~Strange Change~ (Izumomo) [TERMINADA]

Capitulo 19

Ochako, Katsumi, Kirishima, Shoto, Kyouka.

Cinco personas observando como un peliverde coria de un lado al otro con Kaminari, Sero y Mina.

Momo se encontraba sentada entre medio de todos, mordiendose el labio entre lo adorable que se veía el peliverde volviendo a actuar como el cachorro que era cuando había llegado s su vida. Ahora, era el chico que le hacia sentirse débil, con cola y orejas. Corriendo con un hueso de plástico en la boca y siendo epujado por Kaminari.

– Entonces.... ¿Pediste un deseo y mágicamente Midori se volver humano? – volvió a preguntar Shoto por enésima vez ese día.

– Y traer a Tomaki fue malo porque Izuku enfermo.

– Así que Momo se lo dio a mi hermano, pero todo para salvar a Izuku que.... ¿Por que sigue teniendo orejas y cola?

Momo se encuentra de hombros, tratando de responder de no ser por que un ladrido los interrumpió. Todos se voltearon para ver a Izuku cubriendo su boca con ambas manos y con una clara expresión de sorpresa en su rostro.

– ¿Izuku?

El peliverde se levanto temblando, mirando solo a la azabache que dan cortos y lentos pasos hacia el.

– Izuku, cielo, ¿Estas bien? – el peliverde nego inmediato.– ¿Quieres ir....?

Izuku salio corriendo hacia la habitacion, con Momo detrás. Dejo al resto confundido en la sala, con los tres animales que parecían querer seguir al peliverde, pero fueron detenidos por la pareja.

La azabache veía lo asustado que estaba el peliverde, el cual caminaba con sus manos cubriendo sus bocas. Su cola estaba entre sus patas y sus orejas estaban bajas.

–Izuku, ¿Puedes hablar? – pregunto la azabache con miedo.

Quiso decir que si, pero Momo solo pudo recibir un sollozo de su parte al no emitir ninguna sola palabra.

– E-esta bien.... Lla-llamare a Nezu.

✨✨✨✨✨✨✨

– ¿Y no ha hablado? – Pregunto el anciano

Luego de echar a todos de su departamento sin darle una gran explicación de lo que estaba sucediendo, Momo intento con todos sus intentos de conseguir traer a Nezu, pero nada funcionaba y se había quedado sin ideas en los pocos minutos que llevaba ideando extrañas formas de llamarlo.

Hasta que Izuku entro en su campo de visión y señalo la puerta, como si con abrirla mágicamente aquel hombre. estuviera allí.

.... y tenia razón

Nezu estaba parado frente a una confundida azabache que no lograba conectar los puntos. E Izuku solo podía estar agitando alegremente si coló mientras recibia una caricia detrás de la oreja como tanto disfrutaba.

– Un.... no, no puedes hablar.– explico Momo.

El hombre asintio, dejando su pequeño maletín negro sobre la mesa.

– ¿Y otro cambio?

– El va a regresar a su forma normal, ¿Cierto? Sera un perro de nuevo.– razono Momo.

– Existe una solución....– comento Nezu, sacando algunos extraños artefacto que llamaron la atención de Izuku.– y es que tu aceptes volverte un perro.

Quien si Izuku no estuviera cerca, Momo se hubiera caído directo al suelo. Pero el peliverde parecía atento a sus movimientos. Sujetándola de la cintura u viéndola con cierta preocupación.

– ¿Qu-que?

Nezu soltó una fuerte carcajada ante el pálido rostro de Momo.

– ¡Es broma! La magia no funciona así, no puedes ser algo que no eres a menos que tengas.... magia.

– ¿Te parece si me lo llevo por una noche? Para estudiarlo y encontrar una solución a esto porque, dime Momo, ¿Quieres que siga siendo humano?

– Claro que quiero, ¿Por que no querría? – confeso Momo.– ¿So-solo una noche? ¿A donde lo llevaras?

– Al lugar donde lo conociste por primera vez. No te preocupes, esta en buenas manos.

✨✨✨✨✨✨✨

Podía pasar una noche sin Izuku.... Si podía.... Podía hacerlo.... Solo una noche.... sin Izuku....

Momo gruño volviendo a girarse sobre su cama. No lograba conciliar el sueño aun habiéndose acostado hace horas.

3:26 am.

Se giro, dándole la espalda al reloj y cerrando sus ojos. Era diferente dormir nuevamente sola, sin la compañía y calor de Izuku, sin escuchar sus ronquidos ni sentirlo aferrarse a ella en cada momento de la noche. Mucho menos sentir sus caricias en su cintura o los susurros cerca de su oído.

Estaba ella sola, en completa soledad. Recostada en una gran cama fría y viendo el cielo nocturno. Se preguntaba que podía estar sucediendo con el peliverde, ¿Estaria bien? ¿Habria solución? Porque confiaba en aquel hombre, no sabia la razon, pero se preocupaba tanto por Izuku que Momo no pudo desconfiar. Los había ayudado y. seguia haciéndolo.

¿Y la magia?

– Duermete....– pidió cerrando sus ojos.– Mierda, hazlo....

Otra vuelta mas y Momo debió tomar su teléfono, buscando a cualquiera de sus amigos que estuviese dispuesto a ir a esa hora a su departamento y dormir con ella.

Shoto, no, Katsuki, tampoco, Katsumi, menos. Kirishima lo mando a la mierda por haberla interrumpido en su ritual para dormir.

Ahora, 4:30 am. Ochako Uraraka se encontraba abrazando de forma protectora a una azabache que logra dormir minutos atrás.

La castaña siempre estaba dispuesta a ayudarla con lo que fuera, incluso apenas reciba su llamada, pregunto si necesitan documentos para irse del país o un lugar donde enterrar un cadáver. Ochako era la única en quien Momo podía depositar toda su confianza y sabia que jamas le daria la espalda.

9:30 am.

La saturación de dormir fie suprimida lo él sentimiento de soledad al no sentir a nadie a su lado. Momo tanteo ambos lados de la cama, encontrándose vacíos y asustándose al no encontrar rastros de la castaña. Casi de inmediato saltondd su cama para ir hasts la cocina, donde Ochako preparaba un desayuno tan impovissdo que el huevo estaba mezclado con tocino y el café llevaba cubos de hielo al no tener tiempo de calentar agua o usar la cafetera.

– Hey dormilona , buenos días.– sonrió.– Estaba por llevarte el desayuno a la cama, te veias cansada.

Momo sonrió de lado, aun con sueño plasmado en su rostro. Se hacerlo a la castaña para besar su mejilla, para sentarse en la silla, esperando pacientemente el desayuno.

– Katsumi llamo y tengo que ir a ver a los diablillos que tenemos de mascota, ¿Estaras bien? – Pregunto dejando ambos platos y vasos.

Momo dio un corto sorbo a su café helado antes de asentir.

– Lo estaré.– contesto.– Ochako....

La castaña sonrió enternecida, dejando un beso en su frente.

– Siempre me tendrás, Momo.– aclaro.– No lo olvides.