Ojos Verdes

8.1K 775 152
                                    

Pedir una poción nunca había sido un deporte tan extremo cómo lo era con Severus Snape, quien les extendió la poción sin dramas...a excepción que ninguno de los licantropos reunía el valor suficiente para dar el paso y tomar el frasco, claro que esa era apenas una pequeña dosis para los recién mordidos.

Lucius dio el paso adelante, siendo más valiente que los 3 Gryffindors presentes, pues Black estaba sentado en una de las sillas de la habitación junto a la camilla cómo perrito bien entrenado, sin moverse ni para ayudar a su amigo, siendo justos, Barty tampoco estaba muy interesado en ayudar a Lucius con el enfurruñado pocionista.

Al tomarla, se sobresalto de que el pocionista tomará su muñeca con firmeza, como un grillete de metal cerrandose de golpe sin oportunidad de soltarse.

-Me traés más perros sobre alimentados y te juro que hago una alfombra contigo y Lupin- amenazó en un siseo digno de un serpiente cabreada.

Había servido al Lord Oscuro por mucho tiempo, había peleado con su padre por tonterías, había peleado con Greyback casi a muerte y había tenido que mantener su secreto por mucho tiempo. Ninguno de esos se aproximaba al escalofrío de nervios que es amenaza le causó. Asintió antes de regresar al lado de Lupin, que estaba igual de petrificado que él.

-Gracias, padrino -agradecio Draco siendo el único que se acercó con naturalidad al pocionista con movimientos sueltos y calmados, aparte de Barty, era el único que estaba relajado con la amenaza y aura oscura del ex-Slytherin.

Severus le pasó la mano por el cabello a Draco cual acarisiara a un cachorro, probablemente era por eso.

-Ah, y los acompañare esta noche- anuncio como si de repente se acordará.

Eso si agarro a todos en curva, ¿¡que él iba a que?!

-¿¡QUE?!- la enfermera que iba pasando por el pasillo pego un salto cuando dicha pregunta fue hecha a todo pulmón por 3 lobos y un animago.

-El próximo que grite le corto las cuerdas bocales con una botella.

Se hizo el silencio.

-Profesor, no creo que esté en- intento hablar Harry pero recibió una mirada mortífera del pocionista, Remus se puso delante de Harry por mero instinto.

-Realmente creo que no es buena idea- fue el turno de Black de opinar, no le fue muy bien.

-¿Y ahora tú eres el rey de la prudencia?

-¡Severus, no puedes forzar tu cuello y cuerpo así! -gruñó Lucius- ¡Esos dos actuarán cómo dementes y sin cuidado! -señaló a Potter y Rabastan, quienes no pudieron evitar sentirse un poco acusados- ¡Pueden lastimarte!

-Sólo si me alcanzan.

Y con eso ambos Malfoy supieron que no habría argumento suficientemente razonable cómo para hacerlo retractarse de la idea.

-Podemos practicar control- sugirió Draco señalando con la cabeza a los nuevos- padre ¿crees que sean espejos?

-Potter tal vez, Rabastan...no creo.

-¿Espejo? -preguntaron Sirius y Remus, ambos Malfoy le voltearon a ver, sólo para hacerles seña de que pusieran al corriente, Draco se acercó a Harry y sus ojos brillaron de nuevo, en consecuencia los de Potter hicieron lo mismo. Lucius le mostró los suyos a Rabastan pero no hubo respuesta del otro.

-Eso es un espejo- señalo Draco a Harry mientras rompía el contacto visual para ver a Lupin- creería que tu también lo serias pero no, fuiste igual que Rabastan.

-¿y cómo soy? -alzó una ceja sin saber si ofenderse, la verdad aveces ambos Malfoy soltaban comentarios que no sabía si eran insultos o halagos.

Aullidos a la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora