26.𐇵

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Los jóvenes habían comprado bollos para todos, pero al girarse pudieron notar de inmediato que esos dos habían desaparecido, eso alarmó al rubio, se calmó al pensarlo mejor, si su gemelo se hubiera aburrido no se hubiera molestado en llevarse al setter de Karasuno ¿no?

– Los chicos se fueron– dijo Hinata con un bollo en su mano.

– No te preocupes, estarán bien– sonrió dándole seguridad al pequeño.

Hinata asintió, supongo que Kageyama se las arreglaría el solo, recién había caído en cuentas de que poco menos obligó a su amigo a que lo acompañara y estaba preocupado de que si pasaba algo malo, la culpa iba caer sobre el y el mayor.

– Pero compramos muchos bollos ¿qué haremos con tantos?– pregunto viendo el interior de la bolsa que salía vapor de ella.

– Los comeremos todos, después de entrenar hay que comer adecuadamente para el crecimiento muscular– dijo Atsumu para luego darle de comer al pequeño de su mano.

– Mmhn mmh– no se le entendía lo que decía por la comida que tenía en su boca.

Hinata y Atsumu empezaron a caminar sin rumbo, daba igual la dirección a donde iban, lo que importaba era el estar juntos. Estaban pasando frente a un arcade, cuando el menor se quede parado viendo el interior de este.

– ¿Quieres entrar?– pregunto el mayor, aunque sabia la respuesta, de los ojos de Shouyou salían brillos.

– Si si– dijo emocionado, como un niño pequeño se fue brincando hasta el interior del local de videojuegos.

Se fueron a la sección de máquinas de gancho, Hinata veía todos los peluches que habían.

– Tsumu, ese peluche es muy lindo– indico el menor con su dedo a una máquina donde había conejitos de felpa de una variedad de colores.

El rubio frunció el ceño serio, nunca fue bueno para sacar peluches de esa maldita máquina, pero lo intentaría, daría su mejor esfuerzo y lo lograría. No quedaría mal frente a un pedazo de chatarra, debía impresionar al menor.

– Ten, Shouyou– le paso la bolsa con la cómoda, se subió las mangas y saco su billetera del bolsillo del pantalón.

Introdujo 100¥ en la máquina, divisó el peluche que podía ser más fácil de sacar y por supuesto el más adorable, apretó los botones para mover la garra, cuando estuvo en la posición perfecta, presionó el botón.

– ¡Si!– exclamó emocionado al ver que el peluche era tomado por la garra, había quedado sorprendido por sus habilidades, nunca hubiera pensado que lo iba lograr a la primera.

– ¡Tsumu, eres muy genial!– dijo Hinata pegado al vidrio de la máquina, su cara mostraba un claro asombro.

Ya lo daban por ganado, pero el conejito de felpa cayó en el último momento, dejando a esos dos perplejos.

– Oh, no te preocupes– hablo el pequeño.

– No, cariño. Ese maldito conejo, ni esta chatarra me ganarán, ese peluche será tuyo– afirmo con tono serio. De su billetera sacó dinero para varios intentos.

Segundo intento y no estuvo ni cerca de lograrlo, tercer intento la misma historia. Shouyou ya había perdido la cuenta de los intentos que llevaba, en una ocasión estuvo a nada de lograrlo, pero producto de la emoción golpeo la máquina y el peluche cayó entre los otros.

Dios ¿por qué no puedo impresionar al chico que me gusta? pensó Atsumu frustrado.

Introdujo nuevamente la moneda, estaba muy concentrado, al mismo nivel que en un partido, su lengua medio fuera por causa de la concentración y su ceño fruncido, ahora sí lo lograría. Apretó fuertemente el botón, la garra tomo el conejito y lo dejo caer en la cabina. Lo había logrado. Se agacho para recoger el peluche.

Destination // atsuhinaWhere stories live. Discover now