Capítulo 7

133 30 11
                                    

Rachel despertó tiempo después.

Su cabeza dolía y en la oscuridad solo podía ver destellos de colores.

Debajo de ella pudo sentir la suavidad de su colcha perfumada y el mullido colchón viejo.

Se levantó como pudo y permaneció sentada unos segundos, recordando la espantosa pesadilla que tuvo mientras dormía.
Pecados Capitales en cuerpos de muchachos de su edad. Ángeles y demonios que firmaban tratados de paz entre sus reinos sagrados. Seres abominables que planeaban acabar con la raza humana.

Tendría que dejar de ver las series de televisión por un buen rato. No eran buenas para su salud mental.

Quiso colocarse las sandalias, pero se dio cuenta que aún tenía puestos los zapatos que llevaba a la universidad. ¿Otra vez había olvidado ponerse pijama?

En efecto, al palpar su cuerpo notó que seguía usando la camisa del día anterior. Frotó sus ojos mientras arrastraba los pies hacia la puerta de su habitación. Un bocadillo nocturno era lo que más necesitaba en esos momentos.

La oscuridad se fue apenas dejó el cuarto para que una cálida luz anaranjada le diera la bienvenida a la sala de estar.

—¿Por qué mamá deja la chimenea encendida en plena primavera? —se preguntó en un susurro.

Tomó un vaso con agua que seguramente su hermana había dejado sobre la mesa, echándole su contenido sobre las brasas que mantenían el fuego avivado.

—¡Mira lo que has hecho!

—¡Ahh!

Rachel saltó en el lugar dejando caer el vaso sobre la alfombra y cerró los ojos, esperando oír el característico ruido del vidrio quebrándose.
Sin embargo, ese ruido nunca llegó.

—Tienes suerte de que sea yo y no Ira —el muchacho rubio que llevaba traje le guiñó—. Dime. ¿Qué hace una señorita tan linda paseando por la mansión a estas horas?

Bueno, al parecer la pesadilla no había acabado.

—No entiendo —su voz se oía somnolienta, cansada—. ¿Por qué no puedo despertar todavía?

—En lo que a mí concierne, estás más despierta que cualquiera de nosotros —mencionó, alzando sus hombros. La cara de la humana se le hizo tan graciosa que hasta le daba un poco de pena lo confundida que estaba—. Debo admitir que la explicación de Ira fue confusa y hasta algo torpe. Te acostumbrarás pronto. Mientras tanto, lo mejor para tu supervivencia será mantener la boca cerrada y los ojos bien abiertos. ¿Sí? Buenas noches.

—Tengo una pregunta —el elegante ser detuvo su medio giro y volvió sobre sus talones para observar a la mortal—. ¿Dónde queda este lugar, exactamente?

Avaricia permaneció callado unos segundos que para ella parecieron eternos. Luego simplemente sonrió de lado para agregar:

—Espiritualmente estás entre tu mundo y el reino de demonios. De la forma geográfica, bajo una estación del metro —y así Rachel Vitae quedó un poco más perdida que antes—. Bienvenida a Medium.

***

—Es increíble que la haya traído —la mirada asesina de Envidia se clavó en el suelo del comedor—. Cuando los ángeles se enteren de lo que hizo por un "experimento", lo mínimo que harán será cortarle su...

—¿Puedes parar? —preguntó una muy cansada Lujuria, que masajeaba su sien y suspiraba frustrada—. Es la novena vez en el día que mencionas lo que hizo Soberbia con esa chica. ¿No crees que tu obsesión por él está un poco fuera de control desde que ella llegó?

—¿A qué quieres llegar con todo esto?

Lujuria se acomodó en su asiento sin dejar de mirar los ojos de la castaña; podía jurar que de ellos saldrían chispas rojas si seguían hablando del tema. También podría asegurar que, de esos lastimeros y gastados ojos que buscaban otro punto en el cual concentrarse, una lágrima nacía, pero evitaba formarse a la fuerza.

Y la cosa era que Envidia no lo admitiría, aunque su vida dependiera de ello. Pero la rubia la conocía más que cualquier otro y sabía que esa castaña que aparentaba ser fuerte y segura lloraba cada noche en silencio porque algo no estaba completo en su eterna vida.

Sin pensarlo dos veces, la menor se abalanzó hacia la chica de labios temblorosos rodeándola en el abrazo que nunca le habían dado. Acarició sus hebras y le permitió descargarse sobre su hombro. Tenía todo el tiempo del mundo para quejarse de Soberbia luego.

Porque en Medium el tiempo se detiene y quienes viven allí permanecen intactos. Y cuando menos se lo esperan, a los que consideraban enemigos pueden ser el apoyo que más necesitaban.

Cuando Soberbia se enamore [✔]Where stories live. Discover now