Capitulo 16

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– ¡Momo!

Ese grito la susto, haciéndola dejar los libros de texto y el subrayador en la mesa antes de correr hasta el baño.

– ¡Izuku, ¿que ocurre?!

La puerta la detuvo, debatiéndose entre abrir o no, pero se detuvo. Sujeto su mano contra su pecho dando un paso hacia atrás, escuchaba como su pareja maldecía desde el otro lado, quejandose de algo que no lograba entender.

Tomo el valor suficiente para golpear la puerta y esperar a que Izuku dijiera o hiciera

– ¿Izuku?

Escucho como el seguro era quitado y la puerta se abria lo suficiente como para ver los ojos esmeraldas de el peliverde.

– N-no quiero que te.... uh.... – suspiro abriendo la puerta para dejar pasar a Momo.– No grites.

La azabache cerro colocando seguro y girando para verlo envuelto en una toalla azul y una sobre su cabeza, levanto una ceja intentando entender que estaba sucediendo, hasta que Izuku se giro.

Sus ojos se abrieron al notar la cola y eso fue suficiente para que la toalla en su cabeza cayera dejando a la vista las orejas.

– ¿Que demo....?

– Y-yo n-no lo se, so-solo me quite la ropa y me metí y-y luego sentí algo extraño.... – mordió su labio intentando no llorar.– ¡N-No quiero volver s ser yo! S-soy fe-feliz contigo y-y....

El llanto pudo con el peliverde que se lanzo a los brazos de la azabache, sin importarle estar desnudo y mojado. Momo logro sujetarlo, sintiendo su corazón latiendo mas rápido de lo usual. Mordió su labio intentando mantener la calma, debe de haber una explicacion para lo que estaba sucediendo, segun Izuku, no cambiaría si ella no lo deseara.

– Izuku escucha, no vas a volver y si debo vivir contigo teniendo cola y orejas, esta bien.– murmuro separándose.– Pero quiero que mantengas la calma, ¿Puedes? Y también cubrirte.

Izuku asintió tomando la toalla para cubrir a su amigo, justo al momento en que queria hablar, alguien llamo a la puerta.

– Ve a la habitación y vistete.– ordeno Momo

Pregunto quien era una vez frente a la puerta, alguien respondió y la confundió. Momo levanto una ceja antes de abrir, encontrándose con la nada misma. En el pasillo estaba vacío y todas las puertas cerradas.

– Hola, Momo

La voz detrás de ella la asusto. Gritando, Momo cerro la puerta y tomo uno de sus libros para atacar al hombre frente a ella. Era extraño, no se debe pasar los sesenta, su cabello era blanco y una barba del mismo color, tenia una cicatriz en el ojo derecho. Llevaba un collar con piedras brillantes, parecía sacado de un libro de cuentos.

– ¿Quien eres tu y como sabes mi nombre?

– Nezu.– contesto.– Tu perro enfermo y sufrio un gran cambio.

Momo abrió los ojos, soltando el libro que atrajo a el curioso peliverde. Izuku se detuvo al ver al hombre allí y su cola se movió de felicidad.

– ¡Nezu, estás aquí! – chillo acercándose.– espera, ¿Que haces aqui?

– Necesitaba saber que estabas bien.– explico dejando su maletín sobre la mesa.– Tal parece que sufres unos pequeños efectos secundarios.... ¿Acaso tienes otro perro?

– Uh.... Si, Izuku lo adopto y....

– Deshaganse de el, ¿el enfermo luego de traerlo?

– Fiebre y dolor en el vientre, creí que estaría entrando en celo o sufriendo de cólicos.– confeso la azabache.– Fue días después de traer a Tomaki y que Izuku golpeara a un chico.

Nezu saco unas cuantas cosas, obligando al peliverde a sentarse para colocar un extraño ungüento en su rostro.

– Huele a menta.– comento Izuku tras haber olfateado aquello.– Con un poco de hierba buena y miel.

– Veo que no perdiste ese gran olfato.– bromeo el anciano.– ¿Sigues con dolor?

– Un poco, Momo me dio un té y coloco una toalla caliente, su madre también lo hacia con ella y decía que funcionaba siempre, ¡Y lo hizo!

Nezu asintió, dejando que el peliverde se entretuviera con el subrayador de la azabache mientras el hombre voltaba a ver a Momo.

– ¿Le has dado algún medicamento humano?

– No realmente, no se como reaccionaria en su cuerpo y tengo miedo de llevarlo al hospital.– Confeso viendo como Izuku se tensaba por la mención de aquel espantoso lugar.– Lo cual no haré Izu, no te preocupes.

Nezu murmuro unas cosas antes de sacar un pequeño mortero junto a varios frascos con diferentes especias. Momo decidió no  preguntar, sabia que aquello no era nada normal para ella, sobre todo porque parecia lo suficientemente antiguo.

Lo vio mezclar algunas especias, pequeñas hojas y semillas. Alejándose para que el peliverde no metiera sus narices allí y lo dejara trabajar hasta tenerlo listo.

– Momo, escucha con atención.– pidió pasando la mezcla a un pequeño frasco.– debes aplicarlo en la noche, antes de dormir, sobre su frente y pecho tambien a la tarde en los mismos lugares, nunca pongas demás.– explicó extendiendo el objeto a la estudiante.– Y debes deshacerte del otro perro cuanto antes si quieres que Izuku no regrese a su estado original.

– ¿Por que?

– Digamos que es malo para el estar cerca de alguien de su antigua raza.– contesto guardando sus cosas.– Claro que puede estar con otros perros, pero Tomaki es igual que el.... Y eso causa que Izuku se enferme.

Con eso, el hombre se esfumo. Momo no supo como ni porque no salio por la puerta, pero tuvo suficiente.

– Momo.... ¿Crees que funcione? – cuestiono el peliverde.

– Tengo fe que si.– aseguro.– solo debemos buscarle un nuevo hogar a Tomaki, ¿Si? Se que no quieres dejarlo, pero es por tu bien.

Izuku gruño, con las orejas bajas y la cola entre las patas. Sabia que Momo llevaba la razón y no pude discutirle por mas opciones que le diera.

– ¿Crees que Katsuki lo querrá? Ya sabes, no tiene amigo y....

– Si tiene amigos.– rio Momo.– pero podríamos averiguarlo.... O mejor, yo lo hago, no quiero que te veas así.

– ¿Me veo mal? – pregunto.

Momo mordió su labio al verlo hacer un puchero, el cual debio besar rápidamente.

– No, pero detesto explicarles todo.– aclaró.– Solo confía en mi.

~Strange Change~ (Izumomo) [TERMINADA]Where stories live. Discover now