El ángel de la música.

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Había despertado ese día con algo de frío. Se hizo bolita tanto como pudo y todo lo que deseó luego de levantarse fue poder estar un rato al sol. Pero no... Había estado lluvioso desde el inicio y para esa hora de la mañana, estaba sentada en uno de los sillones que, en una de las salas, estaba pegado a la ventana. Se había quedado ahí, algo desanimada, a ver cómo caía la lluvia.

En esos cinco días que llevaban viviendo ahí, se había dado cuenta de que, pese a que en apariencia no estaba muy lejos de la ciudad, ahí llovía más seguido y hacía más frío.

En ese momento, que llovía, añoraba los días lejanos de su niñez, cuando los días de lluvia eran el pretexto perfecto para que su padre le contara historias fantásticas sobre criaturas míticas y desconocidas por el hombre que salían esos días. Así, en su compañía y con sus anécdotas, incluso había llegado a ser menos horrible la experiencia de los truenos. Sin embargo, su padre ya no estaba ahí.

-¿No te dan nostalgia? -le dijo a Rarity, que había bajado algunos trozos de tela de su habitación para comenzar a trabajar en un nuevo conjunto de ropa.

-¿Qué cosa?

-Los días de lluvia... Dicen que llueve porque estamos tristes. Sé que no tiene sentido, pero deben decirlo por algo...

-Pues... debo admitir que tienen un aspecto triste. Pero no, no me hacen sentir triste o nostálgica especialmente. ¿Por qué, querida?

-¿No extrañas a Capper? -le preguntó, distraída.

-¿Capper? -lo pensó un poco-. Para ser honesta, no. No tanto. Quiero decir, es encantador y el ambiente siempre es alegre cuando él está... Son cosas que se echan de menos, pero no puedo decir que sufro por su ausencia -dijo honesta.

Fluttershy volvió a ver por la ventana, desanimada.

-¿Sabes? Ahora que tenemos más espacio, podríamos volver a hacer eso del modelaje -le dijo Rarity mientras insertaba unos alfileres en la tela. Fluttershy sonrió.

-Sí, claro... pero sabes que Rainbow no va a querer -dijo aún tendida contra la ventana.

-Es cierto -rió-. Pero podemos invitar a alguna de las chicas cuando caiga la noche.

-Eso podría gustarles. Podrías invitar a Pinkie. Se emocionaría mucho.

Entonces volvieron al silencio. Las dos estaban distraídas con sus propios pensamientos, cuando apareció Twilight.

-¡Buenos días! -saludó animada, hasta que la vio en la ventana-. ¿Fluttershy?

Ella volteó y saludó, pero Twilight ya se había sentado con ella.

-Déjame adivinar: ¿tenías ganas de salir?

-Algo así.

-Es muy común que los días estén así en esta época del año. Aquí es más alto que en la ciudad, así que llueve más seguido y hace frío. Y ahora que se acerca la nevada... es horrible levantarse en las mañanas -terminó con una sonrisa. Fluttershy suspiró.

-Bueno, no importa mucho -dijo recargando su cabeza en sus brazos-. Estaría feliz con oír al ángel de la música de nuevo. Seguramente ni siquiera existe -terminó con tristeza.

-¿Qué? -preguntó Twilight.

-Nada -se apresuró a decir Fluttershy, ante la expresión pensativa de Twilight, que de todos modos, decidió cambiar de tema.

-Oye, aún queda algo de tiempo antes de que nos vayamos. ¿Por qué no jugamos a las escondidas?

Fluttershy levantó la cabeza, interesada.

El fantasma Discord de París.Where stories live. Discover now