Aullidos a la luna

Tal Vez No Esté Día

-¡HARRY POTTER ESTA MUERTO!

Los mortífagos celebraron, Draco, aún desde su posición y en su forma licana, bajó las orejas y retrocedió, ¡carajo! ¡Debío perseguirlo y traerlo a rastras! ¡Era su culpa! ¡Otra vez falló! Apenas pudo reaccionar a atrapar a la menor de los Weasley antes de que corriera en dirección de lo mortífagos, sosteniendola de la ropa y jalandola para atrás, el tiempo suficiente para que el Señor Weasley la tomará en brazos, Arthur asintió al lobo blanco mientras sujetaba a su hija. Draco intentó calmarse pero aún la culpa de lo que estaba viendo lo estaba carcomiendo por dentro. Se sobresalto un poco cuando sintió una mano en su pelaje, regresó la mirada y vio a Lovegood, quién cómo si pudiera adivinar sus pensamientos y sentimientos, le sonrió amablemente y dijo:

-Hiciste lo que pudiste.

Draco volvió a alzar la vista, Blaise y Theo estaban a su lado, igual de tensos, en un silencioso pánico que les impedía pensar correctamente que hacer ahora, todo el mundo se estaba tirando a lamentarse, sin quiera pensar en que ese no era un buen momento para eso. Su madre estaba ahí, mirándole suplicante pero negando con la cabeza sutilmente, ella jamás apoyó ese sangriento movimiento, su padre estaba dentro, en el gran comedor ayudando a sanar a su padrino con Black.

-¡Draco! -lo llamó ese maldito demente- Ven, regresa a nosotros, tu aún puedes salvar a tu linaje de la deshonra.

Todos los ojos estaban puestos en el, el señor oscuro ni siquiera parecía sorprendido de su forma licana, no, no cedería, ya había perdido demasiado y no pensaba perder el último lugar al que podía llamar hogar, una mirada a su madre, quien con una pequeña sonrisa comprensiva y llena de cariño asintió. Se erizo por completo y gruño alzando la cabeza, llendo contra toda creencia tenida sobre el al levantarse y luchar por su hogar a huir e ir con el ganador. Greyback gruñó, ese cachorro ahora era un enemigo más que aniquilar.

-Bien, haz tirado todo por la borda.

Rabastan se tenso desde su puesto en las alturas al ver a Neville avanzar con su cojera, había hecho de todo para protegerle, la sangre que caía de casi todo su cuerpo era prueba de ello, por eso ver que su esfuerzo podría valer nada le hacia considerar que lanzarse ahora para protegerlo con su cuerpo de cualquier ataque sonara cómo una grandiosa idea, apretando la varita al ver las risas crueles con las que venía su nombre acompañado.

-Las personas mueren a diario, pero ninguno de ellos se va, se quedan aquí- señalando su corazón- su muerte... ¡Su muerte no fue en vano! Pero la tuya -girandose a ver a Voldemort- ¡la tuya si! ¡Porque estas equivocado! ¡El corazón de Harry latió por el de todos nosotros! ¡Y esto no ha acabado! -la espada de Godric Gryffindor salió del sombrero seleccionador siendo sujetaba por Neville Longbottom y apuntaba a los mortífagos.

Draco dio unos pasos adelante cuando Harry se soltó de los brazos de Hagrid, dejando ver a todos y al señor oscuro que seguía vivo y que toda esa guerra, estaba por terminar ahora.
El señor oscuro se encargo de atacar a Harry apenas pudo reaccionar, no, ese chaval sólo arruinada sus planes, ¡ahora moriría!

Los mortífagos volvieron a atacar, Draco alzo la cabeza y aullo, alertando a su padre y toda criatura cercana del peligro inminente.

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Rabastan se apresuró a bajar para seguir con la batalla, una última vez, un último esfuerzo, habían resistido hasta ahora, podría lograrlo, su espera silenciosa por años ahora llegaba a su fin. Era difícil pelear para sobrevivir y al mismo tiempo sobreponer la vida de otro chido sobre la tuya, pero Rabastan lo estaba haciendo, no se rendiría, jamás.

En la vida hay que escoger.

Rodolphus Lestrange, hermano menor de Rabastan Lestrange estaba apuntando con su varita a Neville Longbottom, con furia en sus ojos ante la pérdida de su esposa, Rabastan testigo de la acción, una maldición salía de la varita de su hermano y sin distracciones atentaba contra la vida de Neville, ¿a quien apoyar? ¿Quien muere, quien sobrevive? Familia o.....familia.