar?

– Lo siento, Osamu-san– se disculpó Hinata.

– No es tu culpa... es de este idiota.

Kageyama veía la escena y por dentro se estaba muriendo de la risa, para disimularlo tapo su boca con su palma, todos salieron y finalmente cerraron el gimnasio.

– ¿A dónde vamos?– hablo el pequeño.

– Donde tu quieras– respondió Atsumu abrazandolo por la espalda, los otros dos se sentían tan ajenos a la conversación.

Iban caminando por las calles de Miyagi, ya era de noche y hacia algo de frío, el cielo estrellado sobre ellos, lo único que se lograba escuchar eran las voces de ambos enamorados, los dos restantes no hablaban, eso preocupo de alguna manera a Atsumu.

No podía permitir que su gemelo se estuviera aburriendo.

– Tobio ¿por qué no hablas con mi hermano?– sugirio Atsumu, viéndolos tan callados.

– ¿E-eh?– el pelinegro quería hablar pero no sabía como sacar tema de conversación. Shouyou también los miro y le hizo un signo a su amigo que significaba "no te preocupes" o de esa forma lo interpreto este.

– ¡Tsumu, mira... un puesto de Nikuman!– exclamó emocionado apuntando con su dedo.

– Vamos a comprar unos.

Atsumu pasó su brazo por encima de los hombros del menos, miró a ambos lados de la calle y cruzó hacía la otra acera. El de cabello negro iba a hacer lo mismo, pero el mayor lo tomó del brazo.

– No, no los sigamos... vamos a comer otra cosa. Yo invito.

Kageyama nervioso asintió con la cabeza y luego siguió al peligris, de lejos logro ver a Hinata junto a Atsumu comiendo bollos de carne, se sonreían mutuamente, se podía notar a kilómetros lo feliz que estaban al estar juntos. Eso en parte tranquilizo al de ojos azules, no tenía nada de que preocuparse, vio a su lado y tenía al mayor con su habitual mirada de despreocupación.

– ¿Quieres comer algo en particular, Kageyama-kun?– el mejor le pregunto mirándole de reojo.

– No, me da igual.

– Si es así... conozco un lugar donde venden onigiris muy buenos.

Osamu prefería dejar a ese par solos, estarían mejor sin ellos, por lo menos sabia que su gemelo quería estar solo con su enamorado y el no era tan malo para llevarle la contraría, quería que su hermano pasara tiempo con el pequeño, aunque no pareciera se alegraba de la felicidad de su gemelo. Por ahora no lo iba a fastidiar como era de costumbre y le dejaría disfrutar, de todas formas el también pasaría un buen rato junto al pelinegro.

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Hola (๑˃ᴗ˂)ﻭ ¿cómo están?

Lo que me costó escribir este capitulo KDJDKD sabía que quería escribir, pero no sabía como redactarlo. Soy más estrés que persona, pero hago lo que puedo, el capítulo fue corto, el próximo será más extenso. Lo prometo.

Espero que les haya sido de su agrado, voten y comenten.☆ (perdón si hay faltas ortográficas)

Cuídense del covid-19, recuerden lavar sus manos de forma adecuada, usar mascarilla, quedarse en casa si es posible y rezarle a nuestro diosito Sakusa todo poderoso.

Gracias por todo en serio, lxs quiero mucho y adiós.♡

Destination // atsuhinaWhere stories live. Discover now