Primer sábado

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Nos vemos cada sábado en la universidad en la clase de acuarela. Ella es talentosa y bella. Tiene ojos grandes, unos labios finos y distinguidos y sus anteojos le dan un look que me encanta. Adoro escucharla hablar y verla pintar.

Sólo nos vemos los sábados. Ambos estudiamos y trabajamos. Actualmente salgo con alguien y ella también. Sólo nos vemos los sábados.

Siempre me siento junto a ella y conversamos un poco de la semana y que practicaremos hoy. En realidad malo con las acuarelas pero ella siempre me ayuda, y vaya que lo necesito.

Hoy la clase fue bastante tranquila. Los ejercicios eran fáciles así que conversamos la mayoría del tiempo. La observé un rato mientras ella pintaba, hoy olía delicioso. Su mano se mueve de forma sublime: sin perder el ritmo y con firmeza, pero con una delicadeza evidente. Mis ojo recorrieron su brazo hasta llegar a su cuello y su escote. Hoy su blusa me dejaba ver más, inmediatamente subí la mirada. Su boca se movía al hablar, y se mordía los labios cuando hacía algún esfuerzo al pintar. Sólo imaginaba mis dientes mordiendo sus labios.

Suspiré, ella lo notó: "¿todo bien, Gabriel?", preguntó ella. Asentí con la cabeza y ella siguió su plática por un rato:

-"Necesito más agua, ¿vamos?"
-"claro que sí, Are".

Salimos del salón y fuimos al baño para ir por más agua. El pasillo era largo y aparte había que subir una escaleras. Caminamos ese pasillo entre risas y palabras, esas escaleras fueron rápidas. Ella entró al baño y llenó los recipientes con agua.

-"Hay que sentarnos un poco, Are"
-"claro. ¿Cansado?"
-"no", reí. "Sólo que de aquí se ve la barranca"
-"¡es verdad!", dijo al voltear.

Nos sentamos en la escalera. Y platicamos un poco del paisaje. Me aventuré y me acerqué a ella. Tomé su mentón y giré su rostro hacia mí. La mire directo a lo ojos, y después la besé. Ella respondió. Fue un beso que fue de menos a más. Empezó tímido y dulce, pasó a ser firme y se convirtió en un beso intenso y pasional.

La mordí. Ella gimió y se alejó:

-"Perdón, ¿estás bien?", le pregunté.
-"sí... sólo... me gustó".

No perdí el tiempo y me abalancé a ella y volví a besarla. Nuestras lenguas se encontraron. Sentí mi sangre hervir y escuché nuestras respiraciones agitarse. El beso continuaba y yo puse mis manos en su cara y ella alrededor de mi cuello. Esa lengua, esa lengua me tenía excitado y lo sentía en mi entrepierna. Ahora ella me mordió. Gemí:

-"Que rico muerdes...", le dije.
-"lo mismo digo...".

Seguimos besándonos. Pase mis manos su cintura y luego a sus piernas. Las puse sobre las mías y volví a tomarla de la cintura y la acerqué a mí.

Con una mano en su pierna, la otra me sirvió para tomarla del cabello y mover su cara hacia a un lado y besar su cuello: "aaah... que rico...", dijo entre un suspiro. Use mi lengua para lamer su cuello y encajarle una mordida:

-"¡AAAHH! Sigue...", me dijo.
-"eso planeo", le contesté.

Seguí besando su cuello e intercalando con mordidas. Ella me rodeó con sus piernas. Volvimos a besarnos y en un arranque tome sus pechos por encima de su blusa. Que delicia. No llevaba brasier. Era casi como si no trajera blusa. Sentí su pezones erguirse y los apreté. Casi grita pero se tapó ella misma la boca:

-"Espera, Gabo. Espera..."
-"claro, ¿sucede algo?"
-"no... no... sólo... estamos en la escuela..."
-"¡tienes razón!", dije sorprendido.

En el momento no recordaba que estábamos en la escalera de la universidad. Ella se acomodó el cabello y limpió sus lentes. Yo limpié los míos. Ella notó mi erección y en un momento empezó a tocarme:

-"¿Qué... haces, Are?"
-"nadaaa... ¿te molesta?"
-"no... pa... para nada...", dije apenas.
-"te estás poniendo más duro... ¡que rico!", me dijo mordiéndose los labios.

Me estaba volviendo loco. Se detuvo: "vamos al salón". Y así hicimos. Habían pasado unos 10 minutos o más. La maestra no dijo nada y volvimos a nuestro lugar.

La clase terminó. Nos despedimos con un beso en la mejilla. Ella se fue por su lado y yo por el mío. Me quedé toda la tarde saboreando esos besos e imaginando sus pechos contra mis manos. Ansiaba que llegara el sábado para verla.

AcuarelaWhere stories live. Discover now