Acuarela

Sabor

Seguía caliente por ese calentón del baño. No dejaba de pensar en esos jugosos pechos entre mis manos y sus pezones en mi lengua. Necesitaba desnudarla, quería comérmela toda, quería meter mi lengua en su vulva y saborear sus fluidos. Estaba ansioso de probar ese sabor.
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La clase se volvió larga. No saben lo cachonda que me dejó esa ida al baño. Su pene bien duro en mi boca me dejo escurriendo, casi me desnudo para que por fin me la meta ahí, sobre el lavamanos. Me moría de ganas de masturbarlo en el salón, subirme a la mesa y que me la mamara hasta llegar en su boca. Me quedé muuy caliente y necesitaba apagarme.
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La clase acabó, y yo moría por irme con Are a encerrarnos y hacernos de todo. Seguía excitado de nuestro encuentro en el baño. No dejo de verla mordiéndose los labios mientras me lleno la boca con sus pechos.

-"Are... ¿estás ocupada hoy?", le pregunté al salir del salón.
-"no... espera...", y checó su cel. "No, no estoy ocupada... ¿alguna idea?"
-"pues estaba pensando... podemos ir a comer algo a mi depa, ¿qué piensas?"
-"me gusta la idea... ¿pasamos por algo de camino?"
-"claro... ¿pizza?"
-"¡me gusta!"

Y partimos, pasamos por una pizza y nos dirigimos a mi depa.
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Después de clase me invitó a comer a su departamento. No puse resistencia y dije que sí. Necesitaba que nos cogiéramos ya. Salimos del salón y fuimos por una pizza y luego directo al su depa.

No dejaba de pensar que hoy al fin podríamos terminar este asunto pendiente. Ya lo quería sentir dentro de mí: duro y latiendo.

-"Vives algo lejos de la uni, ¿no, Gabo?"
-"sí, un poco... por eso trato de tener clases por la tarde"
-"entiendo... y ¿vives sólo?", le pregunté curiosa.
-"con mi hermana... pero salió de viaje hace 2 días, entonces... pues tenemos el depa para nosotros", me contestó.
-"excelente... me gusta eso...".
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Charlamos durante el camino pero no dejaba de pensar en ella sobre la cama disfrutando como debe ser: sin interrupciones. Sólo pensaba en eso. Por fin llegamos, me bajé y le abrí la puerta. Bajó del auto. Nos dirigimos a la puerta, tomé mis llaves y abrí. Puse la pizza en la mesa, en cuanto la dejé me acerqué a ella y la besé, ya moría por hacerlo. La tomé por la cintura y la recargué en la puerta, me moría de ganas por tenerla cerca, por besarla y empotrarla.

Empezó a morderme y me prendí al instante. Ella puso sus manos en mis nalgas y me acercó a su cuerpo. Estábamos donde debíamos: un lugar donde no nos interrumpirían. La tomé del cabello con mi mano izquierda y empecé a besar su cuello, sentí en mis labios su piel erizarse. Pasé mi lengua por su cuello hasta llegar a su oído, mordí su oreja:

-"Me moría de ganas por tenerte a solas, Are... ¡me urgía!"
-"Gabo... tómame... me urge que me comas", me dijo.

Me puse duro con esas palabras. Volví a besarla, recorría su cintura con mis manos hasta llegar a sus caderas y las baje a su firme trasero y con cada mano apreté. Estaba muy excitado.
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Estaba muy caliente, lo noté en la forma en que me llevó a la puerta y me acorraló. Me excité la instante cuando me empotró en la puerta y empezó a besar mi cuello.

-"Me moría de ganas por tenerte a solas, Are... ¡me urgía!", me dijo excitado.
-"Gabo... tómame... me urge que me comas", le dije entre gemidos.

Me agarró las nalgas y me empecé a mojar. Yo lo mordía en cada beso que nos dábamos, necesita que cogiéramos ya, lo necesitaba. Y sabía que ese día cogeríamos como se debe: sin interrupciones.