~Strange Change~ (Izumomo) [TERMINADA]

Capitulo 18

– ¿Y al parque?

– No

– Entonces.... ¿puedo salir al balcón? Deje un....

– Tampoco

Izuku fruncio el ceño y se cruzo de brazos. Desde hace dos que Momo parecia estar en una constante pelea de que hacer, viéndose mas pálida y malhumorada que cuando estas en fechas de Exámenes y estudiaba hasta el cansancio. Pero Izuku sabia la razón. Tener orejas y una cola no era algo normal, menos porque su comportamiento se volvía mas infantil y necesitaba estar en constante movimiento para no aburrirse. Dia y noche mordiendo a All might, persiguiendo su cola, que podía tomar con sus manos, pero ¿Donde estaba la diversidad de perseguirla entonces? Entonces Momo le lanzaba una pelota mientras estaba estudiando. La ayudaba a no dormirse y ayudaba a que Izuku se cansara.

– Bien.... uh.... Tengo hambre.– murmuro el pecoso con un puchero

– ¿Si? ¿Que quieres comer? ¿Pasta, pizza, algo en especifico? – pregunto Momo caminando hacia la cocina.– ¿Y bien? ¿Alguna idea, Izu?

– ¿Puedo comerte a ti? – rio Izuku mordiendose el labio.

Los colores treparon la rostro de la estudiante, que no pudo hacer otra cosa que reírse mientras colocaba un mechón detrás de su oreja. Se notaba que los nervios invadían a su azabache, sobre todo por que trataba de formular alguna oración o palabra que no fueran solo balbuceos o tropiezos de palabras sin sentido, porque Momo siempre tenia esa reacción cuando el se le insinuaba o perdia tener la intimidad que deseaba tener hace días.

– Y-yo.... uh.... N-no creo que sea po-posible porque.... eh.... po-porque e-estoy.... uh.... estoy.... indispuesta. ¡Si! Y no es agradable eso, así que podemos comer....comida.... de verdad.... ¿Que dices?

Izuku levanto los hombros, creyéndose las palabras de la chica, la cual también intentaba creerselas.

– Esta bien, pero ¿Cuando podríamos hacerlo?

– ¿Dos semanas? – intento sugerir la azabache.

– Dos semanas....– repitió.– Si, creo que puedo soportarlo.

✨✨✨✨✨✨✨

Izuku estaba solo.... solo y con All might que siempre lo obligaba a morderlo para sacarse tensión. Pero esta ves, algo que no estaba en sus manos sucedió.

La puerta del apartamento era golpeada con insistencia y, por mas que Momo le dijo que jamas abriera en su ausencia, la curiosidad gano a Izuku. Se levanto del sofá, sin importarle llevar solo una holgada camisa blanca y sus bóxers negros. Sus pies descalzos y algo sucios por haberse pasado toda la mañana en el balcón rntreteniendose con una pelota de plástico que Ochako le habia entregado.

– ¿Quien es?

– ¡Shoto! ¿Puedo pasar? – pidió el bicolor.

– ¡No hay nadie! – grito Izuku corriendo hasta la habitacion.

Definitivamente fue la respuesta mas estúpida que Izuku pudo haberle dado, incluso por ue Momo siempre dejaba una llave de repuesto. Gruño abrazando la almohada, intentando ocultarse de Shoto que habla entrado.

No, claro que no tenia miendo, pero el bicolor debido tenerlo. Izuku salto de la cama para cerrar la puerta y tratar de colocar seguro, aunque la puerta se abrió.

– ¡Oh por dios! – grito Shoto al verlo.– ¿Que eres?

– Izuku Midoriya, tengo veintitrés años y tengo orejas y cola porque estoy disfrazado.– contesto

“Momo va a matrme por esto.”

– ¿Como?

– Eso excita a Momo.– rio el peliverde.– Hace días que no la he tocado por que esta indispuesta y pensaba que podría usar esto para....

Shoto rio sentandose en la cama, Izuku hizo lo mismo abrazando la almohada.

– ¿Sabes Izuku? Te he buscado en todos lados porque se me hacia raro que de un día para otro, Momo te tuviera.– confeso.– Se qjee ve hecho daño y que ha sufrido, pero he pasado tanto tiempo pensando y culpándome por haber dañado a la persona mas perfecta y maravillosa.

Izuku pensó contestarle, pero la puerta se abrio y ambos vieron a la azabache que no entendía que estaba pasando. Shoto se levanto y volteo para ver como Izuku movía su cola alegremente.

– No es un disfraz.– soltó Shoto.

Momo se acerco para cubrir la boca de él bicolor.

– No digas nada o juro golpearte mas fuerte de lo que ya lo he hecho.– amenazo.– E Izuku va a morderte.

El bicolor miro como el pecoso enseñaba sus colmillo sin mucho que temer, incluso ambas pudieron escuchar gruñir de forma intimidante.

– Esta bien, no diere nada, lo prometo.– chillo Shoto.– ¡Solo aleja a ese peliverde de mi!