c a p í t u l o 7

2.9K 274 20
                                    

La multitud ahogó un grito cuando el cuerpo del Caballero de las Flores golpeó el suelo con fuerza mientras el rubio se pavoneaba victorioso ante el público sobre su caballo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La multitud ahogó un grito cuando el cuerpo del Caballero de las Flores golpeó el suelo con fuerza mientras el rubio se pavoneaba victorioso ante el público sobre su caballo. Los comentarios no se hicieron esperar, dividiendo a los presentes en dos populares opiniones; algunos decían que definitivamente tenía las habilidades que un digno caballero debía tener, en cambio otros imaginaban el gran rey en el que pudo convertirse.

Por primera vez en su vida, Evan vio a su padre ponerse de pie y aplaudir ante un logro suyo. Se veía orgulloso, algo que nunca pensó que llegaría a ver.

— Un honor, Loras. —aceptó, ofreciendo la mano a su contrincante para ayudarlo a incorporarse.

El Tyrell la aceptó, pero no sin dejar de refunfuñar.

Todas las doncellas suspiraban y devoraban al príncipe con la mirada cuando éste pasaba frente a ellas con una corona de flores en mano. Cada una de ellas quería ser coronada como la más bella, y más si tal honor venía del primogénito del rey. Ser el heredero o no, no importaba, Evan podía atraer la atención de las mujeres sin el más mínimo esfuerzo.

Pero para sorpresa de todos los presentes, el rubio depositó la corona de flores sobre el regazo de su hermana, la princesa Gianna, la cual la aceptó con timidez pues todas las miradas se dirigieron a ella.
Las reacciones fueron variadas. Muchos, o más bien, la mayoría consideraron ese acto como un lindo gesto con su hermana. Sin embargo, los más perspicaces como lo eran Petyr Baelish, Varys y la misma Cersei Lannister consideraron esa acción como algo más.

Minutos después el torneo se dio por finalizado y todos comenzaron a retirarse. Sólo la reina se tomó su tiempo para poder hablar con su hermano una vez que el lugar estuviera despejado.

— Tú expresión no me dice nada bueno. —comentó Jaime con discreción.

— Dime que no estás pensando lo mismo que yo. —dijo Cersei, enfrentándolo con la mirada— Sobre Evan y Gianna...

El rubio fingió aclararse la garganta, por un momento llegó a considerar informarle de lo que escuchó la otra vez, pero se arrepintió en seguida al no estar seguro de cómo iba a reaccionar. Podía ser muy impredecible a veces.

— Son hermanos, es común que sean cercanos. Siempre ha sido así...

— No me vengas con esos cuentos, sabes a lo que me refiero. —dijo seria, sus ojos se entrecerraban cada vez que comenzaba a indagar en algo— Cada vez que Robert intenta comprometer a Gianna, Evan es el primero en sabotear los planes. Fue el primero en objetar que el compromiso con Robb Stark no era una buena decisión. Rechazó su compromiso con Margaery Tyrell para unirse a la Guardia Real aún cuando siempre se preparó para ser rey. No soy estúpida, Jaime.

El caballero se mordió el labio inferior al verse acorralado.

— Y si así fuera, ¿qué harías? ¿La enviarías lejos? —inquirió— ¿O simplemente la obligarías a olvidarlo? Somos los menos indicados para juzgarlos, hermanita.

La reina cambió su expresión a una más suave y relajada. Jaime tenía razón. Pero tenía miedo, si la verdad salía a la luz todo lo que ellos eran estaría en peligro. Nadie lo aceptaría, nadie lo comprendería. Se encargarían de hacerlos pedazos con odio y maldiciones.
Pero separarlos sería igual o peor. Nunca se perdonaría ser la culpable de la infelicidad de sus hijos.

Por primera vez, se vió acorralada.

•🔸•🔸•🔸•

Robert soltó un largo suspiro al dejar su copa aún llena a su lado. Colocó las palmas de sus manos sobre la superficie de la mesa permitiéndose descansar un rato.
Ned se mantenía a unos metros de él, alerta de que el alcohol no le fuera a jugar una mala broma a su amigo.

— Estoy sorprendido. Evan será un digno caballero. —comentó el norteño, pero el Baratheon no lo miraba.

Después de unos segundos soltó una áspera risa y cayó bruscamente sobre su silla.

— Un caballero. —repitió aún riendo— Eduqué a ese mocoso para ocupar mi lugar un día. Yo nunca quise gobernar, lo sabes Ned. Pero creí que él sí, y supe que sería mejor que yo en todos los aspectos. Mejor rey, mejor padre, incluso mejor esposo. ¿Y ahora? El maldito quiere ser un jodido caballero.

Ned podía notar no sólo el dolor en las palabras de su rey, sino también algo de decepción, algo muy raro en él.

— Si Robb te hubiese dicho que prefiere vestir de negro antes que ser el Lord de Winterfell, dime Ned, ¿estarías de acuerdo?

— Seguramente no. —aceptó el Stark— Pero seguiría siendo su decisión. Tu hijo sólo quiere que estés orgulloso de él, Robert. Acércate a él.

Él negó en respuesta y Ned no supo si fue porque no quería hacerlo, o porque todo salió mal cuando lo intentó.

— Es imposible hablar con mis hijos. —confesó el rey, sintiendo la amarga bebida pasar por su garganta— Es como ni siquiera los conociera. ¿Qué tan patético es eso? No los culparía si me odiaran.

— Gianna te adora. —le dijo como consuelo.

Robert volvió a soltar una carcajada. En sus labios se formó una sonrisa que fue borrándose con lentitud.

— Pobre niña, obedeciendo las órdenes de su estúpido padre sin rechistar. —re reprochó a sí mismo, y después de muchos años recordó cómo se sintió cuando sostuvo a la pequeña de cabellos dorados por primera vez— Es la única que sigue escuchándome a pesar de mis errores. Es por eso que no puedo fallarle, Ned. Sé que con tu familia estará bien. Por eso he decidido adelantar la boda.

Eddard parpadeo varias veces y repitió las palabras del rey por si llegó a escuchar mal o si se trataba de una broma, pero hablaba muy en serio.

— No creo que...

— Que la celebración se lleve a cabo aquí, en el norte, como tú lo prefieras. —continuó con un cambio de ánimo sorprendente— ¡Unamos nuestra casas de una buena vez!

LA MALDICIÓN DE UN PECADO ⚜️ HOUSE LANNISTERWhere stories live. Discover now