Aullidos a la luna

Saltos Y Sangre

Lucius dejo a Severus al cuidado de Black después de que este estuviera estable, estaba caminando por los pasillos cuando escucho el aullido de su cachorro, no era un llamado, era una advertencia, un aviso de que el peligro se había vuelto a desatar, no tenía idea de donde estaba Lupin, pero lo tenía que encontrar, a la mierda todo. Tomaría a Lupin, Draco, Narcissa y Tonks (cayera cómo le cayera aún era la madre del cachorro de Lupin) y los sacaría de ahí así tuviera que arrastrar a los 4 para sacarlos del lugar. Estaba corriendo por todo el lugar, a cuatro patas era más rápido, evitando hechizos y repartiendo arañazos a dementes que estaban por asesinar indiscriminadamente. Más de un mocoso intentó atacarle pensando que era el enemigo, un gruñido, resoplido y se iba en Santa paz, su objetivo era irse, ni echarse a pelear con un niñato que lo único que quiere es sobrevivir.
Sus sentidos estaban a todo lo que daban, dando frutos al poco tiempo, ubicó a Draco, que estába escoltando a un chico herido que Zabini iba cargando. El blanco pelaje de Draco ahora estaba casi totalmente manchado, con sangre en su hocico y patas, polvo en todo su lomo, y se veía cansado, no soportaría más estar luchando en esa batalla.
Con rapidez se acercó, Draco suspiro aliviado de ver su padre, bien, su madre y estaban completos, bueno, bueno, también Lupin. Ambos tenían la misma idea rondando por la cabeza, de manera que solo bastó intercambiar miradas para que Draco siguiera a su padre por el camino que marcaba.
Lucius se detuvo cuando sintió una suave mordida en su costado, volteo y Draco le señaló con la cabeza a unas piedras de la estructura caída, ahí, entre las piedras, estaba nada menos que Narcissa y Tonks, alzo las orejas e intercambio miradas con Draco, sólo para empujarle con la nariz a donde estaban ellas. Draco le miró con duda, pero obedeció la silenciosa orden de su padre: "quédate con ellas"

Sólo faltaba Lupin, y así tuviera que arrastrarlo jalandolo de la oreja.

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Remus lanzaba y devolvía hechizos, no había tenido oportunidad de buscar a Lucius, ni siquiera había visto a Draco, hacía poco había visto, hacía poco le había dicho a Tonks que se quedara con Narcissa, ambas ocultas en un montón de piedras. La señora Malfoy estaba demasiado alterada cómo para pensar en defenderse, de manera que Tonks estaba tomando ese trabajo. Estaba intentando desesperadamente ubicar a Lucius y a Draco, había sido suficiente, quería saber dónde demonios estaba su manada, cuándo el lord hizo frente, escucho el aullido de Draco, avisando que se aproximaba otra batalla. Le preocupaba más que nada que Greyback estuviera al acecho y Draco estuviera sólo. Así que a la mitad dek campo de batalla agudizó sus sentidos. Sólo tenía mente para su manada, la mente de un lobo máquina, no cómo individuo, sino cómo grupo, el estaba sólo pero bien, tenía que saber si el resto estaban en las mismas o necesitaban ayuda. Sentía su lado salvaje rasgar su interior, querer salir, dejarse cambiar para poder encontrarlos, pero no sabía cómo, tenía que quedarse cómo humano, por mucho que le desagradara la idea. Su varita estaba trabajando un protego para cubrirse de un hechizo enemigo.

Sólo un lobo entiende la mente de otro.

Un gran lobo gris acechaba a su presa. Greyback.

Greyback sabía de memoria que Lupin estaría desesperado por encontrar a su manada, encontrar al más joven y ponerlo asalvo, tanto así que no prestaría atención a su alrededor. Era su oportunidad de acabar todo eso. Pará que la mordida esta vez fuera en el lugar correcto: el cuello. Se estaba acercando lentamente por atrás, ya ansiaba el sabor metálico de la sangre, quería hacerlo, morder y no soltar hasta que dejara de moverse. Cuando estuvo totalmente cerca saltó sobre su presa.

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Lucius estaba de aquí para ella, en el cielo podía ver al señor oscuro batallar con Potter, si Potter no se mareaba con esos viajes en humo, uff, sus respetós al chamaco.