La pared

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Mi semana transcurrió normal. Fui a la universidad y al trabajo. Había quedado el jueves de ver al chico con el que salgo, pero canceló por trabajo. No dejo de pensar en las manos de Gabo apretando mis pechos fuertemente. De pensar en sus mordidas en el cuello me mojo, y es mucho. Ojalá ya fuera sábado.

El jueves me desperté pensando en el miembro de Gabo. Sólo tocarlo me hizo imaginar en que me tomara ahí mismo en las escaleras. A veces odio ser lo recatada que soy. Amanecí con mis bragas empapadas, y para colmo, tarde para la uni, así que no pude masturbarme a gusto. Me duché y me fui corriendo.

Me estaba debatiendo en escribirle. Me daba igual si él no lo hacía, él sale con alguien y yo también, pero quería montármele hasta venirme. Decidí no hacerlo. Tuve mi clases de siempre, el día transcurrió normal. Antes de irme pasé al baño y ahí me decidí: traía una blusa que dejaba ver un poco mi escote, baje un poco el cuello de la blusa para mostrar más, me tomé una foto y se la mandé: "El sábado necesitan que las aprietes de nuevo", y borré. "Te vemos el sábado", y borré de nuevo. "Ya quiero que sea sábado", y lo envié.

¿Qué hice? A lo mejor Gabo pensó que fue algo espontáneo y ya, y yo de caliente mandándole fotos. ¿Qué tal si la ve su ligue?, "ni modo, Are", me dije y seguí camino a mi casa. En el bus sonó mi celular, era Gabo. Un mensaje se volvieron dos y luego tres. Estaba intrigada y nerviosa. Abrí los mensajes calmándome al mismo tiempo:

"También queremos que sea sábado.
Nos urge"

Y una foto de él en bóxer, su miembro se insinuaba pero se veía claramente erecto. Salivé y debo admitir que sentí escurrir mi vulva. En día y medio llegaría el sábado. El sábado me levante a la hora de siempre, desayuné como siempre y me fui a clase de acuarela. Llegué, como siempre, 10 minutos antes. Me senté en mi lugar y esperé. Justo a la hora llegó Gabo. Como siempre se sentó conmigo.

Platicamos de la semana, como siempre. La clase estuvo tranquila. Él me pidió ayuda como siempre y le ayudé. Estuvimos muy relajados y riendo.

-"Voy por agua, Are, ¿necesitas?"
-"No, pero te acompaño", le dije.

Salimos e íbamos risa y risa al baño por agua. Caminamos el pasillo y subimos esas escaleras. Llegamos al baño y tomé los recipientes y los puse sobre el lavamanos. Cuando iba a abrir la llave, sentí una mano en la espalda baja, volteé y era Gabo. Me tomó de la cintura y me besó. Yo puse mis brazos alrededor de su cuello. Mordí su labios y el bajo sus manos a mis nalgas y las apretó. En un movimiento, me subió al lavamanos y yo puse mis piernas alrededor de él. Sabía que era un baño de la uni y en lugar de detenerme me excité más. Lo apreté contra mí y volví a morderlo:

"Nos van a ver"

Le dije, el me vio directo a los ojos y fue directo a morder mi cuello.

"¡Ahh!"

Gemí, gemí fuerte. El se pegó a mí y pude sentir su miembro erecto pegar contra mí. Ahora lo mordí yo en el cuello. Use mi lengua para recorrer su cuello.

"Aaaah... ah que rico, Are"

Esos gemidos me humedecieron aún más. Y seguí lamiendo y mordiendo su cuello. Podía sentir su pene palpitar a través de su pantalón. Me volvió a besar y en un movimiento, sacó mis pechos de la blusa. Me mojé en un instante. El sentir mis pechos al aire en ese baño me excitaba mucho. Me dejo de besar y tomó mis pechos fuerte:

-"Son enormes y suaves. Estuve toda la semana imaginando que las chupaba", me dijo salivando.
-"¡chúpalas, ya!", le exigí.

Y lo vi llenarse la boca de mis pechos. Alternaba su lengua entre mis dos pezones pero sus manos siempre estaban jugando con mis pechos. Siguió lamiendo y mordiendo mis pezones unos minutos. Se detuvo, me besó y bajo mi blusa.

"Un adelanto. Acabando la clase, ven conmigo y te doy todo".

Asentí entre mi excitación. Me bajé del lavamanos y él llenó los recipientes. Regresamos al salón riendo. Hoy no hubo escaleras. Nos sentamos y seguimos con los ejercicios. Unos 10 antes de acabar la clase, puse mi mano en su pierna, el sólo siguió pintando. La moví y agarre su miembro, el saltó un poco. Empecé a sobarlo sobre el pantalón, seguía duro y quería vengarme por detenerse en el baño. Se mantuvo decentemente en control a pesar de tener mi mano tocándolo y a ratos apretaba su pene fuertemente para sentirlo latir en mi mano. Estaba que mi vulva chorreaba de verlo contenerse. Sonó el timbre y lo solté, guarde mis cosas y le dije al oído:

"Estamos a mano", y reí.

Salimos separados del salón y lo vi en la entrada:

-"¿Te vienes conmigo, Are?"
-"claro, llévame"
-"va, mi carro está a la vuelta, vamos"
-"muy bien, te sigo"

Y caminamos. Íbamos platicando nimiedades como que ya no tenía pigmento o que me faltaban pinceles o papel. Sobre el clima o lo que sea. En realidad estábamos conteniendo las ganas de cogernos en plena calle. Dimos la vuelta y lo puse contra la pared y empecé a besarlo. Solté mi bolso y no perdí el tiempo empecé a tocarlo de nuevo, ¡seguía duro, el maldito!

-"¿Cómo te aguantaste en el salón, ehh?" Le dije entre un mordida
-"hice lo que pude, sólo quería ponerte en la mesa y desnudarte", me dijo seriamente.

Metí mi mano al pantalón y por fin lo sentí. Ese miembro latiendo, duro y listo para penetrarme. Tenerlo en la mano me mojo completa. Y ahora sólo pensaba en chupársela y luego montarme en él. Lo seguí masturbando y él me besaba. Puso sus manos en mi rostro, bajo por mi cuello y en un momento agarró mis pechos fuertemente.

"Aaah... ¡así, Gabo!"

Aunque no las sacó al aire, me tenía al tope con sus dedos pellizcando mis pezones y sus dientes mordiendo mis labios. Sonó mi teléfono y lo ignoré. El dejó mis pechos y de las nalgas me pegó a él. Saqué mi mano y volvió a pegarme hacia él. Que delicia sentirlo duro mientras me frotaba toda mojada. Volvió a sonar mi teléfono y me molesté.

-"Deja contesto... perdón", le dije apenada.
-"tranqui, subamos al carro", me dijo tranquilo.

Subimos y fui parte del camino hablando por teléfono.

-"¿Me puedes llevar a casa? Surgió algo. Perdón, Gabo", le dije frustrada.
-"sí, sin problema, ¿todo bien?"
-"sí... sólo que... la familia, tú sabes...", resoplé.
-"jajaja sí, tranqui...", me dijo relajado.

Manejó hasta mi casa, y a medio camino puso su mano sobre mi pierna y empezó a pasearla por mi muslo. Sabía lo que iba a hacer y le ayudé. Me acomodé y abrí las piernas. Él empezó a tocarme por encima de pantalón.

"Que rico por fin sentir lo mojada que estás"

Me dijo sin quitar la vista del camino y dibujando círculos sobre mi clítoris.

"Aaaaah... aah ahh que rico"

Le dije mordiéndome el labio. El siguió manejando tranquilo y estimulando mi clítoris por encima del pantalón. Al cabo de unos minutos llegamos a mi casa.

-"De verdad, perdón. Nos quedamos a medias", le dije algo decepcionada.
-"no pasa nada...". Me tomó del rostro y volvió a besarme. "Para que te vayas relajada".

Podría haberme subido en él ahí en el carro, pero tenía que irme. Volví a despedirme en la mejilla y me bajé. Entré y vi que espero, en cuanto cerré se fue. A los minutos sonó mi cel y un mensaje suyo:

"Te vemos la siguiente vez"

Y un video de segundos de él masturbándose en el carro. Casi me explotó la vulva. Quería montarme en eso. Fui a mi cuarto.

"Los veo la siguiente semana"

Y deje el celular.

AcuarelaWhere stories live. Discover now